Ministerio de Educación resalta inversión en planteles; padres dicen que sus contribuciones mejoran escuelas
Las escuelas del noroeste de Guayaquil, en el distrito Nueva Prosperina, soportan los mayores estragos por la época lluviosa. Los maestros señalan que hace dos meses les pidieron informes del estado físico de los planteles, pero aún no llegan los recursos.

Mobiliario escolar deteriorado en una escuela del norte de Guayaquil a la espera de reparación, el 4 de abril del 2025.
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Todos los años, los padres de familia de la escuela fiscal intercultural Fernando Aguilera se reúnen para hacer un inventario del estado del plantel y organizar entre ellos los trabajos de mejoramiento que permita el inicio del período lectivo.
Desde mingas de limpieza, pintada de cursos, reparación de pupitres y hasta restitución de libreros se hacen con recursos de la comunidad educativa, cuenta una madre de familia que tiene dos hijos en ese plantel, ubicado en la cooperativa Sergio Toral 2, en el noroeste de Guayaquil, en el distrito Nueva Prosperina.
Para que los alumnos puedan rendir sus exámenes supletorios, hace unas dos o tres semanas se realizó una minga de aseo para retirar la capa de lodo que cubre el patio central y que puede incluso llegar hasta los grados de los casi 1.000 estudiantes que se educan en las dos jornadas del plantel, matutina desde inicial hasta 3ero de bachillerato y vespertina desde inicial hasta 7mo año básico.
“Por las lluvias se inunda la escuela, porque se rebosa un esterito que hay por ahí cerca, el agua ingresa y cuando sale queda todo lleno de lodo, todos los padres hacemos minga. Cada año nos piden colaboración para pintar las paredes, depende de la maestra”.
Madre de familia
El año pasado les pidieron a los padres USD 2 para la pintura y, aparte, para la compra de los estantes donde colocan los libros. “Por uno de mis hijos pagué USD 4 y por el otro me pidieron USD 5, para pintar y comprar ventiladores”, contó la madre de familia.

Lo mismo ocurre en la escuela fiscal Río Marañón, ubicada a pocos minutos del hospital Monte Sinaí, en ese sector del mismo nombre considerado de alta inseguridad por la presencia de grupos de delincuencia organizada y el cobro de vacunas a los habitantes.
El plantel, cuentan padres y docentes, se ubica en una especie de colina, por lo que el agua de las lluvias pasa por la unidad educativa, pero no la estanca, “pero igual se deteriora”.
“El Gobierno nunca nos ha dado una respuesta positiva a nuestro pedido para pintar bancas, para pintar cursos, alguna pared que esté cuarteada, nos manejamos por interno con los padres”.
Juan Carlos Andaluz, docente,
Al inicio de cada año lectivo, cuenta el maestro, la escuela organiza una reunión de padres de familia con el objetivo de que ellos constaten la situación y se decida con su apoyo -humano y económico- las acciones de mejoramiento educativo.
Así se han hecho las adecuaciones en este plantel desde hace casi diez años. En 2016, por ejemplo, los padres aportaron con su trabajo para la construcción de áreas como el cerramiento de la institución o para el adecentamiento de baños, como consta en imágenes difundidas en esa fecha.

La escuela fiscal Raúl Clemente Huerta, en las calles Diez de Agosto y Nicolás Segovia, también se inunda, dicen los padres, a quienes les ha tocado reunirse para limpiar. Un docente indicó que desde hace un par de décadas no se ha intervenido este plantel, al que solo se le ha dado “una mano de pintura”.
En Sauces 6, en la Escuela Emma Esperanza Ortiz, padres y docentes contaron de la necesidad de reconstruir los baños, de reemplazar baterías sanitarias, de colocar puertas, de reemplazar la cerámica del piso en la entrada principal, de cambiar la puerta del pequeño coliseo en la mitad del patio, de cortar el monte crecido, entre otras tareas urgentes.

Similares necesidades tienen las escuelas María Eugenia Puig Lince y Luis Alfredo Noboa, ambas ubicadas en Bastión Popular, en el noroeste de Guayaquil. “Nuestra escuela está en lista para ser intervenida” contaron en el primer plantel, mientras que en el segundo, padres señalaron que las mejoras educativas las han realizado dos fundaciones.
“Todo el cerco de seguridad, mobiliario y otras obras las ha realizado la fundación Unidos por la Educación y la Fundación Chango. La pintada de todo el plantel lo hizo el municipio hace dos años”, comentaron durante un recorrido realizado por PRIMICIAS.
Inversión de USD 89 millones
El Ministerio de Educación invirtió USD 89 millones en mejoramiento educativo, aseguró la ministra Alegría Crespo, en una entrevista en el programa Altavoz el jueves 3 de abril; a PRIMICIAS aún no se ha dado respuesta a una solicitud enviada el 3 de abril.
“Durante 2024 invertimos USD 89 millones con miras a repotenciar y dar mantenimiento a las instituciones educativas del sistema nacional. Tenemos un 83% de escuelas que tienen las condiciones aprobadas para que el sistema educativo se desarrolle”.
Alegría Crespo, ministra de Educación
Además, Crespo afirmó que se han reactivado instituciones educativas que estaban inconclusas y algunas de ellas abandonadas por 10 años en los cantones de Paján, Guayaquil, Naranjito, Quito, Otavalo, con un beneficio directo -aseguró- para unos 14.000 estudiantes.

“También la restitución integral que hemos hecho a 102 instituciones educativas con mobiliario. La Amazonia necesita mucha inversión en infraestructura. Hemos reaperturado escuelas rurales que eran el corazón de las comunidades”, afirmó la funcionaria.
El Ministerio de Educación informó en un comunicado el 3 de abril de 2025 que “movilizará recursos para invertir en obras en el sector educativo y fortalecer las capacidades de los estudiantes”, para lo cual firmó con el Banco Mundial un crédito por USD 100 millones.
“Con estos fondos se impulsarán construcciones, reestructuraciones y adecuaciones de la infraestructura educativa, así como programas de red de ambientes de lectura en la ruralidad, prevención y abordaje de riesgos psicosociales en el entorno educativo”, señaló la institución.
Proximidad de clases
La próxima llegada de estos recursos llena de esperanza a planteles como la Unidad Educativa Juan Javier Espinoza, en el sector de la cooperativa Sergio Toral, en donde las necesidades más urgentes permanecen descritas en un documento desde hace dos meses.
“Nos dijeron que las asignaciones para las adecuaciones ya están en camino. Hace dos meses nos pidieron el informe de toda la infraestructura para asignarnos ese presupuesto, nos pidieron fotos, nos dijeron que sí habrá asignaciones”.
Danny Zea, rector de unidad educativa Juan Javier Espinoza
En este plantel se educan 2.200 estudiantes en las dos jornadas, matutina y vespertina, desde inicial a bachillerato. El rector menciona que las necesidades más urgentes están encaminadas a evitar la inundación de la entrada y a la construcción de canales de desfogue de aguas, además de elevar el piso de toda la escuela que se ha ido hundiendo, y adecuaciones en los baños.
“De ahí las aulas sí se han mantenido con los padres de familia, con el comité sí se trabaja, pero para no mentirle sí se necesita, sí falta que se asigne ese presupuesto", admite Zea al explicar que no se ha cambiado las aulas de este plantel, de material prefabricado, cuya vida útil se estimaba en 10 años.

El noroeste de Guayaquil, en el distrito Nueva Prosperina, las necesidades educativas superan a los demás sectores de la ciudad, analiza el expresidente de la Unión Nacional de Educadores (UNE), Hilario Beltrán, quien participó la última semana de marzo en una reunión en la Gobernación de Guayas, en la que esta agrupación pidió la inversión en infraestructura educativa.
“No se ha invertido en infraestructura y ya muy pronto empezamos clases, tuvimos una reunión en la Gobernación y no nos supieron decir si iba a ver algún dinero para la infraestructura de los locales escolares, el señor intendente que nos atendió no supo decirnos”, informó Beltrán, docente de la escuela Leonidas García, en la Isla Trinitaria.
En esta cita -indica Beltrán- la UNE planteó la atención “en los sectores más anegados, sobre todo el sector rural y urbano-marginal, en el noroeste de Guayaquil, la Valerio Estacio, que son los lugares más complicados en el invierno, Pascuales también”.
“Realmente donde están bien complicados nuestros compañeros maestros es el sector noroeste que tiene que ver con Nueva Prosperina, Monte Sinaí, que realmente es complicado, la gente no puede ni llegar a las instituciones educativas”, lamentó el dirigente al recalcar: “yo conozco los sectores, porque he andado en el noroeste, yo sé que esos sectores están anegados y destruidas una gran cantidad de instituciones educativas”.
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