Tras violenta riña en el pabellón de madres de la cárcel de Ambato, Bloque de Seguridad requisó objetos prohibidos
Hay preocupación entre los familiares de las internas de la cárcel de Ambato, que fueron trasladadas desde Latacunga en noviembre pasado.
Policías y militares en una requisa en la cárcel de Ambato, en el pabellón de madres, el 10 de diciembre de 2024.
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Autor:
Redacción Primicias
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Una violenta pelea entre internas del pabellón de madres de la cárcel de Ambato, al inicio de esta semana, obligó a las autoridades a ejecutar un operativo militar y policial para restaurar el orden. En este centro se encuentran mujeres que fueron reubicadas recientemente desde la cárcel de Latacunga.
El enfrentamiento dejó a dos reclusas con heridas con objetos cortopunzantes, por lo que fueron trasladadas a un hospital cercano.
Este hecho evidenció una vez más las tensiones dentro del sistema penitenciario, mientras familiares y vecinos luchan contra la incertidumbre que estas situaciones generan.
Detalles del operativo
El altercado, que involucró a dos mujeres identificadas como Lisbeth P., e Irene P., fue controlado rápidamente por el personal del centro penitenciario, quienes informaron que las heridas fueron causadas con una Gillette, una punta y un candado.
Las fuerzas del orden ejecutaron el operativo el martes 10 de diciembre, durante el cual confiscaron tijeras, armas cortopunzantes, cargadores de teléfono y una piedra usada como objeto contundente.
La situación también movilizó a la Dinapen y al personal de Migración, ya que una de las internas, de nacionalidad venezolana, estaba con su hija de dos años, lo que obligó a coordinar acciones con la embajada de su país.
Familiares en espera
Desde el traslado de internas de Latacunga a Ambato, ocurrido entre el 23 y 24 de noviembre, los familiares han pasado 10 días sin recibir información sobre sus parientes.
Reclusas que estaban en Latacunga, entre ellas Mayra Salazar, quien cumple una condena por el caso Metástasis, se mantiene en el CPL de Ambato.
Rosa L., hermana de una interna, comentó: “Desde que la trasladaron a esta cárcel no hemos tenido contacto. Solo los abogados pueden entrar, y ni siquiera ellos logran obtener información concreta”.
Esta falta de comunicación, sumada al incidente de las PPL, ha generado gran preocupación entre los familiares.
“Solo queremos saber si están bien. Lo que pasó nos tiene realmente angustiados”, añadió Olger N., otro familiar afectado.
Un año con vallas
El impacto del centro penitenciario no se limita a las familias de las internas. Los vecinos de las calles aledañas, que hace más de un año fueron cerradas con vallas, han visto afectada su actividad económica y calidad de vida.
María Chiluisa., dueña de una tienda cercana, señaló: “Mis ventas han caído a la mitad desde que bloquearon las calles. Antes pasaba mucha gente por aquí camino al mercado, pero ahora todo está cerrado”.
Por su parte, Jaime Pita, mecánico, manifestó: “Prometieron que las restricciones eran temporales, pero ya llevamos un año y no vemos solución”.
Las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional indicaron que los operativos solo buscan reforzar la seguridad y las autoridades determinarán la fecha para quitar el vallado.
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