Baltazar Ushca, el último hielero del Chimborazo que logró un doctorado honoris causa
El funeral de Baltazar Ushca, el último hielero del Chimborazo, se llevará a cabo hasta las 18:00 de este 11 de octubre en el Municipio de Guano. Luego, sus restos serán trasladados a su comunidad natal en Cuatro Esquinas.
Baltazar Ushca, el último hielero del Chimborazo, falleció este 11 de octubre de 2024.
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Cortesía Municipio de Guano
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Baltazar Ushca heredó el oficio de hielero de su padre a los 15 años y con su partida, una tradición milenaria parece llegar a su fin.
Sus cuatro hijos han decidido no continuar con la ardua labor de subir a las cumbres del Taita Chimborazo. Para ellos, el trabajo físico extremo y la falta de recompensa económica no justifican seguir los pasos de su padre.
Pero Juan, su yerno, sueña con dar un giro al oficio: convertir la recolección de hielo en una atracción turística, una forma de preservar la tradición sin perderla en el olvido.
"Baltazar era como un padre para mí", cuenta Juan, recordando los días en los que juntos subían las laderas del Chimborazo a lomo de burro.
Baltazar era un hombre pequeño, de apenas metro y medio, pero con una fuerza que venía del alma. Cada paso que daba lo conectaba más con la montaña, con el hielo, con su historia.
Baltazar falleció el 11 de octubre, a causa de graves lesiones provocadas por uno de sus toros mientras realizaba labores en su hogar en Cuatro Esquinas, Chimborazo.
Más de seis décadas de recorrido
Durante más de 65 años, Baltazar recorrió las faldas del Chimborazo, enfrentándose a los fríos implacables y la altitud que superaba los 5.000 metros.
Dos veces por semana, subía hasta los glaciares, rompiendo bloques de hielo ancestrales con sus propias manos.
Durante generaciones, él y otros 40 hieleros vendieron ese hielo en los mercados de Riobamba. Sin embargo, con el tiempo, sus compañeros fueron abandonando la tarea, porque murieron o por buscar otra actividad que les represente más dinero.
Los hieleros se convirtieron en un recuerdo lejano, y el hielo industrial reemplazó al de los glaciares.
Baltazar, el último de su linaje, siempre dijo: . Y así fue, pero no sin antes dejar huella.
"Subiré al volcán hasta que mi cuerpo aguante. Cuando me muera, capaz que ahí termine la historia de los hieleros del Chimborazo".
Baltazar Ushca.
Y así fue, pero no sin antes dejar huella. En 2012, un documental llamado "El Último Hielero", dirigido por Sandy Patch, llevó su historia al mundo, estrenándose en Nueva York.
En 2017 fue reconocido con un Doctorado Honoris Causa por el Instituto Mexicano de Líderes de Excelencia, homenajeándolo por su sabiduría ancestral y dedicación.
Un Patrimonio Vivo
A pesar de su pequeña estatura, Baltazar siempre fue una figura gigante en la memoria colectiva de su comunidad.
No solo fue un hombre de montaña, sino también un visionario. En julio de 2022, junto con el apoyo de un periodista ucraniano, Ushca comenzó a comercializar el agua de los glaciares del Chimborazo en botellas.
Esta iniciativa, vendida exclusivamente en el museo de Guano, fue su manera de reinventarse, demostrando que el hielo que él conocía tan bien aún tenía valor en un mundo moderno.
A lo largo de su vida, Baltazar no solo cargó hielo. También llevó consigo el peso de ser un “patrimonio vivo” de Ecuador.
En 2020 completó su educación primaria, uniéndose a la campaña de alfabetización del Gobierno. Para muchos, su historia es la de un hombre que nunca dejó de aprender y que, hasta el último aliento, siguió siendo un ejemplo de resistencia y humildad.
En su despedida, la pregunta persiste: ¿desaparecerán con él los hieleros del Chimborazo, o su legado encontrará una nueva vida?
Solo el tiempo lo dirá. Mientras tanto, el Taita Chimborazo permanece en silencio, guardando los secretos de un oficio que, al menos por ahora, ha quedado congelado en la historia.
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