Gobierno cambia el discurso y abre la puerta a una mediación con la Conaie
Mientras la Conaie habla de represión y persecución política, el gobierno inicialmente acusó a los manifestantes de dar espacio para el incremento del narcotráfico y la delincuencia.
Miembros de la policía ecuatoriana realizan un operativo para despejar las vías bloqueadas por manifestantes en el sector de Amaguaña, en Quito (Ecuador), el 15 de junio de 2022.
EFE / José Jácome
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El discurso del Gobierno ya no solo acusa al movimiento indígena de violento, sino, además, de aplanar el terreno para el incremento del narcotráfico y la delincuencia organizada. Las autoridades coinciden en que lidiar con el paro nacional los distrae de enfrentar esas amenazas.
Durante las primeras horas del día, el ministro de Gobierno, Francisco Jiménez, desapareció del escenario público, y el discurso moderado y de diálogo dio espacio a mayores acusaciones sobre la seguridad pública.
Sin embargo, en la tarde, el funcionario retomó la vocería y abrió la puerta a la mediación con el movimiento indígena.
"Algunas organizaciones nos han propuesto mediar para sentarnos a una mesa de diálogo con la Conaie, nos han preguntado si pueden formalizar esa petición y hemos dicho que no tenemos ningún inconveniente", contó el ministro.
Mientras tanto, el presidente de la Conaie, Leonidas Iza, confirmó que el paro se mantiene de manera indefinida y de carácter nacional en los distintos territorios. Pero pidió a las organizaciones de base y a sus simpatizantes que no generen hechos de violencia ni caigan en provocaciones.
Los cambios de discurso del gobierno
Los ministros del Interior, Patricio Carrillo, y de Defensa, Luis Lara, el director del Centro de Inteligencia Estratégica (CIES) y el comandante general de la Policía, Fausto Salinas, unificaron su discurso bajo el argumento de que las bandas criminales se benefician de las manifestaciones.
Cobo habló de que, incluso, se trata de una "confabulación" en contra de la República y que involucra dinero del narcotráfico y el crimen organizado.
Sobre la fuerza de las manifestaciones, las autoridades continúan contradiciéndose. El ministro Carrillo sostuvo que "cada vez va decayendo", ya que en la tercera jornada del paro habrían participado menos de 5.500 personas.
Por ello, agregó que las medidas de seguridad en la capital estaban disminuyendo y que analizaban la posibilidad de retirar las vallas que bloqueaban los accesos a la Plaza de la Independencia.
Pero, al mediodía, el director del ECU 911, Juan Zapata, dijo que se trataba de unas 9.000 personas a escala nacional. Con mayor conflicto en Pichincha, Bolívar, Chimborazo y Cotopaxi.
El comandante Salinas señaló que "estamos mirando que existen incidentes que se están incrementando", por lo que están intensificando recursos y operaciones en los puntos más críticos.
Cobo dijo que se trata de una estrategia focalizada, para desgastar a las fuerzas del orden, manteniendo varios focos de protesta con poca gente en distintos puntos. Y añadió que no son actos aislados, sino concertados para tomar el poder.
Para el final de la tarde, la lectura gubernamental volvió a cambiar. Reapareció el ministro de Gobierno, quien fue el vocero del Ejecutivo para anunciar que "ha sido un buen día", porque "el número de eventos se ha reducido drásticamente".
Además, retomó la opción del diálogo y de búsqueda de soluciones, en la misma línea que lo hizo el presidente Guillermo Lasso en redes sociales, en la mañana. Dijo que las puertas del Palacio están abiertas y que esperarán las invitaciones al diálogo de las organizaciones sociales.
A diferencia de sus otros compañeros de gabinete, Jiménez no mencionó los argumentos de seguridad pública y se enfocó en la opción del diálogo, dentro del Estado de derecho y el marco de la legalidad y el respeto.
E, incluso, dijo que el Ejecutivo está dispuesto a volver a conversar con el mismo presidente de la Conaie, pese a las acusaciones de las otras autoridades y a que tiene ahora un proceso judicial en su contra.
El paro nacional se mantiene
El presidente de la Conaie fue respaldado nuevamente por las otras organizaciones que sostienen el paro y que rechazaron su judicialización por presunta paralización de servicios públicos:
- La Confederación Nacional de Organizaciones Campesinas, Indígenas y Negras (Fenocin)
- El Consejo de Pueblos y Organizaciones Indígenas Evangélicos del Ecuador (Feine)
- La Federación Nacional de Organizaciones Campesinas (Fenoc)
Así como por las organizaciones sindicalistas, ambientalistas, de estudiantes, maestros, profesionales de la salud y mujeres que se han sumado a las manifestaciones en distintas provincias y, especialmente, en la capital.
Todos acordaron en que las medidas de protesta se mantienen en los territorios y que continuarán hasta que el gobierno escuche sus 10 demandas. La tercera jornada, según la Conaie, hubo manifestaciones en 15 provincias.
En la tarde, Iza fue recibido en el Chasqui por centenares de simpatizantes, que mantenían bloqueada la carretera. A ellos les afirmó que no huirá del país y que cumplirá con las presentaciones ante la autoridad, mientras es procesado penalmente.
Por eso habló de persecución política y de violencia estatal en contra de los dirigentes sociales y de los sectores populares. "Quiero ratificar que esta lucha no ha finalizado ni hemos venido a medir fuerzas", advirtió.
A diferencia de otros dirigentes indígenas, que anunciaron movilizaciones hacia la capital mientras Iza estuvo aprehendido, el presidente de la Conaie dijo que el pueblo de Quito está reaccionando solo.
Ya que, al igual que en las dos primeras jornadas, hubo manifestaciones de diferentes sectores sociales, entre ellos los grupos de estudiantes y de mujeres. Según Iza, participaron unas 3.000 personas de manera pacífica. El gobierno habló de 250 manifestantes.
Finalmente, Iza recordó que en el paro de octubre de 2019 ya hubo manifestaciones en la capital, antes de que lleguen los grupos del movimiento indígena. Por lo que dijo que no necesitan movilizarse hacia la capital.
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