Diez razones que explican por qué se duplicaron los casos de dengue en Ecuador
Moradores de diferentes sectores de Guayaquil y de la Costa reclaman por la falta de fumigación y campañas educativas que han provocado el aumento de la densidad de mosquitos.
Una trabajadora del Ministerio de Salud destruye criaderos de mosquitos en la parroquia Tenguel, el 13 de mayo de 2024.
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Ministerio de Salud
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De un año a otro, los casos de dengue subieron 120%, pasaron de 27.838 en el año 2023 a 61.329 en 2024, y las muertes por esta enfermedad viral se duplicaron, de 33 a 74 fallecimientos, en el mismo período a escala nacional.
En algunas provincias, los cambios se dieron en similar proporción. En Manabí, por ejemplo, los casos subieron de 7.355 a 10.450 mientras que en Guayas aumentaron de 3.059 a 6.324. Las cifras revelan provincias como Napo, donde las infecciones se dispararon, de 931 enfermos subió a 6.202.
En Los Ríos sucedió igual, de 794 casos en 2023 se incrementaron a 6.035 en 2024, y este año, contaron habitantes, los casos han empezado a subir. “Solamente pasa la Malaria a fumigar, cuando hay algún caso, ahí dan la vuelta por el sector”, reclamó Kenia Murillo, de 33 años, moradora del barrio San Camilo, en Quevedo.
En el sector, recalca, hay varias escuelas, en cuyos alrededores predominan charcos de agua por las primeras lluvias del invierno, y bastantes mosquitos. El escenario se repite en el recinto Las Cañas, de Vinces. “No han ido a fumigar, hay muchos niños que se están enfermando”, dijo Milton Lozano junto a Yadira Salazar, padres de la pequeña Yasleidy, de 3 años.
En Guayaquil, los moradores reclaman la presencia de brigadistas del Ministerio de Salud o del municipio en sectores como Martha de Roldós, cooperativa Gallegos Lara, Monte Sinaí.
“A Ciudad de Dios nunca han ido, hay bastantes mosquitos, porque las calles están en mal estado. Vayan al sector 4, los niños se enferman, yo tengo tres hijos, de 1 año nueve meses, de 7 años y de 10 años”, dijo indignada Sujey Plúas, de 27 años.
En sectores como Mucho Lote 2, Alborada, Sauces 9 o suburbio, las quejas se multiplican. “No se han tomado las medidas necesarias a tiempo, por eso tenemos tanto mosquito y enfermos de dengue”, dijo molesta Patricia Cedeño, moradora de la 24 y la M, en el suburbio oeste de Guayaquil.
La falta de fumigación que reclaman las familias no es la única causa del crecimiento vertiginoso de los casos de dengue. Tres médicos infectólogos con formación epidemiológica, Francisco Andino, John Cuenca y Washington Alemán, explican en diez puntos las razones por las que consideran que se duplicaron los contagios de dengue.
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Calles en mal estado
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La llegada del invierno repercute en la formación de cúmulos de agua, especialmente en sectores marginales donde no hay calles o tienen baches. “Cuando tienes más lluvias se forman lagunas y eso favorece al ciclo evolutivo del mosquito Aedes aegypti”, dice el infectólogo Washington Alemán.
Cuando el invierno es severo, el riesgo puede disminuir debido a que con las lluvias el agua fluye y no se estanca, dice el especialista, lo cual impide que se complete el ciclo evolutivo del mosquito.
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Efecto del cambio climático
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El aumento de la temperatura por el cambio climático incide en la densidad o población de los mosquitos. El Aedes aegytpi es un mosquito que habita en zonas tropicales con alta humedad y temperaturas que pueden superar los 30 grados. De ahí que la mayor cantidad de casos se presentan en las provincias de la Costa y la Amazonia.
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Proliferación de criaderos
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Los mosquitos se reproducen donde hay agua acumulada y una de las razones por las cuales han proliferado, analiza el exministro de Salud, Francisco Andino, ha sido por la falta de labores de destrucción de criaderos.
La disminución de larvas de mosquitos, refieren los epidemiólogos, dependerá de los trabajos que realicen el Ministerio de Salud y los gobiernos autónomos descentralizados para la limpieza de canales, desbroce de la maleza crecida en terrenos abandonados o limpiar alcantarillas y desfogues de aguas lluvias.
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Escasa participación comunitaria
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La destrucción de criaderos no es solo responsabilidad de las entidades del Ministerio de Salud Pública o de los gobiernos autónomos descentralizados, también requiere la colaboración de la ciudadanía, pues dentro de las viviendas se forman estos cúmulos de agua, ya sea en botellas, llantas o en floreros.
El uso de mosquiteros o repelente también contribuye a disminuir los contagios del dengue en la población más vulnerable, especialmente niños.
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Inseguridad y delincuencia
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La inseguridad también afecta la prevención del dengue. Mientras en los barrios y comunidades la ciudadanía se queja por la falta de fumigación y abatización, en muchos de estos lugares hay brigadistas sanitarios que reportan haber sido víctimas de la delincuencia.
También han señalado que debido a la inseguridad la población no les permite entrar a sus hogares para hacer la fumigación. “No se llega a todos los barrios marginales, por la peligrosidad no logran cumplir y cubrir todas las zonas”, menciona el clínico intensivista, John Cuenca.
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Automedicación de pacientes
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Los casos de dengue clásico se pueden convertir en dengue grave cuando un paciente se automedica, advierte el clínico intensivista John Cuenca, quien recalca la necesidad de que se acuda al médico y no a la farmacia de la esquina.
“Está contraindicado el uso de antiinflamatorios (ibuprofeno, diclofenaco), porque hará que bajen las plaquetas y puede empeorar el cuadro clínico con un sangrado digestivo, de encías, se recomienda paracetamol y buena hidratación, y si la fiebre continúa ir al médico”, aconseja Cuenca.
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Débil vigilancia epidemiológica
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Desde que en 2016 se eliminó el Servicio Nacional de Erradicación de la Malaria (SNEM), reclama el exministro de salud, Francisco Andino, no se hace una adecuada vigilancia vectorial.
“La función del SNEM se trasladó a las coordinaciones zonales del MSP donde prácticamente falta de todo, usted cree que si no hay acetaminofén va a haber gasolina, vehículos, personal. ¿Quién estudia al mosquito?”, cuestiona el médico al recordar la importancia del trabajo de los entomólogos para crear nuevas estrategias de lucha contra el dengue.
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Falta de presupuesto
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Una asignación de USD 447.982 destinaron las entidades del Estado para la adquisición de insecticida, motobombas, pruebas rápidas de dengue y otros insumos para combatir la enfermedad. De esta cantidad, el MSP dedicó USD 243.649 un presupuesto que, a decir de los médicos consultados, resulta insuficiente para las tareas de prevención.
“Desgraciadamente todos los programas para el control del Aedes aegypti están muy golpeados, su importancia está disminuida, la pandemia hizo que todos los programas se debiliten y los recursos sean dirigidos a la pandemia, cuatro años con un programa debilitado ha favorecido al dengue”, recalca Washington Alemán.
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Ausencia de campañas educativas
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La falta de campañas para educar a la población, consideran los expertos, sería otra causa por la cual se han disparado los casos de dengue. En la asignación de USD 447.982 para contrataciones de bienes o servicios para la lucha contra el dengue, recalcan, no constan recursos para la realización de campañas masivas de educación a la ciudadanía, según los registros del portal de contratación Sercop.
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Diagnósticos prematuros
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Por la falta de un diagnóstico claro y oportuno, los casos de dengue se complican. La fiebre, el síntoma más característico de la enfermedad, suele confundirse con virus respiratorios, advierte John Cuenca, clínico intensivista.
Si el paciente no tiene moco, hay que pensar en dengue, pide Cuenca a los médicos que manejan estos casos, pues un diagnóstico temprano para evitar complicaciones o muertes.
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