Juive Grande se levanta de las cenizas tras ser sepultada por el volcán Tungurahua
En octubre de 2024 se conmemoran 25 años de la primera gran erupción del volcán Tungurahua en 1999. A pesar de los desafíos y evacuaciones masivas, la comunidad busca preservar su memoria colectiva y su legado.
Las zonas afectadas por el volcán Tungurahua en Baños se han convertido en muy productivas.
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En 1999, el volcán Tungurahua se despertó. El 11 de octubre, la tierra rugió con fuerza e inició un nuevo proceso eruptivo que afectaría a miles de personas.
La situación se tornó crítica y el 16 de octubre de ese mismo año, la Presidencia de la República decretó la alerta naranja en las comunidades aledañas al volcán de alto riesgo. Más de 25.000 personas fueron evacuadas.
Entre ellos, habitantes del centro poblado de Baños y de las comunidades aledañas. Después de tres meses de incertidumbre, el 5 de enero de 2000, miles de baneños regresaron a su tierra natal, desafiando las advertencias oficiales y el peligro latente.
Otros decidieron empezar de nuevo en otras localidades, pero sin abandonar sus raíces. Hasta entonces, Juive Grande seguía de pie, resistiendo.
La fecha del retorno quedó grabada en la memoria local y se celebra cada año como el “Día del Retorno de los Baneños”.
El golpe devastador de 2006
El 16 de agosto de 2006, la furia del Tungurahua se desató nuevamente. La madrugada de ese día, un sismo de 4,6 grados en la escala de Richter anunció lo que sería una de las erupciones más devastadoras.
La tierra tembló y del cráter del Tungurahua brotaron ríos de lava, rocas y cascajo que sepultaron por completo a Juive Grande.
Cerca de 500 personas fueron evacuadas y más de 130 familias del caserío Juive Grande lo abandonaron para siempre. María Silva, quien tenía 42 años en ese entonces, cuenta cómo perdió todo.
“No logramos sacar nada de la casa. La erupción no nos dio tiempo de regresar. Dos días después, cuando finalmente volvimos, ya no había nada: ni los cultivos, ni la casa, ni el pueblo”.
María Silva.
Pedro Chango, uno de los pocos que decidió quedarse, rememora aquella noche como un momento de pesadilla. "El ingreso al caserío estaba marcado por la casa de mi sobrino, de dos pisos, que quedó sola. La lava la convirtió en escombros en cuestión de minutos", recuerda.
Para Pedro, huir no era una opción. "Había salido en 1999 y no pensaba hacerlo nuevamente". La vida, sin embargo, le brindó una tregua: la lava no siguió hacia su casa, sino que tomó otros senderos.
El Juive Grande de hoy
Aunque Juive Grande fue borrado del mapa en 2006, la zona ha empezado a recobrar su vida. Los herederos han regresado poco a poco y han transformado el lugar.
Donde alguna vez hubo casas en ruinas y terrenos cubiertos de escombros volcánicos, hoy hay tierras fértiles gracias a la ceniza del volcán, que actúa como un poderoso abono natural. Algunos se han dedicado a la agricultura, otros han apostado por el turismo.
Actualmente, el sector de Los Pájaros, donde se encontraba Juive Grande, cuenta con paraderos turísticos que ofrecen dulces de caña, tiendas de artesanías y hasta pequeños complejos turísticos.
Reconstruyendo la memoria
Un cuarto de siglo después de la primera gran erupción, las autoridades de Baños y los habitantes buscan preservar estas historias como parte de un proyecto de memoria colectiva.
Según el alcalde de Baños, Marlon Guevara, la idea es reunir testimonios y documentos que cuenten los dos eventos más significativos: El inicio de la erupción en 1999 y el retorno en 2000.
“Queremos que las nuevas generaciones comprendan el sacrificio de sus padres y abuelos, así como la valentía de quienes decidieron regresar y reconstruir su vida aquí”.
Marlon Guevara, alcalde de Baños.
La Municipalidad de Baños, en colaboración con la Diócesis y las familias, busca asegurar que esta memoria no se pierda.
La propuesta es consolidar la historia de resiliencia y solidaridad, así como mostrar que, aunque el Tungurahua haya sacudido sus vidas, nunca logró quebrar el espíritu del pueblo baneño.
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