Atado a un puente y ortigado, así terminó un sospechoso de robo al que le aplicaron la justicia indígena en Salasaca
La comunidad indígena de Salasaca, en Tungurahua, busca combatir la inseguridad aplicando la justicia indígena.
Un sospechoso de robo fue atado de manos y colgado a un puente peatonal. Alrededor se encuentran las personas que aplican la justicia indígena, el 13 de enero de 2025.
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Redacción Primicias
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La plaza central de Salasaca volvió a ser testigo de un acto que mezcla tradición, resistencia y lecciones comunitarias. La tarde y noche del lunes 13 de enero de 2025, más de mil habitantes se congregaron para aplicar la justicia indígena o ancestral a dos hombres acusados de intentar robar un vehículo.
Las voces firmes de los líderes del cabildo, ubicado en la provincia de Tungurahua, marcaron el inicio de una jornada que busca no solo castigar, sino también enseñar.
"En Salasaca, la justicia no es un acto individual, sino un reflejo de la unión de un pueblo que protege su territorio y su cultura", recalcó Santos Moreta, gobernador del Pueblo Salasaca.
Un delito que despertó la acción colectiva
La noche del domingo 12 de enero, uno de los sospechosos fue sorprendido abriendo la puerta de un vehículo.
El dueño, lejos de acudir a la Policía, activó un mecanismo que ha sobrevivido generaciones: el llamado al cabildo.
“En nuestra comunidad no permitimos que los problemas se resuelvan con violencia individual. Aquí actuamos juntos”, explicó Santos Moreta.
A la tarde siguiente, los acusados fueron llevados al centro de la plaza. Allí, rodeados de evidencias —radios, tarjetas de crédito y placas de vehículos—, enfrentaron la mirada acusadora de la comunidad.
El castigo como lección
La ortiga, símbolo de purificación, fue el elemento central del castigo. A uno de los sospechosos le ataron las manos y fue colgado con cabos desde un puente peatonal, mientras la comunidad, en silencio, observaba el ritual.
Los líderes del cabildo explicaron cada paso, recalcando que el propósito no es humillar, sino advertir y prevenir futuros delitos.
“La purificación es nuestra forma de decir que en Salasaca no hay espacio para el caos”, afirmó Moreta.
Este acto no es aislado. Apenas el 23 de diciembre, otro hombre acusado de robo fue castigado de manera similar.
“Esto no es venganza, es justicia”, concluyó un anciano de la comunidad.
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