En Quito, el papa Francisco abogó por la unidad: "el grito de libertad fue contundente cuando se dejó de lado los personalismos"
El 7 de julio de 2015, el papa Francisco visitó Ecuador apenas dos años después de asumir el liderazgo de Iglesia Católica. Este fue su mensaje en el Parque Bicentenario en Quito, una década antes de su muerte.

El papa Francisco oficia una misa en el parque Bicentenario, en Quito, el 7 de julio de 2025 ante miles de fieles católicos.
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Entre el 5 y 13 de julio de 2015, el papa Francisco -quien falleció el 21 de abril de 2025- incluyó a Ecuador en el viaje apostólico en el que también estuvieron incluidos Bolivia y Paraguay. Ecuador fue la primera escala de ese viaje, en el país ofició dos misas campales: una en el parque Samanes, en Guayaquil; y una segunda en el parque Bicenterario en Quito.
Además de dar su mensaje a miles de fieles católicos en ambas ciudades, el Papa visitó el Santuario de la Divina Misericordia (Guayaquil), la Catedral, el Palacio de Carondelet, la iglesia de la Compañía, el santuario de El Quinche y el Hogar para ancianos de las Misioneras de la Caridad (Quito).
Mantuvo encuentros con la comunidad jesuita, obispos, docentes universitarios, son seminaristas y religiosos, además de con representantes de la sociedad civil.
Una década después de aquella histórica visita su muerte enluta al mundo católico y fieles en todo el mundo lo recuerdan. Este es el mensaje que Francisco dejó en la misa campal que ofició en Quito:
El mensaje de Francisco en el Parque Bicentenario
Ante miles de jóvenes que se apostaron desde la noche anterior en parte de las más de 100 hectáreas, el 7 de julio de 2015, el papa Francisco pronunció una sentida homilía en la que que destacó la importancia promover de la unidad y desechar las manifestaciones de individualismo.
Para dar un contexto más claro a su mensaje, Francisco tomó las luchas libertarias de Hispanoamérica, en alusión al Parque Bicentenario que acogía su visita. "Ese fue un grito, nacido de la conciencia de la falta de libertades, de estar siendo exprimidos, saqueados", dijo el Santo Padre.
Y de inmediato estableció un vínculo con el desafío de la evangelización, "quisiera que hoy los dos gritos concorden bajo el hermoso desafío de la evangelización (...) que nazca de la alegría del Evangelio".
No tardó en centrar su reflexión hacia importancia de la unidad entre lso ciudadanos, "la historia nos cuenta que ese grito de libertad sólo fue contundente cuando dejó de lado los personalismos, el afán de liderazgos únicos"
En ese sentido, dijo, es deber de los cristianos insistir en nuestra propuesta de reconocer al otro, de sanar las heridas, de construir puentes, estrechar lazos y ayudarnos mutuamente,
Las 10 frases más destacadas de Francisco en Quito
También nosotros constatamos a diario que vivimos en un mundo lacerado por las guerras y la violencia.
Sería superficial pensar que la división y el odio afectan sólo a las tensiones entre los países o los grupos sociales. En realidad, son manifestación de ese «difuso individualismo» que nos separa y nos enfrenta.
A aquel grito de libertad prorrumpido hace poco más de 200 años no le faltó ni convicción ni fuerza, pero la historia nos cuenta que sólo fue contundente cuando dejó de lado los personalismos, el afán de liderazgos únicos...
Evangelizar es atraer con nuestro testimonio a los alejados, es acercarse humildemente a aquellos que se sienten lejos de Dios en la Iglesia, acercarse a los que se sienten juzgados y condenados a priori por los que se sienten perfectos y puros.
La inmensa riqueza de lo variado (...) nos aleja de tentaciones de propuestas unicistas más cercanas a dictaduras, a ideologías, a sectarismos.
Tampoco la propuesta de Jesús es un arreglo hecho a nuestra medida, en el que nosotros ponemos las condiciones, elegimos los integrantes y excluimos a los demás. Una religiosidad de élite…
Jesús reza para que formemos parte de una gran familia, en la que Dios es nuestro Padre, todos nosotros somos hermanos. Nadie es excluido y esto no se fundamenta en tener los mismos gustos, las mismas inquietudes, los mismos talentos.
Y qué lindo sería que todos pudieran admirar cómo nos cuidamos unos a otros. Cómo mutuamente nos damos aliento y cómo nos acompañamos.
Eso es evangelizar, ésa es nuestra revolución –porque nuestra fe siempre es revolucionaria–, ese es nuestro más profundo y constante grito.
Que Dios los bendiga y les pido que no se olviden de rezar por mí.
Lea el mensaje completo aquí:
Para leer todo el mensaje del papa Francisco en el parque Samanes puede descargar el documento aquí.
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