La campaña por el voto nulo ganó en Calacalí, tierra de dulces y quejas
En la parroquia rural de Quito, Calacalí, hubo un 'candidato por el nulo', quien explica por qué la gente no respaldó a ninguna de las cuatro listas postulantes para estas elecciones. Además, habla sobre las maravillas del pueblo y sus problemas.
Jorge Vaca fue uno de los que impulsó el voto nulo en Calacalí.
Emerson Rubio / PRIMICIAS
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Son las 10:05, del jueves 16 de febrero. En el parque central de Calacalí, parroquia rural de Quito, están sentados Zoila Cajas y Abraham Iza frente al busto de la cantante Carlota Jaramillo. Toman el sol. Escuchan el canto de los pájaros. Y cuentan que aquella es una "tierra tranquila de gente honrada".
Pero ahora muchos de sus habitantes -más de 4.500- sienten incertidumbre. Zoila y Abraham escucharon que las votaciones para elegir a los miembros de la junta parroquial podrían repetirse. No saben por qué. Pero lamentan sentirse desprotegidos y olvidados.
A unos metros del parque, en una de las esquinas, una mujer dice -entre el susurro y la denuncia- que en Calacalí "la gente ya no confía en nadie". Y que fue esa la razón para que en las elecciones seccionales 2023 -por primera vez- el voto nulo fue el ganador.
Hubo 3.880 personas que acudieron a votar. Pero 1.882 anularon su voto, lo que corresponde al 48,51% de los votantes. Los blancos suman 189, o el 4,87%.
Pero no fue coincidencia.
Campaña del nulo
En una de las casas -pequeñas y adosadas- de la calle Simón Bolívar vive Jorge Vaca. Él se hace llamar "el candidato del nulo". Y fue este activista político quien incentivó a la gente de la parroquia para que colocara una 'X' en la papeleta para elegir a los vocales de la junta parroquial.
Puso pancartas en diferentes partes del pueblo y hasta hizo un cierre de campaña del voto nulo. "El tema fue polémico", reconoce el activista. Pero él y aquellos que lo apoyaban -advirtió- tenían una justificación para impulsar el nulo.
Vaca explica que dos listas -la 17 y la 23- que debían candidatizarse para las elecciones 2023 en la parroquia no lo lograron debido a trabas que hubo con el Consejo Nacional Electoral (CNE). Entonces, apelaron al artículo 147 del Código de la Democracia, numeral tres:
"Se declarará la nulidad de las elecciones cuando los votos nulos superen a los votos de la totalidad de candidatas o candidatos, o de las respectivas listas, en una circunscripción determinada, para cada dignidad".
Las quejas de los ciudadanos
En el barrio San José, Karina Seminario, de 32 años, votó nulo.
Ella explica que de los candidatos que había, apenas conocía a quien se lanzó para la reelección: Eduardo Logaña, del partido Izquierda Democrática (ID). "No hizo nada por los barrios", espeta Seminario con mucha indignación.
"Los demás solo aparecen en campaña. Es gente que no ha hecho nada por pueblo", insiste la residente, quien recuerda los problemas que enfrenta Calacalí.
- Las interrupciones frecuentes de agua. "Nos dan el servicio de 05:00 a 08:00 y luego nos quitan todo el día", cuenta.
- La contaminación de las fábricas de alrededores. "Los olores son fortísimos, pero nadie hace nada", asegura.
La habitante, nacida en Calacalí, concuerda con Vaca y señala que faltaron las dos listas en las papeletas. Si se dieran unas nueva elecciones, ella espera que se puedan incluir los representantes de esos partidos. Caso contrario, advierte que volvería a votar nulo. Y punto.
Vaca, el 'candidato del nulo', le suma otro problema a la situación actual de la parroquia: la falta de promoción turística.
Las joyas de Calacalí
Él dice que en Calacalí está una de las iglesias más antiguas de la zona y en la plaza Sucre hay una pileta de piedras que fue llevada hacia la parroquia desde la plaza de San Francisco en 1962, gracias a una comisión que encabezó su bisabuelo Juan Muela.
En la plaza central también está el monumento a la Mitad del Mundo, uno mucho más pequeño que el que se erige en Ciudad Mitad del Mundo, pero que esconde una historia o una leyenda, pues Vaca asegura que la verdadera mitad del mundo está en Calacalí.
A unos pasos de allí, en la avenida Juan José Flores, está la casa de la "máxima exponente de la canción ecuatoriana", Carlota Jaramillo, cuyo pasillo inmortalizado es "Sendas distintas".
Vaca recuerda que, cuando era niño, jugaba en una de las bodegas de la casa y en sus alrededores, donde hoy se levanta el local que vende las tradicionales espumillas con hielo de Calacalí. Su propietaria es Gladys Arcos, de 44 años.
Esta tradición tiene 100 años en Calacalí.
Gladys Arcos.
Antes de la pandemia, vendía el dulce en un carrito cerca del parque central. Luego, la movieron de allí y abrió su negocio en una casa, donde no solo expende la espumilla en copa con hielo (que le da un toque cremoso), sino también otros productos.
Cevichochos en piedra volcánica, mangos con sal y limón, ensaladas de frutas y más.
Los turistas llegan -sobre todo- los fines de semana. Pero a ella la visitan todos los días, dice, lo que ayuda para que la parroquia reciba a más gente entre semana.
A un kilómetro de allí, en el barrio Magdalena, hay otras delicias, como las empanadas de morocho o el pescado a la leña.
Las escuelita en mal estado
En el barrio Magdalena, Jacqueline Cajamarca, de 54 años, lamenta que los problemas que no han sido subsanados en Calacalí empañen al sector turístico.
Ella votó nulo. Y dice que la actual junta parroquial no ha trabajado por ellos. Que hay proyectos que no han concluido y, además, no hay agua y que los caminos vecinales no reciben mantenimiento.
No solo eso. La escuela del pueblo no se encuentra en buen estado.
Alberto Pallo, vocal de la actual junta parroquial que encabeza Logaña, reconoce que hay descontento en la gente. Y habla de un "faltante" de los ingresos del camal de la parroquia. Ese dinero debía ser invertido en la remodelación de la escuela, dice.
Y, sin embargo, la unidad educativa tiene un hueco en el techo.
Son las 12:00 y la neblina espesa empieza a cubrir Calacalí, el canto de los pájaros en el parque central se pierde con los gritos de los estudiantes y los calaqueños continúan con la expectativa de qué pasará más adelante. ¿Llamarán a unas nuevas elecciones?
PRIMICIAS acudió a la Junta Parroquial de Calacalí para hablar con el actual presidente, Eduardo Logaña, y no se encontraba. De la secretaría entregaron su número personal y se acordó una hora específica para una llamada. Pero no contestó.
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