La violencia se dispara en Posorja, nuevo epicentro de la disputa de los dos mayores grupos criminales de Ecuador
La zona rural de Guayaquil, en donde se halla el pueblo pesquero y el puerto marítimo de Posorja, es el único distrito de la ciudad donde las muertes violentas han crecido este año.
Vista referencial del muelle de carga del mercado minorista de mariscos de Posorja, en Progreso, parroquia rural de Guayaquil.
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Los índices de violencia casi se han duplicado. La parroquia rural de Progreso, que pertenece a Guayaquil, donde se ubica el pueblo pesquero y el puerto marítimo de aguas profundas de Posorja, es el único distrito de la ciudad donde las muertes violentas han crecido este año.
La Policía Nacional reporta una reducción de los homicidios en nueve distritos de Guayaquil en 2024, con respecto al año pasado, en medio de la lucha contra el crimen organizado. Pero la zona rural y costera de la ciudad registra un incremento de los crímenes del 57,89%.
Entre el 1 de enero y el 28 de agosto de 2024, este sector registró 90 asesinatos, 33 más que los 57 del mismo periodo del año pasado.
Los dos grupos criminales más poderosos de Ecuador se disputan el control de una región clave para la contaminación con drogas de buques mercantes y para la salida de lanchas rápidas con cocaína a Centroamérica.
Los Lobos y Los Choneros operan y se disputan la zona para el tráfico internacional de drogas y para el cometimiento de delitos como la extorsión y el secuestro extorsivo, según la Policía.
Los primeros -Los Lobos- registran presencia actual en 16 de las 24 provincias del país. Mientras que sus rivales, Los Choneros, se encuentran actualmente en ocho provincias y en el segundo puesto de las bandas con más presencia y despliegue a escala nacional.
Estas agrupaciones operan a su vez a modo de subcontratistas de las principales mafias y carteles de delincuencia organizada transnacional.
“Te vigilan para extorsionarte”
De hecho, el Estado reconoce que carece “de los recursos suficientes para garantizar una presencia efectiva en cada uno de los territorios vulnerables”, por lo que se requieren de las condiciones excepcionales de los estados de excepción, según informes de inteligencia.
En Guayas, se ubican como punto de salida de lanchas rápidas para el envió de cocaína a México, Guatemala, Costa Rica y Estados Unidos tres puntos: Posorja, El Morro e Isla Puna. Y todos ellos se encuentran en inmediaciones del poblado pesquero.
Los pescadores enganchados por los narcotraficantes reciben hasta USD 30.000 por trayecto en la salida de drogas a altamar.
Mientras los pescadores artesanales denuncian extorsiones que parten desde USD 60 mensuales o parte de la pesca. Las jornadas de trabajo en el mar se reducen por el temor a salir de madrugada. “Te vigilan constantemente para extorsionarte”, dice un pescador.
En la zona céntrica del poblado, el mercado minorista de mariscos permanece cerrado debido a la caída de ventas y a las amenazas extorsivas. Y la pérdida de dinamismo comercial también se evidencia en locales comerciales cerrados, en alquiler.
Trasladan grupos tácticos a Posorja
El teniente coronel Mauricio Santamaría, jefe del distrito Progreso, vincula el incremento de la violencia en Posorja directamente con una lucha entre Lobos y Choneros por apoderarse de las operaciones ilícitas para el tráfico internacional de drogas en ese sector costero.
Progreso cuenta solo con un centenar de policías y Posorja con un tercio de ellos (para más de 24.000 habitantes). Y la extensión territorial del distrito incluye también a los poblados rurales de El Morro, Progreso y Cerecita, alejadas hasta por 64 kilómetros entre sí.
Desde inicios de agosto se han registrado 10 nuevos homicidios en el distrito. Y, según Santamaría, se está conteniendo la violencia con el traslado a la localidad de unidades tácticas de la Policía, sobre todo los fines de semana, para la ejecución de operaciones antidelictivas.
Las unidades investigativas y de muertes violentas están proporcionando la información base a partir de crímenes y de aprehensiones a fin de establecer los lugares en los que los grupos de operaciones especiales ejecutan allanamientos, informó el oficial.
“Estamos reduciendo la oportunidad para que ocurran hechos violentos y delictivos, e interviniendo con los grupos tácticos en barrios donde operan estas estructuras, en sectores con vías de tercer orden y difícil acceso”, señaló Santamaría.
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