Atillo, un complejo de lagunas que sirvió como prisión para los puruháes y ahora es destino turístico
El complejo lacustre Atillo es un tesoro de historia, naturaleza y sostenibilidad energética. El 20% de la demanda nacional de energía sale de los afluentes de esta comunidad del cantón Guamote, en Chimborazo.
El complejo lacustre tiene 14 lagunas, cuatro de ellas están cerca de la carretera en el kilómetro 78 vía a Macas.
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Atillo es una de las 32 comunidades de la parroquia Cebadas, en el cantón Guamote (Chimborazo). Este pequeño poblado, ubicado en la vía a Macas, es un destino turístico con gran potencial.
La comunidad promueve el turismo comunitario por las milenarias e impresionantes lagunas que nacen del Parque Nacional Sangay.
Este complejo lacustre de Atillo la integran 14 lagunas, las más importantes de las 337 que tiene el Sangay. Cuatro de ellas bordean la carretera en el kilómetro 78 de la vía Riobamba-Macas.
Historias milenarias
Cada una de las lagunas están cubiertas por áreas extensas de pajonales, montañas y peñascos. Las lagunas son profundas y con una rica historia milenaria.
Se encuentran a una altitud de aproximadamente 3.800 metros sobre el nivel del mar, rodeadas por un paisaje andino que incluye páramos, montañas y mucha biodiversidad.
Cada una de las 14 lagunas tienen formas variadas y cumplen funciones diferentes. La Laguna Atillo Grande es la mayor de las lagunas, conocida por sus aguas cristalinas y su tranquilidad.
Laguna Atillo Chico es un lugar ideal para la observación de aves y de pesca. En la Laguna Magdalena, se aprecia una exuberante vegetación, un lugar perfecto para caminatas y excursiones. La Cuyuc alimenta el río Chambo, principal afluente de Chimborazo.
Mientras que la Laguna Negra es una de las más visitadas por toda la historia que se teje alrededor de ella. El guardaparque Roberto Zamora cuenta que nace del Sangay y alimenta al Río Upano, en Morona Santiago.
Según la leyenda, en tiempos precolombinos, la comunidad puruhá utilizaba esta región como una prisión natural. La geografía aislada y las condiciones climáticas severas del lugar lo hacían perfecta para este propósito.
A los presos los dejaban en las islas de las lagunas y no se atrevían a huir por el temor a morir en sus frías aguas. También cuentan los comuneros que está encantada, porque, según sus antepasados, quien caía en sus aguas desaparecerá para siempre.
Los vestigios de estas historias aún se pueden percibir en las leyendas y relatos transmitidos de generación en generación, que también son parte del atractivo turístico de este complejo natural.
Vida natural
Este complejo alberga alrededor de 337 especies, entre aves, más de 100 mamíferos y al menos unas 3.000 especies de árboles y plantas.
De aquí se abastece del 20% del agua para la demanda de energía eléctrica de Ecuador, distribuidas entre las represas Paute, Agoyán y San Francisco, aseguró Luis Cujilema, guardaparques del sector.
José Caín, presidente del Gobierno Parroquial de Cebadas, mencionó que Atillo promueven proyectos de conservación. Recalcó que el complejo natural ofrece un refugio de tranquilidad y belleza natural.
La región alberga una impresionante variedad de flora y fauna. Los páramos que rodean las lagunas son el hogar de especies como el cóndor andino, el oso de anteojos y diversas aves acuáticas.
La flora incluye plantas endémicas adaptadas a las duras condiciones del páramo, como la chuquiragua y los pajonales.
Clima variable
La temperatura en esta comunidad es muy variable, pero por lo general hace frío desde agosto hasta septiembre por el invierno.
La temperatura varía de entre cinco a 10 grados, por lo que es aconsejable llevar ropa abrigada y prendas impermeables, por si la lluvia sorprende.
Justo al frente de la Laguna Negra o encantada, la Asociación Millicocha, integrada por familias de la localidad, ofrece bebidas calientes como morocho, café, aromáticas y chocolates, y alimentos como empanadas, choclos o truchas.
Según los guardaparques, hay turistas que se bañan en la laguna, aunque hay letreros que aconsejan que no hacerlo, ya que el agua es muy fría.
Los emprendedores locales buscan brindar una mejor atención a los turistas y ya piensan crear cabañas de hospedaje cerca al sitio de ingreso al Parque Nacional Sangay, frente de las lagunas.
Ahora pueden realizar pesca deportiva y cabalgatas. Durante la ruta desde Cebadas hasta Atillo se observan varios restaurantes y hospedajes cuyos costos varían.
Llegar desde Riobamba es más fácil, porque en esta época de lluvias desde Macas al Atillo la carretera se vuelve riesgosa por los constantes derrumbes.
Esta zona del Parque Nacional Sangay recibe cada día 30 personas, quienes disfrutan de largas caminatas mientras se deleitan con la belleza del paisaje.
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