Así estudian jóvenes ecuatorianos en Corea del Sur, donde se abren más opciones de becas
Hay nuevas oportunidades para estudiar en el gigante asiático, un país que no solo llama la atención por el K-pop y las series, sino también por su creciente oferta estudiantil en inglés.

Siete estudiantes ecuatorianos están becados en la Universidad Kyungdong Global, en Goseong, al noroeste de Corea del Sur.
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Fernando Astudillo
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DESDE SOKCHO Y SEÚL, COREA DEL SUR
Es la tierra de la tecnología. Donde se camina por las calles y en los cruces se observan en el suelo colores que titilan y que indican el cambio de semáforo por si alguien se despista en la pantalla del celular. Es la tierra del taekwondo, de Samsung, Kia o LG, omnipresentes con sus autos y electrodomésticos en las carreteras, hogares y negocios. Pero Corea del Sur también es, y se está convirtiendo, en un país de oportunidades para cientos de estudiantes ecuatorianos que han tenido la oportunidad de migrar para educarse en otro entorno.
Grace Lozada es una de ellas. Con 25 años, esta ambateña acaba de salir de la Universidad Indoamérica para estudiar con una beca completa una Maestría en Inteligencia Artificial y Data Science en la Universidad Kyungdong Global (KDU), en Corea del Sur. Ella está impresionada por el orden de los coreanos. Por la “ventana de oportunidades”, como califica a esta aventura que está empezando en un país del que quiere aprender herramientas de seguridad tecnológica.
“Me encanta la protección que tienen en las tarjetas de crédito. Es muy poco probable que te hackeen o que logren robar tu información, tu identidad”, cuenta Lozada, a la que le ha sorprendido el control que tiene el sistema coreano de los registros de sus ciudadanos, algo que transmite seguridad.
Seguridad y transparencia es lo que quiere aprender Daniel Malla, un quiteño de 24 años, estudiante de Administración Pública en la Universidad Central y que está acá en Corea del Sur para estudiar un semestre de Administración de Negocios Internacional. Es uno de los siete jóvenes ecuatorianos actualmente becados por la KDU.
Él está convencido de regresar al Ecuador y algún día aplicar conocimientos para mejorar la administración estatal, en las áreas de talento humano y compras públicas. Por ejemplo, cree que se puede hacer mucho en el Sercop, con el uso de tecnología de punta que mejore la usabilidad de un sistema complicado y repleto de críticas sobre transparencia.
Ecuatorianos en Corea del Sur
Los jóvenes ecuatorianos que han llegado a KDU están viviendo su sueño coreano, que les entrega una mentalidad completamente diferente, disciplina, riqueza gastronómica, fenómenos pop culturales implantados ya en el mundo, pero también la ventaja de sentirse seguros en las calles sin pensar en ocultar el celular.
Ahora, alejados de la realidad ecuatoriana y sus dificultades, algunos visualizan abrirse un futuro fuera del país, con otras oportunidades laborales, pero con la esperanza de volver a entregar conocimientos al Ecuador.

En Corea del Sur hay una pequeña comunidad ecuatoriana: 383 ciudadanos, de los cuales 96 son estudiantes, según datos de la Embajada de Ecuador en Corea. Muchos de los que consiguen becas en este país se quedan, porque los surcoreanos tienen como una de sus políticas dar espacio o retener a los mejores talentos.

Esa línea, la de conseguir una plaza para quedarse en el país, la resalta el embajador de Ecuador en Corea del Sur, Patricio Troya, para quien la actual generación de jóvenes tiene una ventaja frente a las antiguas: una mayor amplitud mental para intentar abrirse paso en sociedades radicalmente distintas a las occidentales.

“Conozco por lo menos tres personas que siguieron esa ruta: venir aquí a Corea para estudiar y luego quedarse trabajando. Aprovecharon el conocimiento de la sociedad coreana, del idioma coreano, los contactos y porque tienen capacidades que les permiten competir en cualquier mercado del mundo”, afirma el diplomático, quien tiene cinco meses al frente de la misión ecuatoriana en el país asiático.
KDU Global, una de las opciones
Las becas que han conseguido los estudiantes ecuatorianos forman parte de una alianza entre esta universidad y el Ministerio de Relaciones Exteriores ecuatoriano, con un cupo de hasta 300 estudiantes. Estos, una vez enrolados deben cumplir metas de excelencia para mantener la beca. Una carrera de pregrado, de 4 años, puede llegar a costar unos 40.000 dólares.
La universidad les permite también trabajar hasta 28 horas semanales en días de clases, y todo el fin de semana a tiempo completo, lo que, según el decano asociado de la Facultad Internacional, Nur Alam, puede convertirse en el equivalente de hasta unos 3.000 dólares mensuales.
Las opciones también se abren a otros centros de estudio en Corea del Sur, tanto en becas de tercero y cuarto nivel, según información de la embajada ecuatoriana en Corea.
KDU Global está ubicada en Goseong, al noroeste de Corea del Sur, a 15 minutos de la turística ciudad de Sokcho, que está al pie del Mar del Este y a dos horas y media de Seúl, por vía terrestre. Es una universidad con 44 años de historia, pero que en su modalidad Global, tiene 11 años educando a estudiantes de unos 70 países del mundo. En este campus se enseña en inglés y los estudiantes se relacionan con alumnos de todo el planeta.
Esa multiculturalidad es obviamente una de las visiones de la universidad. John Kyu Lee, el presidente de KDU Global, un experto en innovación en tecnología que lleva más de 40 años de experiencia en altos cargos educativos, tanto en Australia como en Corea del Sur, cree que el objetivo central en un mundo en dramático cambio, es formar estudiantes que sean competitivos en cualquier parte, estar listos, no dar nada por sentado y trabajar en la actitud.
“Tenemos que asegurarnos que el estudiante tenga la actitud correcta. Eso es tan importante en la gente joven. Necesitan respetar al otro y aprender del otro”, dice Lee, quien en su hoja de vida tiene, entre otros puntos, el haber asesorado tecnológicamente al gobierno de Sudáfrica para liderar el establecimiento de una red de centros de innovación tecnológica con Corea del Sur, lo que sentó las bases para formar una red global de instituciones de educación superior.

Lee cree que en medio de este mundo acelerado, en el que la Inteligencia Artificial es una palabra de moda —que llena de escalofríos a unos y de esperanzas a otros—, estamos en un momento de la humanidad en que no hay mucha predictibilidad: “No podemos predecir qué va a pasar en diez años o lo que sea. Lo único que podemos hacer es estar preparados. ¿Cómo? Tenemos que volvernos más competitivos”.
Precisamente la competitividad es algo que está buscando la quiteña Valeria Palacios. Ella tiene 18 años y muchas ganas de conseguir las herramientas adecuadas del mundo tecnológico en la carrera que estudia: una licenciatura en Ingeniería Informática en Computación Inteligente. Sueña con un futuro laboral en la realidad virtual, los videojuegos, softwares y trabajar como ciudadana del mundo: donde le toque, y si es en remoto, mejor.
Palacios, quien también tiene una beca del 100%, cree que un consejo fundamental para los que deseen salir del país a oportunidades como esta es entender que el inglés es fundamental, que entender al otro, al ser humano diferente, con una religión diferente, es clave: “También que se esfuercen en sus notas porque al final eso te hace destacar entre otros y poder llegar a conseguir la beca más alta. Igual, si tienes algún pasatiempo, algo que te interese, dale todo tu esfuerzo y capaz puedas llegar a conseguir algo que realmente te guste y puedas seguir”.
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