Importar un arma en Ecuador es "prácticamente imposible"
Tras el decreto de Guillermo Lasso, los importadores de armas han recibido cientos de pedidos. Pero comprar un arma todavía es una utopía.
Operativo militar de control de armas y explosivos en el sur de Guayaquil, el 26 de enero de 2022.
César Muñoz / API
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"Sres. no tengo armas disponibles, sigue la prohibición de importar y solo reformaron el porte y tenencia de armas".
Ese es la respuesta automática que reciben quienes están interesados en adquirir un arma de fuego, en una tienda especializada ubicada en Guayaquil.
El propietario del establecimiento, cuya identidad pidió que sea reservada, programó ese mensaje luego del 1 de abril de 2023.
Ese día, el presidente Guillermo Lasso emitió el decreto ejecutivo 707. Con ese documento, el Primer Mandatario autorizó a los civiles a tramitar permisos de porte y tenencia de armas para defensa propia.
Luego de la decisión presidencial, que se comunicó a través de una cadena nacional y rápidamente se convirtió en tendencia, las líneas de contacto de esta y otras tiendas de armas se saturaron. Pero sus dueños coinciden en algo: hoy es "prácticamente imposible importar un arma".
Como en Ecuador tampoco se producen armas y municiones, también es una utopía pensar que los ciudadanos pueden empezar a comprarlas únicamente con el decreto ejecutivo del 1 de abril.
13 años sin importar armas
Otro importador consultado por PRIMICIAS explica que la imposibilidad de traer armas al país lleva 13 años. En marzo de 2010, relata el comerciante de armas, se emitió una resolución que prohibió el porte de armas y se impuso el 300% de impuesto para la importación.
"Desde 2010, no se ha importado ni una sola arma al Ecuador ni una sola munición. Para civiles y naturales no se ha hecho. Solo (lo hace) el Estado para la Policía y Fuerzas Armadas", explica.
En esa época, según esta persona, había 420 importadores autorizados. Pero tras los cambios normativos, para 2023 quedan solo ocho que se siguen dedicando a este tipo de comercio. PRIMICIAS pidió al Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas (FF.AA.) el contraste de este dato, pero no hubo respuesta.
Ante esta decisión y la falta de oferta de armas en el mercado legal, los importadores dicen que proliferó el mercado ilegal y el contrabando de armas hacia el Ecuador. Además, esto disparó los precios.
Antes de 2010, una pistola 9 milímetros podía costar alrededor de USD 1.300. Ahora, puede costar, en el mercado negro, hasta unos USD 4.000. Y en muchos de los casos se trata de armas usadas. Ya que, quienes las poseían legalmente las venden ante las dificultades para comprar munición.
Antes, explica la fuente, una caja de munición valía unos USD 10. Hoy, en cambio, con dificultad se puede comprar una caja entre USD 120 y 130.
Las versiones que apuntan al tráfico ilegal de armas coincide con lo que muestran las cifras oficiales. En 2012 se registraron 845 homicidios con armas de fuego. Mientras que, en 2021 y pese a las restricciones, fueron 1.007.
El proceso
Si bien el decreto 707 y la reducción de los impuestos para importar armas al 0% son un avance, dicen los importadores, resta conocer el acuerdo ministerial en el que trabaja el Ministerio de Defensa. Solo entonces se sabrá si el trámite de importación será más ágil y permite contra con una mayor oferta legal en el país.
Actualmente, coinciden los tres importadores consultados para esta nota, la importación de armas puede durar entre tres y cuatro meses. El proceso empieza con la obtención de una resolución de importación que la emite la Dirección de Logística de las FF.AA.
Luego viene un proceso conocido como Manual de Importación, que tiene cuatro pasos:
- Solicitud en el sistema Ecuapass, con los siguientes requisitos:
- Factura / proforma
- Certificado de calidad
- Certificado de aprobación de liquidación.
- Emisión de orden de pago de tasas.
- Pago de tasas.
- Trámite en el Sistema Informático de Control de Armas (Sincoar)
Una vez aprobados estos pasos, viene otro esquema conocido como Flujo de Ventas, que puede durar hasta un año. Esto se hace a través del Sincoar, que lo manejan las Fuerzas Armadas.
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