Juan Sandoval, el albañil que ayudó a reconstruir Ambato del devastador terremoto, cumplió 108 años
A sus 108 años, Juan Sandoval es testigo y protagonista de la historia de Ambato. Fue uno de los artífices de la reconstrucción tras el devastador terremoto de 1949.

Juan Sandoval celebró sus 108 años y recuerda el trabajo de la reconstrucción de Ambato.
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La vida de Juan Antonio Sandoval Chango, más conocido como Don Juan, no se mide en años, sino en las huellas que ha dejado en Ambato, la ciudad que lo vio nacer.
A sus 108 años, sigue siendo una figura clave en la historia de Ambato, especialmente cuando se recuerda uno de los momentos más cruciales para la ciudad: la reconstrucción tras el terremoto de 1949.
Don Juan no solo fue testigo de aquel acontecimiento devastador de hace 76 años, sino que fue uno de los hombres que, con sus propias manos, contribuyó a levantar los edificios y calles de Ambato, que quedaron reducidas a escombros por la fuerza de la naturaleza.
"Ambato estaba en ruinas. Los recuerdos de ese día, del temblor y de la desesperación, aún los tengo en la memoria. Pero también está la otra cara, la que nos permitió levantarnos: la solidaridad, el trabajo duro, el compromiso de todos".
Juan Antonio Sandoval.
En ese tiempo, a sus 32 años, ya era director de Obras Públicas del Gobierno Municipal, pero comenzó como albañil.
Empezó picando piedras
Nacido el 24 de febrero de 1917, Don Juan comenzó a trabajar a una edad temprana. A los 10 años, ya era conocido en su barrio, por su habilidad para picar piedra y ayudar en las construcciones.
No pasaron muchos años antes de que se incorporara al equipo de obreros municipales, donde rápidamente se destacó por su destreza y dedicación.
Su ascenso no fue solo profesional, sino también en responsabilidad: se convirtió en jefe de trabajadores, liderando un equipo que sería fundamental en la reconstrucción de Ambato.
El terremoto de 1949 dejó una huella imborrable en la ciudad. La devastación fue tal que casi toda la infraestructura fue destruida.

En medio de esa calamidad, Don Juan no solo fue un trabajador más, sino que asumió un rol de liderazgo, organizando a sus compañeros para que la reconstrucción fuera posible.
"No hubo descanso, pero sabíamos que teníamos que hacerlo. Ambato necesitaba resurgir, y nosotros éramos los encargados de darle un nuevo rostro", recuerda con firmeza.
Cada ladrillo que colocaba, cada pared que levantaba, llevaba consigo una carga de esperanza, de amor por su ciudad y, sobre todo, un profundo sentido de responsabilidad.
Las calles, los edificios y las casas comenzaron a tomar forma nuevamente, bajo la supervisión de aquellos obreros que, como él, no conocieron el descanso hasta ver a Ambato de nuevo en pie.
Su trabajo no pasó desapercibido. A lo largo de sus 70 años de servicio al Municipio de Ambato, el exalcalde Luis Amoroso lo condecoró por su contribución a la reconstrucción de la ciudad.

Una extensa familia
A lo largo de su vida, don Juan también fue un hombre de familia. Con 10 hijos, 33 nietos, 48 bisnietos y 20 tataranietos, su legado familiar es tan grande como el impacto que dejó en su ciudad.
"Lo único que les pido es que nunca olviden lo importante que es trabajar por lo que uno quiere", comenta mientras recibe la visita de varios de sus descendientes en el día de su cumpleaños número 108.
En la actualidad, aunque sus achaques se han hecho más evidentes, su mente sigue lúcida, y su memoria es un fiel reflejo de los años de esfuerzo.

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