"No quiero que nadie más pase por eso", dice Norma, la niña de Ecuador que encontró justicia gracias a la ONU
12 años pasaron para que Norma, la niña ecuatoriana forzada a seguir con un embarazo, encontrara en el Comité de Derechos Humanos de la ONU la justicia que no obtuvo en el país.
Marcha feminista en Quito a favor de la legalización del aborto en Ecuador, 28 de septiembre de 2025.
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EFE / Redacción Primicias
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El pasado 21 de enero, la ONU condenó a Ecuador por el caso de 'Norma', una niña que fue abusada por su padre y obligada a seguir con el embarazo hasta que dio a luz al bebé. Ella tenía 13 años cuando fue impedida de abortar.
Ahora, con 25 años, Norma mira hacia atrás y dice en una entrevista con la agencia EFE que espera que, tras la condena que emitió el lunes el Comité en contra del Estado ecuatoriano por su caso, ninguna niña más tenga que pasar por lo que ella vivió.
"No quiero que nadie más pase por eso. Quiero que ellas (las niñas) sean libres, que sean felices, que jueguen, que estudien", agregó la joven, quien a los 13 años quedó embarazada producto de una violación perpetrada por su padre.
Este hombre ya había violado a otras niñas de la familia y había sido denunciado a las autoridades ecuatorianas.
En su dictamen, el Comité relató que Norma no pudo acceder a un aborto terapéutico pese a que es legal en Ecuador, por lo que se vio obligada a llevar su embarazo a término y dar a luz a un niño nacido del incesto, y a criarlo en la pobreza y sin acceso a educación, ya que "fue mal informada sobre las opciones de adopción".
"Obligar a las niñas víctimas de violación a sufrir embarazos no deseados es una violación del derecho a la vida digna, un acto que equivale a tortura", dijo Hélène Tigroudja, una integrante del Comité, que ordenó al Estado adoptar medidas para combatir la violencia sexual y garantizar que sus víctimas tengan acceso efectivo al aborto.
En Ecuador, la interrupción del embarazo es legal cuando se practica para evitar un peligro para la vida o salud de la mujer y, únicamente desde 2021, cuando la gestación fue producto de una violación.
En este último caso, las víctimas de violencia sexual solo pueden acceder al procedimiento hasta las 12 semanas de gestación.
"Son niñas, no madres"
Norma aseguró que nunca se imaginó que esta decisión del Comité de la ONU podía llegar, sobre todo porque, antes de conocer al grupo de abogadas del movimiento regional 'Son niñas no madres' que ahora la acompañan, vivió momentos muy duros.
"Para mí la vida no valía y algunas veces intenté suicidarme. Me daba miedo pensar que la persona que me hizo daño podía aparecer nuevamente, porque un familiar decía que lo había visto", mencionó.
Su padre huyó y murió años después, por lo que nunca fue detenido ni juzgado por el delito que cometió en contra de Norma y una prima de ella.
Norma recordó que logró ver la luz cuando sus ahora defensoras le dijeron que su vida podía cambiar y que la apoyarían hasta el final. "Es diferente sentir ese apoyo, que alguien te escucha y que quiere ayudarte a cambiar para que otras niñas cambien también", señaló.
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