Urcuquí, en Imbabura, apuesta por el turismo de salud y bienestar para evitar la migración
El cantón de Urcuquí pretende consolidarse como un referente del turismo de salud. Sus habitantes han apostado por la generación de empleo local, evitando la emigración laboral.
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Personas adultas mayores o quienes sufren de alguna dolencia aseguran que las aguas han mejorado su salud.
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San Miguel de Urcuquí, un cantón joven de la provincia de Imbabura, que el 9 de febrero celebró 41 años de vida política, se levanta como un destino de salud y bienestar en Ecuador.
Sus montañas, generosas en aguas termales y suelos fértiles, han permitido a su gente crear un ecosistema de turismo sostenible.
Aquí, a diferencia de otras localidades, la migración laboral es mínima: los jóvenes que parten lo hacen para estudiar, pero la mayoría regresa convencida de que su futuro está en su tierra.
Gisella Acurio, una joven guía de turismo, impulsa junto a su familia el centro turístico Ariq Yaku, un espacio que busca atraer a visitantes con experiencias de bienestar y conexión con la naturaleza.
Un equilibrio entre naturaleza y desarrollo
Con casi 18.000 habitantes, Urcuquí ha logrado un balance entre el aprovechamiento de sus recursos naturales y la conservación ambiental.
Luis Carlos Ruiz, presidente de la Red de Turismo del cantón, destaca el esfuerzo conjunto para posicionarlo como un destino turístico nacional e internacional.
“Nuestra riqueza natural, gastronómica, musical y cultural merece ser conocida por todos. Queremos atraer más visitantes y consolidar la Ruta Termal como un referente de bienestar”.
Luis Carlos Ruiz, presidente de la Red de Turismo de Urcuquí.
La infraestructura hotelera en Urcuquí ha crecido significativamente. Cinco de sus seis parroquias —San Miguel Urcuquí, San Blas, Tumbabiro, Pablo Arenas y Cahusquí— ofrecen alojamientos que van desde haciendas históricas hasta modernos spas.
Uno de los proyectos más ambiciosos es el Corredor de Turismo Seguro, en colaboración con el Ministerio de Turismo, la Prefectura y el Municipio. Este plan busca garantizar un entorno óptimo para los viajeros y fortalecer la oferta turística del cantón.
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Las aguas termales, un regalo de la naturaleza
Las entrañas de la tierra en Urcuquí emanan vida. Aguas termales y frías, cargadas de minerales, fluyen desde las montañas hasta complejos turísticos como Arcoíris, donde Byron Augusto Armas Benavides ha trabajado durante 25 años en la conservación de más de 500 hectáreas de bosque y vertientes.
“Cuidamos el agua, reforestamos y garantizamos su regeneración natural”, explica. El complejo Arcoíris cuenta con 20 piscinas con temperaturas que oscilan entre 25 y 55 grados centígrados. Su fuente principal es La Viuda, un manantial termal que nace en lo alto de la montaña.
En este centro, los habitantes de Urcuquí disfrutan de tarifas especiales con un 50% de descuento, y los servicios de rehabilitación son gratuitos.
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“Los niños y adultos con dificultades para caminar ingresan sin costo. Aquí, la salud y el bienestar son prioritarios”, enfatiza Armas.
Las propiedades curativas de estas aguas incluyen el alivio de dolores musculares y articulares, la mejora de la circulación sanguínea y la reducción del estrés, asegura Byron.
Rosario Salazar, residente de Tumbabiro, llegó por recomendación de vecinos y asegura que el tratamiento termal ha mejorado su calidad de vida.
Según Byron Armas, las aguas contienen alta presencia de cloruros y sulfuros de hierro, magnesio, cobre, yodo y otras propiedades que actúan como estimulantes y regulador del sistema nervioso y digestivo.
Emprendimientos que generan empleo y bienestar
Además de sus termas, Urcuquí alberga proyectos que combinan turismo, salud y espiritualidad. Montaña de Luz, con ocho años de trayectoria, es un espacio de reconexión con la naturaleza y la cosmovisión andina.
Ofrece retiros de yoga y meditación, con un mirador que permite apreciar los paisajes del cantón. En su jardín botánico han plantado 38.000 especies nativas y foráneas, consolidándolo como uno de los más grandes del país.
En la hostería San Jorge, Pompillo Yépez ha transformado su hacienda ganadera en un centro turístico con zona húmeda, saunas y aguas termales. Emplea a diez personas de la localidad.
“Aquí, quien quiere trabajar encuentra oportunidades. Apostamos por el turismo y la agricultura para que nuestra gente se quede”.
Pompillo Yépez, hostería San Jorge.
Otro ejemplo de emprendimiento es Agua Savia, una cooperativa turística en la parroquia Tumbabiro que ofrece hospedaje, caminatas y cabalgatas en un entorno natural.
Su complejo termal, administrado por un grupo de asociados, cuenta con piscinas a 40°C y salas de masajes, con tarifas accesibles para locales y visitantes.
Urcuquí, un destino de salud con futuro
María Augusta Armas, gerente del Hotel Spa Termas Fuente de Vida de Chachimbiro, resume el objetivo del cantón: consolidarse como un referente de turismo de bienestar.
Su hotel ofrece terapias en tinas termales con hierbas medicinales, masajes y baños de contraste, promoviendo la salud a través de la naturaleza, con una vista privilegiada a la montaña.
Con iniciativas como estas, Urcuquí no solo retiene a su población, sino que se proyecta como un modelo de desarrollo sustentable.
"La clave ha sido la unidad entre autoridades, emprendedores y comunidad, quienes han sabido aprovechar sus recursos sin comprometer su futuro", recalca Luis Carlos Ruiz.
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