Vendaval deja decenas de viviendas sin techo en San Luis de Pambil, Bolívar: "La lluvia y el viento lo arrasaron todo"
Una tormenta con fuertes ráfagas de viento azotó la parroquia San Luis de Pambil, en Bolívar, dejando a decenas de familias afectadas y daños en la infraestructura.

Los techos de las viviendas volaron y quedaron en las calles de San Luis de Pambil, Guaranda, en la provincia de Bolívar, el 10 de marzo de 2025.
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Redacción Primicias
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El viento llegó sin aviso. La tarde del lunes 10 de marzo, el cielo se ennegreció sobre San Luis de Pambil, cantón Guaranda, en Bolívar, otra de las provincias afectadas por el devastador invierno en Ecuador.
Entonces, la tormenta desató su furia. Primero fue la lluvia, intensa y constante. Luego, las ráfagas de viento, que en cuestión de minutos arrancaron techos, derribaron árboles y dejaron cables eléctricos colgando como amenazas en las calles.
"La iglesia también se quedó sin techo. Fue como si el viento se la llevara en pedazos", relató Guadalupe Villena a medios locales.

La comunidad observaba impotente cómo las láminas de zinc volaban como hojas de papel, mientras las calles se convertían en un campo de escombros.
Kathalina Pantoja y su familia se refugiaron dentro de una tienda cuando la tormenta arreció. “El viento y el agua nos arrastraban, nos escondimos como pudimos”, contó en redes sociales.
Un panorama desolador
El presidente del Gobierno Parroquial, Orlando García, informó que se está trabajando en la identificación de los daños, pero se estima que al menos 250 viviendas quedaron sin techo.
"El centro de la parroquia parece una zona de guerra", describió con preocupación el funcionario.
El prefecto de Bolívar, Aníbal Coronel, confirmó que están atendiendo a las familias afectadas. Brigadas de ayuda recorren las calles, mientras los habitantes intentan recuperar lo poco que quedó intacto.

El desastre también golpeó el sector agrícola. Los cultivos, esenciales para la economía de la zona, quedaron devastados, generando preocupación entre los campesinos.
"La lluvia y el viento lo arrasaron todo", lamentó Mariel Guerrero, quien aún no asimila lo sucedido.
Las autoridades locales, junto con la comunidad, han comenzado a trabajar en la recuperación de la parroquia, cuyo invierno golpea con fuerza.
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