Crisis en el hospital Teodoro Maldonado Carbo: "Hay un IESS paralelo que hace las compras, ventas y subastas", afirma Comisión Anticorrupción
La entidad que lucha contra la corrupción en Ecuador plantea una auditoría al personal del hospital para identificar relaciones con grupos de contratistas privados.
![Personal militar resguarda uno de los ingresos del Hospital Teodoro Maldonado Carbo, en Guayaquil, desde este 6 de febrero de 2025.](https://imagenes.primicias.ec/files/image_480_270/uploads/2025/02/06/67a52654e5142.jpeg)
Personal militar resguarda uno de los ingresos del Hospital Teodoro Maldonado Carbo, en Guayaquil, desde este 6 de febrero de 2025.
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El segundo hospital más grande del IESS en Ecuador, el hospital Teodoro Maldonado Carbo, de Guayaquil, se encuentra con custodia militar y de agentes de élite de la Policía Nacional. Va por su tercer gerente en menos de una semana y uno de sus directivos fue secuestrado hace 12 días.
“Se ha dejado crecer al monstruo de la corrupción y ha caído en las redes de la delincuencia organizada”, afirma el coordinador de la Comisión Nacional Anticorrupción, Germán Rodas, quien hace un llamado a los organismos de control a intervenir en el hospital.
¿Qué pasa en el hospital Teodoro Maldonado Carbo?
Lo que ocurre en ese hospital es que hay un mecanismo colusorio permanente entre funcionarios con núcleos privados que logran ventajas sobre los contratos, presionan, juegan a las subastas inversas que nunca existen y por lo tanto hay un manejo de asalto a los recursos del IESS de manera exprés.
¿Y cómo se da este asalto exprés?
Mediante convenios de pago o subastas. Muchos de los que se benefician con los contratos ni siquiera han pagado Impuesto a la Renta; tenían el RUC para otro tipo de cosas, para vender colas, cerveza, zapatos, son operadores de los intereses de grandes empresas.
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¿Y cómo ganan contratos?
Hay un sistema colusorio institucional, y quien no entra en este sistema tiene la circunstancia de pasar por secuestro, de ser asesinado, de ser obligado, chantajeado, amenazado, para que entre a formar parte de este esquema delincuencial. Eso es evidente.
El IESS es una sola institución, manejada por una autoridad, ¿Qué tiene el Teodoro Maldonado para que acumule tantas denuncias?
Creo que históricamente ya ocurrió eso y ya hay un funcionamiento de un IESS paralelo que hace las compras, las ventas, las subastas, todo sin ningún control, con un mecanismo perversamente de asalto, que se ha instalado ahí en los últimos veinte años. Hay un sistema institucionalizado que no lo pueden frenar porque aquellos que lo quieren hacer son víctimas de presión que concluye en los asesinatos.
¿Un IESS paralelo?
Hay tres o cuatro funcionarios importantes que son los que pasan los TDR (Términos de Referencia) a los contratistas, son los que cobran los porcentajes para los pagos, son los que mienten en las subastas inversas, son aquellos que los tienen al tanto a los operadores de las ventas de insumos. Esta media docena de servidores que están ahí son los que generan estos comportamientos.
¿Y qué hacen las autoridades?
Al actual presidente del IESS le trasladamos algunos casos, y en algunos intervino, en otros parece que era demasiado tarde, porque son rapidísimos para hacer las cosas. Hay grupos que están ahí permanentemente obteniendo ventajas. Sigue ahí esta pandemia del asalto y el robo. Se ha dejado crecer al monstruo de la corrupción y ahora es muy complicado.
¿Funciona la medida dispuesta por el IESS, de militarizar el hospital?
Tengo mis reservas sobre eso. El problema es otro. ¿Qué hacen los militares?, dan protección a los funcionarios; pero es adentro, en la papelería, donde están los problemas, pues.
Porque los contratos se hacen en el sistema digital, yo no creo que los sargentos, los capitanes están digitando la información, ellos no hacen la subasta inversa, ellos no hacen los TDR, ellos no chequean las pujas. Se vuelve un teatro dentro del cual los actores del asalto siguen movilizándose.
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¿Y los organismos de control?
El Sercop (Servicio Nacional de Contratación Pública) no hace absolutamente nada frente a esta realidad.
¿Qué debería hacer?
El control, pues, de las subastas inversas, de los contratos. El Sercop es simple y llanamente un membrete que ni siquiera pone en evidencia cómo está yendo un proceso determinado. El Sercop es parte del sistema colusorio del país. Esa es nuestra conclusión.
¿Cómo hacer ese control?
Dar seguimiento a la contratación pública, calificar adecuadamente los contratos, estar atentos a cada una de las actividades de contratación en salud y transparentar la información.
¿Y la Fiscalía?
Las denuncias que nosotros presentamos fueron tramitadas por Contraloría y llegaron a Fiscalía y, hace cuatro o cinco años, se actuó, de alguna manera, no en el volumen que esperábamos.
Lo que ocurre es que son muchas redes, un proveedor, por ejemplo, de mascarillas, tiene cuatro o cinco empresas, entonces gana una de las cuatro o cinco que él mismo pone a competir, entonces es una competencia falsa, porque es él mismo.
¿En qué momento se dio este salto, hasta llegar al cometimiento de secuestros?
En los últimos tres, cuatro años. Antes había el nivel de presión y hostigamiento, pero están llegando a niveles propios de delincuentes avezados, es decir, cumplen o no los acuerdos y sino corre la vida, lo cual es gravísimo.
El problema no es militarizar sino transparentar los procesos, hacer auditorías del personal, que están 20 años, 15 años, lo que pueden hacer es labores de inteligencia, para saber las relaciones de ese personal con grupos privados.
Un director de un hospital debería decir: ‘a las empresas que han sido denunciadas, no les compramos’, por lo menos eso, pues.
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