En cinco provincias de la Costa, cinco de la Sierra y toda la Amazonía hay déficit de lluvias, según el Inamhi

Ecuador enfrenta unas condiciones climáticas extremas, que han generado una crisis energética y nuevos apagones programados que, según el Gobierno, derivaron en el peor estiaje de los últimos 61 años. La raíz del problema radica en la falta de lluvias que enfrenta el país, lo que ha reducido drásticamente los embalses de las centrales hidroeléctricas

La falta de lluvias ha causado, además de los cortes de luz, racionamientos de agua potable en varias ciudades y, sumado a las altas temperaturas, grandes incendios forestales han afectado miles de hectáreas a lo largo de Ecuador.

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Vladimir Arreaga, técnico del Instituto de Meteorología e Hidrología, conversó con PRIMICIAS sobre lo que está sucediendo en el país y en otras partes de la región y el mundo, en las que los eventos climáticos extremos se han vuelto cada vez más frecuentes.

El experto sostiene que la falta de lluvias es algo que se está viendo también en otros países de la región, como Brasil, Colombia y Perú. Y alrededor del mundo, en los últimos años ha habido lluvias en lugares donde no son usuales.

Las falta de lluvias

La respuesta de por qué ha habido tantos días sin lluvias no es sencilla. Arreaga explica que en estos últimos tiempos se ha visto que los sistemas que normalmente producen lluvias se han visto limitados en su desarrollo. Esto quiere decir que hay condiciones en la atmósfera que han bloqueado la producción de nubes y, por lo tanto, las precipitaciones.

Este problema es el que ha llevado a la crisis energética que vive el país, y a otros problemas como el abastecimiento de agua potable y los incendios. La falta de lluvias en todo Ecuador ha generado una reducción en el caudal de los ríos y, además, ha causado sequía.

Arreaga asegura que este problema es algo que ha afectado a casi todo el país. En la Costa, hay un déficit de precipitaciones en Manabí, Los Ríos, Guayas, Santa Elena y El Oro. En la Sierra, en cambio, las provincias más afectadas son Imbabura, Pichincha, Cotopaxi, Azuay y Loja. 

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La situación es bastante grave en la Sierra. En Cuenca, la capital más cercana a las hidroeléctricas del Austro, por ejemplo, este es el segundo peor septiembre en 44 años en lo que se refiere a nivel de precipitaciones. 

En 2015, el único año peor al actual, Cuenca tuvo en el mismo mes un acumulado de lluvias de apenas 4 mm.

Y en la Amazonía, todas las provincias registran ya falta de lluvias, una situación que es "preocupante" porque la reducción ha sido "significativa" en comparación con años anteriores.

¿Cuándo volverán las lluvias?

La respuesta a esta pregunta es complicada, y Arreaga dice que es difícil de saber con certeza. En la Amazonía, se esperan ya precipitaciones durante este fin de semana, que puedan ayudar a reestablecer los niveles de humedad en la región. 

En la Sierra, en cambio, los análisis apuntan a finales de septiembre o los primeros días de octubre. Pero este es un diagnóstico preliminar, advierte el técnico, que puede cambiar de acuerdo con las condiciones.

En la Costa, sin embargo, la temporada lluviosa todavía se demoraría en entrar, hasta noviembre al menos.

El problema es que, para superar la crisis energética, se necesitan precipitaciones constantes y sostenidas en el tiempo. Esto, por ahora, es imposible de predecir y se podrá conocer más adelante. 

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La subida de la temperatura

Arreaga explica que la falta de precipitaciones está directamente relacionada con el alza de temperaturas que han vivido varias ciudades.

Esto se debe también a la falta de nubes, que hace que la radiación del sol ingrese de manera directa a la superficie terrestre, generando mucho calor. Y ha llevado a tener temperaturas pico. Por ejemplo, en Quito, el sector de Tababela llegó a tener temperaturas extremas de 28,9 grados centígrados, y en el sector de Iñaquito (La Carolina), hubo días con hasta 27,5 grados.

El técnico advirtió que es normal tener temperaturas elevadas durante los meses más soleados, pero que lo que es poco usual es la falta de lluvias y las temperaturas extremas.

Pero advierte que para los últimos días de septiembre o primeros de octubre, las condiciones de la atmósfera deberían cambiar y comenzar las lluvias, así como bajar la temperatura.

Sin embargo, el inicio de la temporada de lluvias también presenta retos, porque no se puede descartar que las precipitaciones sean extremas y generen otro tipo de complicaciones.