"Queremos justicia”, el grito de despedida en el entierro de los cuatro niños asesinados de Las Malvinas
Familiares, vecinos y amigos trasladaron los féretros de los cuatro niños de Guayaquil asesinados.
Sepelio de los niños desaparecidos tras una operación militar, en Guayaquil, este 1 de enero de 2025.
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Alexander García / PRIMICIAS
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Gritando a coro la palabra “justicia” o “ queremos justicia”, cientos de personas participaron del cortejo fúnebre y el sepelio de los restos de los cuatro niños asesinados tras un operativo militar en Guayaquil.
Tras el velatorio de los cuerpos en tres domicilios, las familias unidas por la tragedia llevaron al hombro los féretros hasta la casa comunal para un último adiós en el barrio.
Allí lo recibió la música de arrullos y marimbas del grupo afroecuatoriano Afromestizo candente.
“Seguimos siendo maltratados por el solo hecho de ser negros” se escuchó en los altoparlantes, entre la música alegre para despedir a los menores.
A las 15:00 partió el cortejo fúnebre de Las Malvinas, el populoso barrio de los niños en el sur de Guayaquil, con destino al cementerio del Suburbio, el el suroeste de la ciudad.
Estaba previsto el traslado en vehículo. Pero decenas de personas salieron a pie con los féretros al hombro a la vía Perimetral para recorrer a pie, bajo un intenso sol, los casi ocho kilómetros de distancia entre los dos lugares.
Decenas de motocicletas acompañaron el recorrido, entre sirenas, fuegos artificiales, música en altoparlantes y el sonido incesante de bocinas de motos y vehículos.
Los cuatro féretros alzados en lo alto arribaron al cementerio Ángel María Canals sobre las 16:40.
La multitud gritaba a coro “militares criminales”, pedía justicia o coreaba la consigna “Y como es la huevada, asesinan a los niños y el gobierno no hace nada”. También expresaron su frustración contra el propio presidente Daniel Noboa.
Las madres, tías y abuelas de los menores gritaban de dolor ante la inminente disposición de los féretros en cuatro bóvedas de cemento fresco, construidas a ras de piso, para las víctimas.
El racismo y las vidas truncas de los chicos estuvieron entre los temas que tocó un orador espontáneo cuyo discurso apenas se escuchaba entre la multitud, pero al que los presentes respondieron a coro con la palabra “justicia”, previo a la disposición final de los cuerpos en sus tumbas, cerca de las 17:00.
Las fechas del caso
La noche del 8 de diciembre de 2024, alrededor de las 20:00, cuatro menores de entre 11 y 15 años —Ismael y Josué Arroyo, Saúl Arboleda y Steven Medina, conocidos como "los cuatro de Las Malvinas"— fueron detenidos por un contingente militar en el sur de Guayaquil.
Según los familiares, los adolescentes habían salido a jugar fútbol. Sin embargo, las autoridades gubernamentales y militares de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE) los señalaron como sospechosos de un presunto robo.
Estas acusaciones contrastan con las declaraciones del fiscal del caso, quien afirmó que no existe ningún elemento que vincule a los niños con algún "acto ilícito".
Horas después de la detención, las familias recibieron llamadas alarmantes: uno de los niño aseguró que fueron golpeados y abandonados sin ropa en el sector rural de Taura (Naranjal, Guayas), cerca de las 22:40. El lugar, a más de 40 kilómetros del punto de captura, está próximo a una base de infantería aérea.
Las versiones militares sostienen que los niños fueron "liberados" en esa zona rural. Sin embargo, el 24 de diciembre, en una zona agreste de Taura, se encontraron cuatro cuerpos incinerados, lo que sumió a las familias en el desconcierto, en medio de exigencias por esclarecer un caso que ha conmocionado al país.
El 31 de diciembre la Fiscalía confirmó que los cuerpos incinerados corresponden a los cuatro desaparecidos, luego de que se dictará prisión preventiva contra los 16 militares involucrados.
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