Litigios y atrasos en la entrega de obras paralizan proyecto habitacional en Cuenca
Los edificios pendientes del fideicomiso inmobiliario Rieles de Monay, en Cuenca, se han convertido en un foco de inseguridad. El proyecto inició en 2010 y el 40% de las soluciones habitacionales ofrecidas todavía no concluyen.
Cinco torres de ocho pisos del fideicomiso Rieles de Monay, en Cuenca, el 11 de marzo de 2023.
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La promesa del fideicomiso Rieles de Monay, que se inició en Cuenca en enero de 2010, sonaba atractiva. Los cuencanos podrían adquirir en los siguientes dos años 600 viviendas con costos accesibles y facilidades de financiamiento.
La realidad fue distinta. Han pasado 13 años desde la firma del fideicomiso y todavía hay cinco torres de ocho pisos que no han sido concluídas. Las obras están paralizadas totalmente desde 2018.
Rieles de Monay es uno de los 49 fideicomisos inmobiliarios que constituyó el Banco del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (BIESS) a nivel nacional. Se invirtieron más de USD 600 millones en esos proyectos.
En el proyecto Rieles de Monay se invirtieron cerca de USD 20 millones. El principal inversor es el BIESS, mientras que la Empresa Municipal de Vivienda de Cuenca (EMUVI) tiene una participación del 16%. La fiduciaria es la Corporación Financiera Nacional.
“El proyecto se construyó en fases, la última se complicó y hay un problema legal, que está en un proceso de mediación en la Procuraduría”, explica Pablo Cordero, gerente de la EMUVI.
Retrasos en las obras y ajustes de precios
Este proyecto inmobiliario se levanta junto al hospital del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social de Cuenca. La construcción de las casas y edificios empezó en 2011. De las 600 unidades habitacionales ofrecidas, 360 concluyeron y la mayoría están vendidas.
Pero desde el principio hubo problemas: extensiones de plazo para la construcción, retrasos en la entrega de las viviendas, compradores inconformes con los reajustes de precio y, finalmente, desacuerdos económicos entre el BIESS, la EMUVI y los constructores.
Los compradores pagaron anticipos de hasta USD 30.000 para adquirir los primeros departamentos, que en esa época estaban valorados en USD 65.000. La promesa era entregarlos en noviembre de 2012.
Pero dos años después, el ofrecimiento no se cumplió y los beneficiarios empezaron a reclamar. Esa primera suspensión fue porque los fideicomisos del IESS fueron auditados por la Superintendencia de Compañías.
Cuando los 175 departamentos de esa etapa estaban listos, el precio se ajustó y a los compradores les tocó pagar USD 6.500 adicionales. De esta fase quedó pendiente un bloque comercial.
Constructores y fideicomiso buscan acuerdo
El mayor problema vino en la última etapa, que consta de cinco torres de ocho pisos y un total de 249 departamentos. Todos están pendientes de finalización, según el reporte de Seguimiento de Proyectos de la EMUVI, con corte a diciembre de 2022.
Aquí hubo reclamos de los contratistas y un conflicto entre las entidades que comparten el fideicomiso. El BIESS reclamaba que la EMUVI no aportó USD 1.8 millones. La empresa municipal pedía una reforma al contrato para cumplir con ese aporte.
Por otro lado, hay un litigio entre los constructores y el fideicomiso por desacuerdos económicos, que está en proceso de mediación.
El actual gerente de la EMUVI, Pablo Cordero, admitió encontrar una solución a este conflicto es "muy complejo". Añadió que no puede dar detalles del avance de la mediación.
El abandono causa inseguridad
Mientras la situación legal está en mediación, en la urbanización Vista al Río, nombre comercial del proyecto habitacional, el abandono de las obras es un problema.
Los edificios sin terminar están junto a las viviendas y departamentos de las primeras etapas, que ya están habitados. Sus moradores cuentan que en el último año han ocurrido robos y un intento de violación.
A mediados de 2022, delincuentes se llevaron varios objetos del interior de los edificios. “Se fueron con un camión cargado de cosas”, cuentan los vecinos del sitio mientras muestran las fotografías que respaldan la denuncia.
Teodoro Montesinos, integrante de la directiva de la urbanización, cuenta que se han acercado a la empresa municipal de vivienda y a los constructores para pedirles que resuelvan la situación y retomen las obras.
“Les pedimos a los constructores que tomen posesión de las obras. Ellos pusieron la denuncia en la Fiscalía porque les estaban robando las cosas y también hubo un robo en un departamento”, cuenta Montesinos.
La obra gris está terminada en casi todos los edificios y quedaron pendientes los acabados. En algunas partes de los cimientos ya se nota el abandono, por la presencia de musgos y maleza.
En la parte exterior quedaron los cimientos de lo que iba a ser un área comercial. Personas desconocidas aprovechan para refugiarse ahí, cuentan los moradores.
A inicios de marzo de 2023, los constructores reforzaron la seguridad, tras los reclamos de los vecinos. Cambiaron los candados y pusieron más vigilancia.
La demora en los fideicomisos del BIESS, como Rieles de Monay, ha provocado pérdidas económicas aún no cuantificadas. Uno de los mayores problemas es que la inversión no se ha podido recuperar porque la mayoría de proyectos aún no están liquidados.
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