Velasco Ibarra, un sector que agoniza entre dos cantones de Santa Elena: Salinas y La Libertad
El problema surgió en 1993, cuando la localidad libertense se cantonizó y dejó de ser parroquia de Salinas. Sus habitantes piden a las autoridades definiciones limítrofes urgentes.
La calle 18 divide al sector Velasco Ibarra entre dos cantones: La Libertad y Salinas, en Santa Elena. Vicente Cabrera (izq) y Angelita Taipe viven en Colinas de La Libertad; y Arelis Cabrera y Mariana Espinoza, en Colinas de Salinas.
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Los moradores del sector Velasco Ibarra, ubicado entre los cantones La Libertad y Salinas (Santa Elena), llevan cerca de 31 años de ‘vivir en el limbo’.
Son alrededor de 20.000 familias distribuidas en 600 predios que conforman los 21 barrios de este sector, que todavía no saben a qué cantón pertenecen.
Angelita Taipe, habitante del barrio Colinas de La Libertad, ubicado cerca de la represa natural de agua, asegura que su sector es considerado el punto más neurálgico, ya que es el nuevo límite de los dos cantones, algo que les ha traído problemas, porque las obras públicas no llegan.
"Nosotros necesitamos vivir ya como seres humanos y saber a dónde mismo pertenecemos, para que cada sitio tenga sus obras".
Angelita Taipe, habitante de Velasco Ibarra.
Cruzando la calle de su casa está Arelis Cabrera, quien pertenece al sector Colinas del cantón Salinas, y asegura que su situación es aún mas crítica, ya que la municipalidad no llega con servicios, como el alcantarillado.
“Nosotros llevamos años con este problema, pero nadie nos entrega una solución, merecemos ser tomados en cuenta para saber dónde mismo estamos, sea en Salinas o La Libertad, para ya tener nuestros papeles”, asegura Arelis Cabrera.
Sin embargo, el sector Colinas de La Libertad ya cuenta con alcantarillado y calles lastradas.
La legalización de sus terrenos es el objetivo principal de los moradores, porque necesitan servicios básicos, ya que algunos incluso confesaron que han tenido que llevar la electricidad a sus casas de forma ilegal y usar letrinas ante la falta de alcantarillado sanitario.
Aunque una parte del sector sí cuenta con agua potable, otros la adquieren comprándola a los vecinos.
Un tema que debe resolver la Asamblea
A pesar de que el territorio mantiene sus hitos limítrofes, no existe en la ley un reglamento que certifiquen a qué cantón pertenecen, ya que el problema debe ser resuelto en la Asamblea Nacional y ahí el tema se torna más complejo.
El problema inició el 14 de abril de 1993, cuando La Libertad dejó de ser parroquia y se convirtió en cantón, separándose así de Salinas, lo que creó un problema limítrofe.
Estas diferencias permitieron que en 2015 se realizara un laudo arbitral, después de que los dos alcaldes de esa época, Daniel Cisneros, por Salinas; y Antonio Espinoza, por La Libertad, no lograran ponerse de acuerdo.
Fue entonces cuando optaron por el artículo dos del Proyecto de ley para la fijación de límites territoriales internos, donde se definieron hitos limítrofes que los dividieron en dos: una parte del barrio Las Colinas fue denominada Colinas de La Libertad; y la otra, Colinas de Salinas.
Pero esta normativa no pasó al registro oficial en la Asamblea Nacional y quedó en espera hasta 2017, cuando la ley quedó en el abandono por siete años, hasta el 17 de septiembre de 2024, los nuevos legisladores volvieron a ponerla en debate.
Luis Menoscal, concejal del cantón La Libertad, participó en el parlamento el día de la sesión 956, donde se trató sobre la ley de límites internos.
“Hago un exhorto para que a la brevedad posible, mediante la comisión respectiva, se solucionen estos problemas”.
Luis Menoscal, concejal del cantón La Libertad.
En el proyecto se ratifica la mayoría de soluciones a los conflictos limítrofes internos, pero se dispone volver a tratar 19 casos provinciales y cantonales. Finalmente, la Asamblea dispuso que el proyecto regrese a la Comisión de Gobiernos Autónomos para continuar el trámite.
Menoscal asegura que existe voluntad política de las nuevas administraciones municipales de los dos cantones y espera que sea el Legislativo el que agilite los procesos para su pronta ejecución.
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