Entre caídas y soledad, así enfrentan los adultos mayores los cortes de luz en Ecuador
Dos adultos mayores cuentan a PRIMICIAS cómo los prolongados cortes de luz han diezmado su salud, tanto física como mental. Uno de ellos se cayó en las escaleras y se salvó de milagro.
Imagen referencial de un adulto mayor bajando escalones, 13 de noviembre de 2024.
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Autor:
Redacción Primicias
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Los efectos de los cortes de luz en la salud física y mental de los ecuatorianos existen. Tome de ejemplo a Roberto Vargas, un adulto mayor de 79 años que sufrió una caída en las escaleras de su casa en Guayaquil, cuando trataba de llegar desde el cuarto hacia la cocina.
"Hace algunas semanas tuve una caída al estar bajando de un piso al otro para llegar a la cocina, cuando cortaron la luz. Ese día por milagro logré alcanzar a agarrarme del pasamanos, aún así tengo un golpe en la rodilla y se me hizo un moretón", cuenta Vargas a PRIMICIAS, quien también reclama que las empresas eléctricas como CNEL EP no cumplen con los cronogramas de apagones.
En Guayaquil, los racionamientos de energía eléctrica estaban previstos por ocho horas durante el fin de semana, pero luego cambiaron a 12 horas al día, y en algunos sectores, el suministro se interrumpió antes.
"Sí es un peligro para nosotros los adultos mayores movilizarnos, y más aún con estos cortes que uno ya no sabe ni cuando mismo le quitan" la energía.
Roberto Vargas, 79 años
Además de caídas fortuitas, hay otros 'incidentes' que crecen durante los apagones, señala la doctora Lucy García del centro médico Ecuasanitas.
Algunos de ellos se relacionan con la incapacidad para tratar enfermedades crónicas, puesto que hay pacientes que necesitan la conexión eléctrica para acceder al oxígeno domiciliario.
Y hay quienes están en camas articuladas, similiares a las de los hospitales, que no pueden funcionar por falta de energía.
“En el caso de quienes padecen enfermedades crónicas, como problemas cardíacos, diabetes o aquellos que dependen de equipos médicos eléctricos, la situación puede volverse crítica en este contexto", dice la doctora García.
La especialista señala que hasta los hospitales y centros médicos están llegando "más casos de fracturas por caídas, sobre todo en personas de la tercera edad”, y derivados de los racionamientos eléctricos.
La soledad puede matar
En Ecuador, más de 1,5 millones de habitantes son adultos mayores, poco más del 9% de la población total, reveló el último censo del INEC en julio de 2024.
Y la cifra más triste es que al menos 276.084 viven solos en sus casas, mientras que otros 6.000 están en asilos o residencias.
Durante la emergencia eléctrica, la atención se centra también en aquellos adultos mayores que no tienen a nadie, y que ya atraviesan periodos de soledad en sus hogares o en albergues.
"El calor humano y las conversaciones hacen más llevadera la etapa final de las vidas, pero cuando hay adultos mayores solos en sus casas, aumenta la incidencia de casos de depresión y ansiedad", dice la psicóloga Martha Rivera.
¿Qué pasa con los apagones? En los racionamientos, dice Rivera, la oscuridad supone un impedimiento para realizar actividades de ocio, como "ver un simple programa de televisión o escuchar radio, actividades que antes eran la 'compañía para muchos abuelitos'.
También hay adultos que si bien viven en casa junto a otros familiares, los más jóvenes trabajan fuera; y durante un corte de luz se quedan sin compañía.
"El otro día pasé toda una tarde sola, porque la luz se va a las 15:00 y no regresa hasta la noche, cuando llega mi hermana. Sentí miedo", confiesa María Inés Romero, una docente jubilada de 78 años de Guayaquil.
Romero comenta que tras aquel episodio de ansiedad y soledad, busca salir por las tardes al centro comercial o caminar por la ciudadela.
"Siempre se ha dicho que la soledad te puede matar y es cierto, pero ahora con estos cortes, la falta de compañía pesa mucho".
María Inés Romero, 78 años
Esta mujer y madre de dos hijas adultas asegura que nunca antes había sentido que Ecuador "vive un periodo tan oscuro y que creo es peor que la pandemia" de Covid-19 en 2020.
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