"El verde está caro, el guineo también": los productos de Ecuador en Estados Unidos comienzan a subir
Existe expectativa sobre la reacción del mercado de Estados Unidos tras las políticas de aranceles que impulsa Donald Trump y que podrían afectar a productos de Ecuador.

Fotografía sin fecha determinada de una mano de guineo de Ecuador que se vende en Estados Unidos y Canadá.
- Foto
Equifruit
Autor:
Selene Cevallos
Actualizada:
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NUEVA YORK, ESTADOS UNIDOS. Con el inicio del segundo mandato de Donald Trump en enero de 2025, las reglas del juego en el comercio internacional han vuelto a cambiar. La aplicación de nuevos aranceles, de hasta el 25% a las importaciones desde países como México, Canadá y China, ha generado tensiones globales y una atmósfera de incertidumbre para sus socios comerciales. Ecuador, aunque no ha sido blanco directo de estas medidas, observa el panorama con cautela.
Los productos ecuatorianos que más se exportan a Estados Unidos —como el banano, el mango, la pitahaya, el camarón, el atún y otros vegetales frescos y productos terminados— enfrentan un contexto cambiante. Hay preocupación, pero también espacio para la estrategia.
Manuel Echeverría, CEO de Tradeandbizpartners, empresa Consultora Comercial en Estados Unidos, explica que aún es pronto para conocer el impacto real: “Se necesitan entre 30 y 60 días para entender cómo reacciona el mercado. A corto plazo, podría subir el precio de los productos importados, lo que afectaría a distribuidores y consumidores por igual”.
Desde el otro lado del mostrador, los minoristas también siguen de cerca la situación. Nuncio González, encargado de compras en un supermercado latino de Nueva York, cuenta que "los plátanos verdes y las frutas tropicales ecuatorianas son parte del día a día de nuestros clientes".
Y Anthonhy Pérez, responsable de adquisiciones en un supermercado de New Jersey, agrega: "Vendemos productos ecuatorianos desde hace años: agua mineral, condimentos, atunes, enlatados... Si los aranceles suben, tendremos que reevaluar toda nuestra logística".
En este escenario, el Acuerdo Marco de Comercio e Inversión (TIFA, por sus siglas en inglés) se ha vuelto una herramienta fundamental. A través del Consejo de Comercio e Inversiones, Ecuador y Estados Unidos mantienen una vía de diálogo para revisar reglas, resolver conflictos y fomentar nuevas oportunidades.
José Antonio Hidalgo, director ejecutivo de la Asociación de Exportadores de Banano del Ecuador, destaca que el país ha reaccionado con rapidez y eficiencia. "Ecuador fue uno de los primeros en América Latina en reunirse con la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos, la Cámara de Comercio y la Embajada, para revisar un documento técnico que afecta a todos los socios comerciales del país norteamericano", explica.
El objetivo es claro: lograr condiciones de acceso más favorables frente a competidores como Colombia o Costa Rica, y ampliar la presencia de productos ecuatorianos en el mercado estadounidense. Los resultados ya empiezan a notarse: mientras en años anteriores el banano ecuatoriano representaba un 9% de las exportaciones hacia Estados Unidos, en 2024 esa cifra subió a 11% y hoy alcanza el 12%.
Para mantenerse en la cancha, las empresas ecuatorianas están afinando sus estrategias. Reducir costos logísticos, optimizar procesos y vender el producto ya nacionalizado en destino son algunas de las claves. Según Echeverría, esto les permite acceder a distribuidores medianos o pequeños que valoran un servicio puerta a puerta y están dispuestos a pagar por él.
Pero el impacto se siente también en los hogares. Laura Martínez, clienta habitual en una tienda de Flushing, Nueva York, lo resume sin rodeos: "El verde está caro, el guineo también. Si suben más los precios, tendré que sacarlos de la compra". Sus palabras revelan la estrecha relación entre la economía familiar y los productos que cruzan fronteras.
Uno de los principales retos estructurales que enfrenta Ecuador es la ausencia de un Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos. Esto lo pone en desventaja frente a otros exportadores regionales como Perú y Colombia. Sin embargo, hay luces en el camino. La creciente demanda estadounidense por productos orgánicos y saludables abre nuevas ventanas. Ecuador, como mayor proveedor de banano orgánico a Estados Unidos, ha sabido capitalizar esta tendencia.
Frente a los aranceles, el camino no es solo reactivo. Se necesita un diálogo político fluido, diversificación de destinos y una mirada puesta en nuevos mercados como Asia o Europa. "La relación política influye en la comercial. Y si Ecuador se posiciona como un proveedor confiable y de calidad, podría incluso reemplazar a competidores asiáticos", dice Echeverría.
A pesar del ruido comercial, hay un elemento fundamental que sigue siendo constante: el valor intrínseco de cada producto ecuatoriano que cruza la frontera. Detrás de cada transacción no solo se encuentran cifras y estadísticas, sino también una red de relaciones comerciales que atraviesan culturas y economías.
En medio de los desafíos y los acuerdos comerciales, son esas relaciones las que, a largo plazo, seguirán fortaleciendo el vínculo entre Ecuador y Estados Unidos, asegurando que ambos países sigan siendo socios estratégicos en un mercado global cada vez más interconectado.
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