"Rompí la ley para darle una camiseta al papa Francisco", el relato de jóvenes que lo recibieron en Ecuador
La visita del papa Francisco a Ecuador, en julio de 2015, marcó la vida de muchos. Aquí relatos de jóvenes que acamparon, cantaron y siguieron al Sumo Pontífice en Quito.

El papa Francisco sale en 'papamóvil' de la iglesia de San Francisco en Quito, 7 de julio de 2015.
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AFP
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Tras la muerte del papa Francisco el mundo entero recuerda diferentes momentos junto al Pontífice, desde verlo en la televisión por primera vez, hasta tenerlo a tan solo metros de distancia.
Estudié en un colegio católico y Francisco siempre estuvo presente en mi vida. Recuerdo el día del esperado humo blanco. Todos nos paralizamos ante la noticia: el papa era de Argentina, de Latinoamérica.
Pasó el tiempo y llegó 2015, tenía 14 años y otra noticia nos llenó de alegría y fe: ¡el papa visitaría Ecuador! Como parte del grupo juvenil de la iglesia del Buen Pastor. en Tumbaco, compartía una ilusión: acompañar al papa Francisco en su paso por el país.
Sábado tras sábado, nos reuníamos para planear las actividades y continuar nuestra formación espiritual. Hasta que llegó la mañana del 5 de julio de 2015.

Emocionados, nos subimos en un bus alquilado para ir todos juntos hasta la avenida 6 de Diciembre y esperar, por más de cinco horas, al papa Francisco. En medio de cantos y bailes dedicados a Dios, compartíamos comida y bebida mientras llegaba el ansiado momento.
¡El papa pisó sueño ecuatoriano! Nosotros celebrábamos cada paso que acercaba al Sumo Pontífice a nosotros, desde su salida del Aeropuerto Mariscal Sucre.
Ahora sí, no faltaba nada para ver a Francisco en su 'papamóvil' en las calles de Quito. Con mis amigos caminamos hasta la sede del Consejo Nacional Electoral (CNE), era el lugar perfecto e ideal para ver al papa.
¡La emoción estaba a flor de piel! A lo lejos veíamos a Francisco saludando a la multitud. Nosotros habíamos preparado una camiseta con el logo de nuestro grupo juvenil y las firmas de todos los integrantes. Teníamos la misión de entregársela, pero entre tanta gente, ¿lograríamos hacerlo?
El papa se acercaba. Yo estaba saltando y gritando "¡hola papa Francisco!", era la más pequeña del grupo y mis amigos me dijeron: "Toma la camiseta, corre y lánzala". Lo que sucedió después es un momento que nunca se borrará de mi mente.
Podría decir que "rompí la ley", pues aproveché los policías también estaban anonadados viendo al papa. Sobrepasé los límites establecidos para el paso del papa, me lancé a la calle y me acerqué al papamóvil para lanzar la camiseta.
Todo quedó grabado. Esa pequeña que usa un chaleco rojo y se acerca al papa con una camiseta, soy yo. La camiseta cayó en el asiento del vehículo. Misión cumplida.

Todos los del grupo juvenil empezamos a llorar y reír, no solo porque logramos lanzar la camiseta, sino porque vimos al papa Francisco, quien estaba siempre muy pendiente de la juventud.
La misa en el parque Bicentenario
Todos descansamos en la mañana del lunes 6 de julio de 2015, pues el papa estaba en Guayaquil. Pero, se venía otra actividad que nunca olvidaré.
En la tarde de ese lunes, todos nos reunimos en la iglesia del Buen Pastor con 'sleeping bags', comida, agua y un kit de aseo. Nuestra próxima parada: el estadio Olímpico Atahualpa, desde ahí salimos caminando hacia el parque Bicentenario.
Fue una noche de vigilia con rezos y cantos. Llegué a un punto en donde estaba muy cansada, acabé de comer y me fui a dormir en la carpa, con un giro inesperado: una lluvia torrencial.
El agua se metió en la carpa y por ende, no pude dormir nada. Amaneció y la emoción volvió a ser la protagonista de la mañana. Eran las 12:00, un sol extremo y un parque Bicentenario a reventar.
¡Llegó el papa Francisco! Lo pude ver dos veces, esta vez sin lanzar una camiseta, sino solo era él en el 'papamóvil' con su sonrisa de siempre y un aura único.
Mi mejor amigo, Alexis Fajardo, también estuvo ese día. Pero, con una gran diferencia: él pudo estar a tan solo pasos del papa Francisco.
Él recuerda con mucha nostalgia ese martes 6 de julio, pues sería la primera y última vez que vio al papa. Fajardo cuenta que formó parte del coro que acompañó la misa campal del Bicentenario.
"Tener el privilegio de verlo celebrar esta eucaristía fue de los sentimientos más grandes que me deja la vida", cuenta el quiteño, quien revela que en varias ocasiones se le llenaron los ojos de lágrimas.
"Su visita reavivó la fe católica en el Ecuador y muchas personas regresaron también a la fe de la Iglesia por que se identifican con su testimonio de vida y su amor por los marginados, olvidados", agrega Alexis.

También, Noelia Nenger, integrante del grupo juvenil 'Getsemaní' piensa mucho en la emoción que todos los integrantes tenían al momento de hacer los carteles para que el papa lo veo.
"Todos fuimos voluntarios, creo que es una de las experiencias más hermosas que he tenido, el poder prepararme y acompañar a las demás personas", relata.
"Tratábamos de estar en todos
Noelia Nenger
los momentos del papa Francisco"
Ella también tiene como un claro recuerdo la vigilia que se hizo antes de la misa campal en Quito. Por eso, para Nenger, la noticia de la muerte del papa fue algo triste para ella, pues considera que creció junto a él.
"Se hizo sentir tan nuestro, de los jóvenes, de los ancianos, de los pobres. Agradezco que el papa Francisco haya influido en la manera de cómo se formó mi fe", dice.
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