Estas son las razones por las que Manabí se queda sin agua potable cuando llueve
Desde la desalinización, pagar una tarifa, aumentar los tanques de almacenamiento, nuevas fuentes de captación y más infraestructuras de potabilización, son las opciones que se manejan para que la provincia supere un problema histórico: la falta de agua potable.

Manta se abastece de agua mediante tanqueros cuando hay escasez del líquido vital en Manabí.
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Aguas de Manta
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Manabí sufre por la falta de agua potable en época invernal e incluso en verano. Según expertos consultados por PRIMICIAS, este escenario es originado por los desatinos para operar las infraestructuras y aterrizar nuevos proyectos acorde a la realidad.
De hecho, el 40% de los 1.592.840 habitantes de la provincia no tiene acceso al agua por red pública, según datos del Censo de Población y Vivienda 2022. Este déficit empeora durante las precipitaciones.
En muchos cantones la ineficiencia de la gestión pública ha llevado a los ciudadanos a abastecerse del líquido comprando a tanqueros, generando costos adicionales, cuando el agua es un derecho fundamental e irrenunciable.
Aunque esta problemática se ha expandido a todas las estaciones del año, en esta ocasión se conocerá sobre los estragos y las odiseas en cada invierno en los cantones más poblados, además de su importancia económica y estratégica.
Portoviejo, la capital provincial, es el cantón más poblado de Manabí, con 322.925 habitantes. Allí en cada invierno la historia se repite: ciudadanos claman por agua potable.
Mientras que en Manta, la ciudad portuaria y de desarrollo económico sostenido, el segundo cantón más poblado de la provincia, con 271.145 habitantes, los reclamos también se incrementan en la temporada invernal.
Entre 15 y 20 días hay sectores que no son abastecidos de agua potable debido a los impactos de las lluvias, generando así un problema de salud pública.
El 2 de marzo de 2025, Yanina García, moradora del sector Cuatro Esquinas, tras las fuertes lluvias registradas en Portoviejo, aseguró que en la zona llevaban 15 días sin el líquido por red pública.
“Creo que en estos momentos debe de haber equipos de trabajos transdisciplinarios (todo tipo de especialistas y actores). No es solamente un tema técnico, también es social y de participación colectiva. Y si no hay colaboración activa no va a pasar absolutamente nada, se van a hacer proyectos que van a terminar en los escritorios de las instituciones”, dijo Xavier Valencia, especialista en ingeniería hidráulica y expresidente de la junta directiva de la Corporación Reguladora de Manejo Hídrico de Manabí.
Para Valencia, “si nosotros logramos operar adecuadamente lo que tenemos, el escenario no podría ser tan complejo como el actual, obviamente hacen falta recursos, vemos que el Gobierno Central no transfiere los dineros al Consejo Provincial y a los municipios, lo que contribuye que el problema se agudice”.
Desde los municipios manabitas justifican que la falta de agua potable durante la época invernal, se debe a los problemas para potabilizar el líquido, debido a los altos niveles de turbiedad que viene acompañado de lodo y palizadas.
Aldo Vásquez, exdirector de Riego y Drenaje del Gobierno provincial de Manabí y exsubsecretario Regional de Obras Públicas, expone otra realidad.
“Ninguna de las empresas que proveen el agua potable y alcantarillado en Manabí son autosuficientes y, si no son autosuficientes, ¿cómo realizan la operación y mantenimiento? Además de los inconvenientes de captación, hay problemas de gestión”.
Aldo Vásquez, exdirector de Riego y Drenaje del Gobierno Provincial de Manabí.
Sed en la capital provincial
En la capital manabita, Portoviejo, “la única fuente de abastecimiento es Cuatro Esquinas”, aseguró Víctor Vera, director de Operación y Mantenimiento de la Empresa Pública Municipal de Agua Potable y Saneamiento de Portoviejo (Portoaguas Ep).
La planta potabilizadora ‘Cuatro Esquinas’, ubicada en el sector del mismo nombre de la parroquia Francisco Pacheco, empezó a funcionar en enero de 2001 y está bajo la administración de Portoaguas.
La captación de agua cruda se la hace a 22 kilómetros de la capital, en la presa Salazar Barragán, situada en el cantón Santa Ana. Y en época invernal en reiteradas ocasiones se deben cerrar las compuertas, debido a la turbiedad y a la salida de las quebradas.
Según información de Portoaguas, durante este invierno, los niveles de turbiedad han llegado hasta 130.000 NTU (Unidades Nefelométricas de Turbidez) y la capacidad de tratamiento de la planta Cuatro Esquinas, es de 10.000 NTU.

La ciudad también tiene tanques reservorios: Las Pulgas, Cimarrón y UTM. Este último, puede llegar a abastecer hasta el 60% de la ciudad.
Y en el caso de Las Pulgas, abastece a los hospitales Verdi Cevallos y de Especialidades de Portoviejo, además de a un sinnúmero de sectores.
Sin embargo, no siempre se pueden llenar los tanques e incluso proveer del líquido -en el caso de las zonas altas, con la planta produciendo al 100% puede tardar hasta tres días.
Cuatro Esquinas cuenta con un presedimentador que permite tratar 10.000 NTU, en temporada invernal. Sin embargo, el alcalde Javier Pincay dice que, superado estos niveles, es decir trabajar entre 15.000 a 20.000 NTU “es dañar la planta”.
Pincay también hizo un llamado a abastecerse y cuidar el agua cuando el servicio esté restablecido.

Desde Portoaguas informaron que dentro del Plan Triple A, proyecto de agua potable para la zona rural de Portoviejo, “se ha reestablecido un diseño del sistema que va a venir para las zonas rurales, donde se va a incluir una derivación de 250 litros por segundos a un tanque en El Corozo, que va a ser construido y que se va a integrar al proyecto de la zona norte. Esto es un proyecto que ya está en proceso de licitación y que sería una solución a mediano plazo”, explicó Vera.
Aldo Vásquez dice que para la capital provincial es necesario tener otra captación que no sea “la margen derecha de los canales de riego, porque es contaminada con los esteros que salen por la carretera Santa Ana-Portoviejo, se llenan de sedimento y llegan a niveles que no se pueden potabilizar”.
Los expertos creen necesario ir pensando en otra planta potabilizadora para el cantón, considerando el crecimiento poblacional y otras aristas que lleven a garantizar el servicio de agua potable.
Manta, déficit de agua potable
Desde finales de febrero de 2025, la ciudad puerto se declaró en alerta naranja por el déficit de agua potable derivado de los impactos de las lluvias.
En la actualidad, según la Empresa Pública de Aguas de Manta (Epam), en la ciudad hay 30.000 metros cúbicos de déficit de agua potable por día.
El cantón tiene dos plantas potabilizadoras: El Ceibal (Rocafuerte), que abastece al 70% de la ciudad; y Colorado (Montecristi), que dota del servicio al otro 30%. Ninguna queda dentro de la ciudad.
La captación de agua cruda se la hace en Caza Lagarto (Santa Ana) y la planta Ceibal (Rocafuerte). A más de los niveles de turbiedad que no permiten potabilizar durante la época invernal, las tuberías sufren desacoples por deslizamientos.

Durante las últimas lluvias, los niveles de turbiedad han superado los 10.000 NTU.
Miguel Cevallos, gerente de la Empresa Pública Aguas de Manta (Epam), explicó que en el caso de la primera fuente (Ceibal) “el río ha mantenido los niveles de turbiedad relativamente manejables, muy por arriba de lo normal, pero manejable todavía, estamos hablando de 4.000, 3.000 NTU, que una temporada normal no debería llegar ni a 200 ni 300 NTU, en todo caso seguimos potabilizando hasta unos 5.000 NTU y tenemos que paralizarnos”.
Mientras que en Caza Lagarto “es diferente, al estar mucho más cerca de las zonas donde ha habido inundaciones en los últimos días, el río sí está con niveles de turbiedad que no son aptos para bombear… ha sido casi imposible operar en las últimas semanas”, agregó Cevallos.
“Seguimos teniendo las mismas fuentes y los mismos problemas todos los inviernos, un poco por la geografía misma de Manabí”.
Miguel Cevallos, gerente de la Empresa Pública Aguas de Manta (Epam).
Cevallos calculó que la ciudad necesita “120.000 metros cúbicos, de los cuales nosotros actualmente producimos 90.000 metros cúbicos por día”.
De igual forma, el funcionario dice que el problema de Manta “no es la capacidad de almacenamiento, tenemos capacidad suficiente para operar y se han hechos inversiones importantes” en este tema.
De hecho, Cevallos recuerda que los últimos tres tanques construidos en la ciudad de última tecnología, tienen una capacidad de 2.500 metros cúbicos cada uno. En totalidad, en Manta hay 26 tanques de diferentes capacidades.
“Lo primero que tenemos que hacer como ciudad y provincia es producir más agua”, expresó Cevallos.
¿Por qué las complicaciones?
Miguel Cevallos explicó que cuando buscaban otra fuente de abastecimiento de agua para Manta, conocieron que en Manabí “hay una serie de proyectos multipropósitos (represas), que en su momento se construyeron, en la zona norte. Pero ese plan hídrico no se ejecutó en un 50%”.
Incluso Cevallos informó que realizaron una consultoría financiada por la Agencia Francesa de Desarrollo, con la cual supieron que “el plan hídrico de Manabí no estaba ejecutado al 100% y que hacía falta alrededor de USD 1.200 millones en obras, en donde precisamente había quedado pendiente todo el plan hídrico de la zona sur (beneficiaba a Manta)”.
Frente a ese escenario, el titular de la Epam dice que continúan captando agua de Rocafuerte y Santa Ana.
De hecho, en 1990, la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA), en cooperación con la OEA, elaboró el Plan Integral de Desarrollo de los Recursos Hídricos de la provincia de Manabí.
Esta iniciativa fue actualizada en 2016. Sin embargo, obras como otras infraestructuras (presas) fueron quedando en papeles.
“Todos estos planes hídricos tienen sus etapas, se pensaba o la concepción del plan en aquella época y en 2016, eran miradas de infraestructuras…hay que aterrizar los proyectos de acorde a la realidad”, indicó el expresidente de la junta directiva de la Corporación Reguladora de Manejo Hídrico de Manabí.
Cevallos asegura que para Manta ya no es una opción captar agua cruda desde una presa, el estudio “que hicimos con la AFD nos da como solución estratégica desalinizar agua de mar”.
Con esto pretenden cubrir el déficit e iniciar con 30.000 metros cúbicos y “luego ir incrementando la capacidad de producción de agua desalinizada hasta que en algún momento podamos hacer una transición completa”.
Transformar el agua de mar
A finales de 2024, se anunció la entrega de un proyecto a la Secretaría de Reconstrucción y al Comité Técnico de Reconstrucción, que consiste en la construcción de dos plantas desalinizadoras que permitan producir 5.400 metros cúbicos por día.
Las plantas servirán para potabilizar el agua del mar y entregarla a la zona rural de Santa Marianita, San Lorenzo, San Mateo y parte de la zona alta de la ciudad.
Esta iniciativa está valorada en una primera fase en USD 5 millones y las desalinizadoras son parte del proyecto Planta Manta, que bordea los USD 17 millones.
“Hace falta un informe de pertinencia de la Secretaría Nacional de Planificación… y de allí el proyecto estaría listo para lanzarse al portal”, informó Cevallos. Se prevé que todo esté listo para abril de 2025.
Aldo Vásquez, considera que, si es factible en “términos económicos y técnicos”, debe de ejecutarse.
Xavier Valencia, especialista en ingeniería hidráulica, piensa que no “es un proyecto descabellado, porque si bien demanda energía y costo, es seguro y eso se compensa con el costo del servicio”.
Otra opción para que la ciudad se abastezca de agua cruda es por medio del acueducto La Esperanza, operado por la compañía de economía mixta Refinería del Pacífico (RDP) y en proceso de liquidación.
Sin embargo, el acueducto de 94 kilómetros, que empezó a operar en 2017, nace en la presa La Esperanza (Bolívar) y atraviesa siete cantones hasta llegar a la zona de El Aromo, en Manta, enfrenta inconvenientes porque no ha recibido mantenimiento preventivo y correctivo.
Tres cantones se venían abasteciendo del agua cruda que transporta el Acueducto: Jaramijó en un 100%, Montecristi en un 75% y Manta en un 20%. Sin embargo, en los últimos años, RDP puso en marcha un Plan de Sostenibilidad, que implica la regularización de las conexiones existente.
Es decir, que las municipalidades paguen por el transporte de agua cruda, pero la tarifa y la cantidad de aprovisionamiento del líquido ha generado desacuerdos.
“Y alrededor de USD 0,32 el metro cúbico para la ciudad de Manta sería un poco inviable, en todo caso estamos proponiendo alguna otra forma de cubrir los valores para tener agua en contingencia”, manifestó Cevallos.
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