"Escuchamos un estruendo desde la montaña y pudimos correr", dice un sobreviviente del aluvión en Piñas
Dos muertos, 15 heridos, casas destruidas y familias evacuadas deja la emergencia en Piñas. Una comunidad está aislada, mientras que la solidaridad se muestra en medio del desastre.
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Así quedó una de las casas destruidas por el aluvión en Piñar, el 28 de febrero de 2025.
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Cristina Mora/PRIMICIAS
Autor:
Cristina Mora
Actualizada:
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Piñas, en la provincia de El Oro, ha vivido las últimas horas del 28 de febrero y el 1 de marzo en medio de la devastación y el dolor por la tragedia de la intensa lluvia que ya cobró la vida de un niño y un adulto, pero que también ha dejado a decenas de familias damnificadas.
La noche del viernes, la intensa lluvia sonaba como un estallido para los oídos mientras el agua empezaba a decender de las montañas con incontenible fuerza.
En la zona de San Francisco, la calle Zaruma divide a la población. Metros hacia arriba había casas habitadas,pero ahora en el lugar solamente hay tierra porque el aluvión lo destruyó todo.
Segundos antes de la embestida del lodo y el agua, una de las familias presentía que un desastre estaba a punto de pasar porque escucharon a la montaña.
"Había mucho ruido. Escuchamos que la montaña crujía y lo que hicimos fue correr y avanzamos a protegernos", contó a PRIMICIAS uno de los sobrevivientes.
Una joven fue arrastrada por el lado. "Ella se quedó sobre una plancha de la pared que se había caído y por suerte fue saca a tiempo. Salió ilesa de milagro", relató el ciudadano.
Ellos fueron testigos de cómo el lodo y el agua arrastraba los carros que estaban en las vías.
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Dolor en Piñas
La magnitud del desastre en Piñas registrado la noche del viernes se pudo visualizar en las primeras horas de la mañana del sábado.
Los enseseres como colchones, almohadas, electrodomésticos quedaron en media vía, mezclados con lodo.
En las primeras horas de la mañana había mucho llanto y desesperación entre quienes lo perdieron todo. Escarbaban entre el montón de enseres buscando si había algo que rescatar.
Los habitantes se pusieron botas, tomaron palas y escobas para limpiar el lodo que ingresó a las casas que quedaron afectadas. Lugares de trabajo estaban copados de mucho material.
En algunos tachos de ropa las familias ponían prendas enlodadas en su totalidad. "Esperemos que algo podamos rescatar, al menos algo", se esperanzaba uno de los vecinos.
Fuera de ellas había carros afectados. La carrocería desformada, las llantas pinchadas y con llano porque la fuerza del agua que bajó de la montaña lo arrasó todo.
Quebrada crecida y deslizamiento
Para atravesar por la vía Zaruma unos se arriesgan a cruzar sobre el cúmulo de escombros, pero otros improvisaron un paso justo a lado de una vivienda deshabitada para salir hacia la calle de abajo. Se apoyan con una soga para no resbalar por el lodo que llegó metros más abajo.
Por la vía principal, camino hacia arriba, está la pequeña quebrada que se convirtió en río y que arrastró piedras y palizada que llegó más abajo y que inundó algunas casas de la ciudadela Roldós.
Metros más arriba, una parte de la vía se fue; hacia abajo, en la zona de la calle Sangurima, el lodo lo arrastró todo, plantas, flores, basura, y alcanzó una vivienda: destruyó una pared e ingresó. La familia fue rescatada y movilizada a una casa vecina más segura.
Allí su dueño madrugó a limpiar todo y a rescatar lo que podía.
Comunidad aislada
Los tres accesos de san Francisco están cerrados, pero en medio hay aún decenas de familias que temen que otra emergencia se pueda presentar.
"Solo podemos bajar a pie en medio del lodo, pero no hay más forma de salir acá arriba", dijo uno de los habitantes a PRIMICIAS.
En medio del dolor y la preocupación, los vecinos se han unido para ayudar a quienes más lo necesitan.
Hay mingas para limpiar, también se preocupa por los alimentos y cocinan para todos. Una vivienda de patio grande recibe a los vehículos que sufrieron daños.
"Aquí en Piñas todos nos conocemos y somos solidarios. En medio del desastre estamos todos unidos", recalcó una vecina de San Francisco.
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