“Mi hijo quedó bajo las ruedas de un tren”, dice la madre de un migrante guayaquileño que falleció junto a su bebé
En su trayecto a Estados Unidos, un hombre y su pequeño hijo fallecieron. Sus familiares piden la ayuda del Gobierno para la repatriación de sus cuerpos.
Sandra Angulo, de 51 años, llora por la muerte de su hijo y su nieto en México mientras una prima la consuela este 6 de enero del 2025.
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“Mamá, muy pronto nos vemos, porque ya nos vamos a entregar, queremos volver”, le dijo Elvis Mairongo, de 29 años, a su madre Sandra Angulo, el 2 de enero, un día antes de que él y su pequeño hijo de 1 año fallecieran en México en busca del llamado ‘sueño americano’.
“Quiero que me traigan a mi hijo y a mi nieto para darle una mejor sepultura, no pido dinero, no pido nada. Ellos partieron para tener un mejor futuro, porque aquí no hay estabilidad, pero lo que encontraron fue humillación y muerte, nada más”, pide entre lágrimas Sandra, de 51 años.
En el local donde funciona su comedor, en la Isla Trinitaria, Sandra Angulo recuerda que desde junio iniciaron la travesía a Estados Unidos sus hijos Joel y Elvis, este último junto a su esposa Yulissa y los dos hijos de ambos, el pequeño Damián, de 1 año, y Elvis, de 4.
“En México hay humillación, secuestro y muerte, mucho más si somos ecuatorianos, nos tratan mal. Ellos me decían que era duro, que había muchos carteles que secuestraban a la gente”.
Sandra Angulo, madre de fallecido
El viernes 3 de enero todos abordaron el tren conocido como ‘El Bolichero’, en las afueras de la ciudad de México, con destino a Torreón, en el estado de Coahuila. Al amanecer se asustaron por la presencia de personal del departamento mexicano de Migración.
“Vimos cómo la migra estaba cerca y todos empezamos a lanzarnos del tren, yo agarré a mi sobrino, lo abracé y nos lanzamos, cuando me levanté luego de los golpes, pude ver que el tren arrastraba el cuerpo de un hombre, cuando me acerqué, miré que eran mi hermano y mi sobrino, ambos muy mal heridos, el niño parecía que murió en el acto”, relató Joel Mairongo, de 30 años, a la organización 1-800 Migrantes, que brinda asesoría a ecuatorianos en México.
Elvis aún tenía signos vitales. “Llamamos por ayuda, pero nadie llegó, murió ahí, en el piso”, dijo Joel, de 29 años. Su cuñada Yulissa Cetre y su sobrino Elvis, de 4 años, quedaron con heridas, pero sobrevivieron. Todos se encuentran en un albergue en Torreón.
El director de 1-800 Migrantes, William Murillo, contó a PRIMICIAS que “en México la Fiscalía tiene los cuerpos y están viendo la forma de cómo coordinan este tema, porque no hay relaciones diplomáticas, seguramente van a tratar de coordinar con la embajada de Perú o Colombia”.
Ecuador y México rompieron relaciones desde abril de 2024, luego de que agentes policiales allanaran la embajada mexicana en Quito para detener al exvicepresidente Jorge Glas, quien se había refugiado en esa sede diplomática.
“La familia recién el día de hoy está en contacto con las autoridades, porque estaban en feriado, sin embargo, nosotros el fin de semana ya pudimos contactarnos con autoridades ecuatorianas para informarles del hecho y nos dijeron que ya iban a movilizarse para ver como podían ayudar”, dijo el director de la organización 1-800 Migrantes.
En Guayaquil, Sandra Angulo se reunió este 6 de enero con un asesor de la ministra del Interior, Mónica Palencia, y con funcionarios del ministerio de Relaciones Exteriores, quienes le han prometido realizar las gestiones para la repatriación de los cuerpos de su hijo y nieto.
Horror en el Darién
Los hermanos Mairongo, la esposa de uno de ellos y sus hijos cruzaron la peligrosa Selva del Darién, una ruta que miles de sudamericanos, especialmente de Venezuela, Ecuador y Colombia, cruzan para llegar vía terrestre a los Estados Unidos.
La zona comprende extensas áreas de selva pantanosa, unos 17.014 km2, donde no hay carreteras sino bosques, ríos y montañas.
Va desde Colombia hasta Panamá. La mayoría de migrantes la utiliza porque es el único paso terrestre hacia Centroamérica, particularmente México, donde se contactan con los llamados ‘coyoteros’, que los llevan hasta la frontera con Estados Unidos.
Los hijos de Sandra Angulo, cuenta ella, quedaron horrorizados al pasar por esta zona selvática. “Mi hijo vio morir tanta gente en el Darién, en la carretera. Cuando iban en la caravana vio morir una familia entera, la atropelló una camioneta. Ellos vieron tantas cosas allá, tantos muertos en el trayecto, muertos que quedaban botados. Estaban horrorizados, tantos ecuatorianos muertos, de tantos países”, comentó Sandra mientras recibía las condolencias de su prima Gloria.
Ambas se fundieron en un abrazo mientras recordaban que Elvis y Joel se dedicaban al comercio, vendían todo lo que les parecía negocio, desde yogur hasta camisas de Barcelona. Y cuando no había ventas, ambos le ayudaban a su mamá en el comedor, a vender meriendas.
Pero el deseo de un mejor futuro fue mayor a los riesgos. Durante el viaje, Sandra contó que sus hijos fueron secuestrados por carteles del narcotráfico que le exigieron el pago de dinero para su liberación.
“Me pidieron una cantidad de USD 150 por cada uno, les pagué y los soltaron, pero ellos cogieron miedo y andaban escondidos de la migración, es muy mala, le roban todo, la migración mexicana es muy mala”.
Sandra Angulo, madre de migrante fallecido
Su dolor no encuentra consuelo. Su hija Karen la abraza. “En ese trayecto, a Estados Unidos, mi hijo perdió la vida, se resbaló del tren y cayó. ¿Por qué cogen el tren?, porque en los carros los secuestran y en el tren, como va andando, no. Ahí falleció, con el niño, lo tenía en los brazos, muere con su hijo abrazado. Ahí quedó mi hijo, debajo de las ruedas de un tren junto a su hijo. Nadie merece morir así”.
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