Cámaras de video muestran al sacerdote Enrique Arcos caminando junto a sus victimarios, dice la Policía
La Policía Nacional sostiene que el sacerdote asesinado en Ambato, Enrique Arcos Sevilla, conocía a sus victimarios. Las indagaciones continúan.
Los familiares del sacerdote recibieron las condolencias en el coliseo de La Salle en Ambato, el 6 de noviembre de 2024.
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PRIMICIAS
Autor:
EFE / Redacción Primicias
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El carro incinerado del sacerdote Enrique Arcos, asesinado a inicios de noviembre en Ambato, no es la única evidencia que tiene la Policía Nacional para esclarecer el crimen del clérigo.
Este 6 de noviembre, dos días después de ser encontrado en Cotopaxi, el cuerpo de Arcos llegó a Ambato para los servicios exequiales, y donde fue recibido con una calle de honor.
También este miércoles, la Policía señaló que ya tiene una "línea investigativa fuerte" sobre el caso que, además de la desaparición y posterior asesinato del sacerdote, incluye el robo a su domicilio el pasado 30 de octubre.
Según las indagaciones, el cura Arcos recogió a uno de sus victimarios, para trasladarse luego a otros domicilios en Ambato.
"Esto quiere decir que el padre conocía a quienes fueron luego sus victimarios", indicó la Policía, que asegura tener registros de cámaras en las que se demuestra que el sacerdote "camina normalmente con estos ciudadanos".
La Policía, que tiene "plenamente identificados" a los sospechosos, está a la espera de las boletas correspondientes para detenerlos.
La institución presume que el móvil del asesinato fue el robo y subraya que no se trató de "delincuentes que interceptaron al padre y procedieron a victimarlo", sino que Arcos "mantenía una relación de amistad con alguno de estos individuos".
Por esto, el sacerdote tuvo la confianza de enseñarles su domicilio y otras actividades que realizaba, apuntó la Policía, que avanzó que al menos uno de los implicados es extranjero.
Tras las pericias del caso, se indicó que el cuerpo del sacerdote mostraba signos de violencia y tenía las manos atadas, aunque las autoridades no se han referido al respecto públicamente.
El religioso prestaba apoyo en las celebraciones religiosas en la parroquia de Huachi Chico, en el sur de Ambato, la capital de la provincia de Tungurahua.
La muerte violenta de Arcos Sevilla se produjo en medio de la crisis de inseguridad que vive Ecuador desde hace unos cuatro años.
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