El santuario Blanca Estrella de Mar y una unidad educativa de Olón están en riesgo por los deslizamientos
El problema existe desde hace 14 años, pero se agravó por las fuertes lluvias en Santa Elena. El templo de la virgen que lloró sangre está en peligro.

Letrero advierte del peligro de deslizamientos en la zona del santuario Blanca Estrella de Mar, en Olón, el 14 de marzo de 2025.
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PRIMICIAS
Autor:
Redacción Primicias
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El santuario Blanca Estrella de Mar, construido el 8 de septiembre de 1984, en uno de los cerros del perfil costero de la comuna Olón, en la provincia de Santa Elena, continúa en constante peligro por los deslizamientos de tierra por las fuertes lluvias.
No solo está en riesgo inminente en desmoronarse, si no que los deslizamientos también amenazan con llevarse consigo a la Unidad Educativa Santa Marianita del Fiat, una institución católica ubicada frente al templo.
Esta problemática lleva más de 14 años y ha causado temor entre los habitantes, turistas y feligreses que vienen al santuario a dejar sus plegarias o, simplemente, disfrutar de la hermosa vista, desde los 60 metros de alto sobre el nivel del mar, que ofrece el templo cuya fachada se asemeja a un barco.
El 4 de febrero del 2011, la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos hizo oficial uno de los primeros informes donde se determinaba que el cerro presentaba importantes muestras de erosión. Fue indispensable cerrar el paso de vehículos por cerca de 1 kilómetro de la vía, desde el monumento al surfista de la comuna Montañita, localidad que lindera con el templo, para evitar que las vibraciones sigan causando más daños.
Desde esa fecha hasta ahora, son varias las precipitaciones de tierra que se han presentado, pero los lugareños sienten que las autoridades tienen poco interés en resolver este problema.

“La verdad es que nadie se preocupa por el santuario, las autoridades invierten los recursos en muchas cosas, menos en cuidar el patrimonio de nuestra tierra, ya que el santuario forma parte de nuestra identidad e historia”, comentó Blanca Espinoza, moradora de la localidad.
Entre las medidas más recientes, funcionarios de Emutránsito, que pertenecen al Municipio de Santa Elena, resolvieron el 26 de febrero colocar cintas y barreras en la zona donde se presentan los socavones.
Ese día, advirtieron que, si los deslizamientos continuaban, instalarían una reunión de mesa técnica, donde participaran los encargados del área de riesgo del Municipio, el cabildo comunal y directivos de la institución religiosa.
Las lluvias que han caído en estas últimas semanas han sido intensas, sobre todo en la zona norte, y han provocado que parte de la estructura de tierra que proviene del cerro caiga a la mitad de la calle, que cuenta con dos carriles de ida y retorno. En la actualidad, solamente uno de los carriles está habilitado, ya que el otro estaba invadido por el material que se deslizada desde la montaña.
“A mí me encanta el templo, pero es una lástima que esté pasando por esto, yo creo que debemos cuidar la historia y sacarle su máximo potencial ahora que se puede”, comentó Martina Benítez, una turista argentina.
Por su parte, Gonzalo Menoscal, experto en áreas de riesgos y exfuncionario de esta Cartera de estado, comentó que la situación no es sencilla de resolver. La única solución es estabilizar el cerro mediante procesos técnicos, pero que no son para nada económicos; al contrario, requieren de una fuerte inversión.
Esta situación preocupa a los directivos de la Unidad Educativa que también comparte el mismo problema que el santuario. Reconocen que esta problemática cambió la cotidianidad de la jornada escolar de los estudiantes, quienes tuvieron que salir el 21 de febrero. Las autoridades del plantel solicitaron al distrito de educación terminar en esa fecha el año lectivo para no seguir exponiendo al peligro a los estudiantes.
La virgen que lloró sangre
La cripta de María Rosa Mística, que se encuentra en una especie de sótano de la iglesia, es una de las más visitadas por cientos de turistas, quienes sienten curiosidad al enterarse que hace 35 años atrás la imagen de esta virgen lloró sangre.

La historia se remonta en un domingo 11 de noviembre de 1990 cuando varios feligreses, cerca de las tres de la tarde, se encontraban rezando plegarias a la virgen. De repente, observaron que de los ojos de la imagen brotaba sangre.
Esto causó demasiado asombro en la ciudadanía; rápidamente se corrió la voz y se empezaron a recibir cientos de visitas de personas de todas partes.
En la actualidad, aún se puede observar en el rostro de la imagen las huellas de las gotas de sangre.
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