Ecuador y China, una relación que navega entre deuda y soberanía
Residentes de Galápagos protestan después de la detención de un barco chino por pesca ilegal en las Islas, 25 de agosto de 2017.
Reuters
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Una vez más, una enorme flota pesquera china recorre las aguas internacionales aledañas a la reserva marina de Galápagos. ¿El objetivo de las embarcaciones? Las aletas de tiburón, que usadas como ingrediente para sopa pueden darle un valor de entre USD 140 y USD 470 a cada plato.
El cliente más grande del mundo para este platillo es Hong Kong. En la cultura asiática la sopa de aleta de tiburón es un símbolo de prosperidad y una señal de respeto y aclamación.
Y su precio varía dependiendo del tiburón, las aletas del de aguas profundas, por ejemplo, tienen un valor de unos USD 705 por kilo.
El 16 de julio la Armada notificó al Gobierno sobre la presencia de 260 embarcaciones, con bandera extranjera, frente a la Zona Económica Exclusiva (ZEE), cerca del Archipiélago.
Pero como lo explica el ministro de Defensa, Oswaldo Jarrín, las naves se desplazan en el corredor de aguas internacionales que existe entre ambas porciones de mar ecuatoriano.
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Es el cuarto año consecutivo que la reserva marina de Galápagos enfrenta la amenaza del gigante asiático y su industria privada pesquera. Los barcos navegan por aguas internacionales y ahí esperan la migración estacional de las especies protegidas para cazarlas.
Es por eso que el mismo presidente Lenín Moreno pidió, el 25 de julio, que se realicen las consulta necesarias con los otros países del Pacífico: Colombia, Panamá, Costa Rica, Perú y Chile, para tener una postura regional sobre este tipo de amenazas.
Sin embargo, el Estado ecuatoriano está embarcado en ese mismo objetivo desde 2017, cuando fue detenido un buque chino dentro de la reserva de Galápagos, que llevaba 300 toneladas de pesca, con al menos dos especies protegidas de tiburón. Así que el pedido presidencial no es nuevo.
En ese entonces el Gobierno planteó cuatro ejes de trabajo para buscar soluciones a la pesca a gran escala:
- Con el Estado chino.
- Con la Organización Regional de Ordenación Pesquera del Pacífico Sur (OROP-PS) y la Comisión Interamericana del Atún Tropical (CIAT).
- Con las autoridades de Perú y Colombia.
- Y con la Convención de la ONU sobre el Derecho al Mar (Convemar).
La Cancillería puso a trabajar en este objetivo a sus sedes diplomáticas en Beijin, Canberra (Australia, concurrente con Nueva Zelanda), Washington, Bogotá, Lima y Los Ángeles.
La estrategia del país incluía buscar el camino para extender la plataforma continental más allá de las 200 millas de territorio marítimo, para cerrar el canal de aguas internacionales entre el mar ecuatoriano y la zona exclusiva de Galápagos.
En ese objetivo trabajaban también los ministerios de Defensa, Ambiente, Gobierno, Agricultura y Pesca, además de la Secretaría de Justicia, el Instituto Oceanográfico, la Armada y su Dirección General de Intereses Marítimos.
Cuatro años después el problema sigue aquí
El 27 de julio de 2020, Carondelet fue el epicentro de debate del tema. El ministro de Defensa, el canciller Luis Gallegos, el procurador Íñigo Salvador y el presidente del Consejo de Gobierno de Galápagos, Norman Wray, hablaron sobre el problema.
Según el ministro Jarrín las investigaciones para sellar la brecha entre las aguas nacionales se llevan adelante desde 2012 y se han realizado 156 viajes con el buque Orión, dando hasta ahora un resultado del 70% de avance.
Sin embargo, el buque que hace los recorridos no tiene la tecnología para completar el trabajo y se espera la adquisición de uno nuevo, para finalizarlo. La tarea se ha visto detenida por temas presupuestarios.
El canciller Gallegos contó que este trabajo conjunto con Costa Rica, para medir las plataformas submarinas y extender el territorio marítimo ecuatoriano, continuará y esperan tener resultados hasta diciembre.
Además, el diplomático aclaró que en la flota pesquera esta vez hay varias banderas extranjeras, no solo chinas, entre ellas de Liberia y Panamá. Y agregó que precisamente mañana hay una reunión de los países del Pacífico Sur en la que se tratará el tema.
Entre las medidas coyunturales, el Gobierno decidió crear también una comisión público privada que trabaje en la estrategia de protección de Galápagos y sus recursos marinos.
El equipo de está conformado por el canciller Gallegos, el empresario y ambientalista quiteño Roque Sevilla y la conservacionista Yolanda Kakabadse.
Pero el procurador Salvador aclaró que lo único que se puede hacer es mantener los acercamientos diplomáticos, ya que el Estado no puede emprender ninguna acción legal mientras la flota se encuentre en aguas internacionales.
China, un socio económico y comercial clave
El Estado ecuatoriano está en una encrucijada. La defensa de la reserva marina que transita la zona económica exclusiva tiene en frente a la deuda que Ecuador mantiene con China y quiere reestructurar y, además, las aspiraciones de dos créditos para paliar la crisis.
La deuda bilateral que mantiene Ecuador con China asciende a unos USD 6.000 millones. Además Finanzas busca el reperfilamiento de las obligaciones con los bancos chinos, para que los pagos que se deben hacer este año tengan un periodo de gracia y se los hagan más adelante.
Asimismo, hasta octubre, Ecuador espera conseguir unos USD 2.400 millones en créditos de dos instituciones chinas: el Banco Industrial y Comercial de China (ICBC) y el Banco de Desarrollo de China (CDB).
El mismo canciller Gallegos dijo, al ocupar el cargo, que entre sus metas estaba concretar el ingreso de Ecuador a la Alianza del Pacífico, para afianzar la asociación estratégica integral con China y con otros países del continente asiático para ingresar a esos mercados.
Y, en la última cita de cancilleres de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y China, Gallegos hizo hincapié en la importancia de la cooperación Sur-Sur y de toda iniciativa destinada a profundizar dichos lazos y a superar las consecuencias de la pandemia.
Mientras que China informó que entregará USD 1.000 millones en créditos a los países latinoamericanos para que vayan hacia el acceso de vacunas y medicamentos. Además de otros aportes para que organismos internacionales como la FAO y la OMS se enfoquen en proyectos para la región.
Al día siguiente, tras la nueva polémica por la presencia de la flota pesquera china, Ecuador dio a conocer a las autoridades del gigante asiático que haría respetar sus derechos marítimos sin diferencia de banderas.
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