Testimonio: "Tuve cuatro tarjetas crédito y llegué a deber USD 21.100"
Lea el testimonio de una cliente que llegó a tener cuatro tarjetas de crédito. Al final terminó sacando avance tras avance para cubrir las cuotas de las tarjetas, hasta que se convirtió en una bola de nieve.
Imagen referencial de pagos con tarjeta de crédito. Descarga del 14 de septiembre de 2024.
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Lorena (nombre protegido) llegó a tener cuatro tarjetas de crédito que se convirtieron en una verdadera "bola de nieve" de la que aún no logra salir.
Llegó a endeudarse tanto al punto de que aceptaba la emisión de un plástico para poder sacar avances y pagar las deudas de las otras tarjetas. No quiere que nadie viva lo que ella pasó y, por eso, accede a contar su historia.
Lorena accedió a su primera tarjeta de crédito cuanto tuvo 20 años, pero nunca la usó, pero la tenía "por si acaso en algún momento la llegara a necesitar".
Pero muchos años después, en 2018, ella entró a trabajar y como parte de los beneficios de su empresa le entregaron dos tarjetas de crédito.
Empezó a usar esas dos tarjetas de crédito regularmente. En ese entonces, Lorena trabajaba en un área donde podía hacer horas extras y nocturnas, por lo que dice que sus ingresos le alcanzaban para cubrir el pago de las cuotas de las tarjetas.
La pandemia golpeó sus finanzas familiares
Pero, con la pandemia, su entonces esposo se quedó sin trabajo y de repente Lorena tuvo que hacerse cargo de todos los gastos de la casa y de su hija.
Como su esposo tenía deudas, Lorena terminó asumiendo esos pagos, incluso usó sus utilidades para cubrir la deuda. En 2022, Lorena finalmente se separó de su esposo.
Lorena dice que desde entonces tuvo que afrontar casi todos los gastos del hogar. "A veces, el papá de mi hija me daba dinero, a veces no". Pese a eso, hasta ese momento, todavía podía asumir, aunque con las justas, los pagos.
Gastos no previstos complican su situación financiera
Pero su situación financiera se complicó por algunos gastos que no tenía previstos. Por ejemplo, tuvo que hospitalizar varias veces a su hija por problemas de salud y "yo mismo me comencé a enfermar mucho, me imagino por el estrés".
Y, en esos mismos meses, decidió estudiar una maestría, pues cada día sentía más presión en el trabajo para que actualice sus conocimientos. "Pensé que era importante hacer la maestría para mantener mi empleo".
Un segundo golpe a sus finanzas llegó en 2023. "Me movieron a otra área en mi trabajo, donde no podía hacer horas extras. Ya no tenía los mismos ingresos de antes".
Entonces le llamaron de otro banco para ofrecerle una tarjeta, que ella aceptó para hacer frente a alguna emergencia.
Avances tras avances
"Pero terminé haciendo avances para pagar las otras tarjetas. Yo pienso que ahí se descontroló todo. Hice avances con la nueva tarjeta e incluso con la primera tarjeta que no había usado hasta ese momento".
En enero de 2024, ya no tenía cupo en ninguna tarjeta ni ingresos suficientes para pagar. "Todo se había convertido en una bola de nieve. Ya no podía más".
"Todo se convirtió en una bola de nieve. Hacía avance, tras avance para cubrir las otras tarjetas hasta que ya no tenía cupo".
Una de las instituciones financieras que le emitió esa tarjeta ya le advirtió con iniciar procesos legales para el cobro de la deuda. Entonces, Lorena pidió prestado dinero a su papá para pagar y cerrar una tarjeta a la que debía USD 7.100.
Otro banco unificó las deudas de dos tarjetas, dando un salto de USD 8.000. Una parte pagó con las utilidades para poder refinanciar la deuda, que finalmente quedó en USD 6.000 a un plazo de 60 meses (cinco años).
Y en la cuarta tarjeta tiene una deuda acumulada de unos USD 6.000 en cada una.
Para pagar esas obligaciones, Lorena puso a la venta su auto. "Mi carro lo compré en USD 21.000, pero solo me dan USD 14.000", dice con pesar.
Una experiencia que no repetirá
Tras esta experiencia, Lorena dice que cerrará sus tarjetas y solo se quedará con una, que usará solo si su hija se enferma y debe llevarla al hospital.
Cree que el problema de fondo es que las personas no reciben educación financiera, y, por eso, ahora trata de inculcarle esto a su hija desde pequeña. "Ahora siempre le explico nuestra situación financiera, le digo en qué podemos gastar y en qué no, qué es lo que le puedo dar y qué no", dice Lorena.
"Una persona con tantas deudas se acaba emocionalmente".
Lorena, una cliente sobre endeudada
"Como madre soltera me guardo todo lo que siento, porque tengo una hija y no puedo mostrarme débil, pero uno se enferma física y emocionalmente", añade.
La experta en finanzas personales, Bertha Romero, dice que las tarjetas de crédito son una buena herramienta para hacer pagos de forma flexible y segura, y tener una línea de crédito.
Sin embargo, si se da un mal uso puede ser un arma de doble fijo que lleva al endeudamiento. Lo primero que debe hacer una persona es poner en blanco y negro sus ingresos y gastos del mes y ver si tiene espacio para usar su tarjeta o no, y si no lo tiene, no endeudarse.
¿Cómo saberlo? Una persona puede comprometer al pago de deudas hasta el 40% de sus ingresos. Es decir, si gana USD 1.000 no debería endeudarse o pagar una cuota superior a USD 400 al mes.
Otra señal de alerta es cuando una persona ya solo puede pagar el mínimo. Eso quiere decir que sus finanzas están deterioradas y pronto las deudas se convertirán en una bola de nieve, explica Romero.
Finalmente, antes de aceptar una tarjeta de crédito, es mirar el cupo de la tarjeta y preguntarse para qué se necesita una línea de crédito tan alto.
Tener tres o cuatro tarjetas puede hacer complicado el manejo, porque cada tarjeta tiene su corte de pago.
En Ecuador existían 1,9 millones de tarjetahabientes hasta junio de 2023, según el estudio ABC de las tarjetas de crédito publicado por la Asociación de Bancos Privados de Ecuador y el buró de crédito Aval.
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