Los Tiguerones cobran peaje y "renta" extorsiva de USD 200 a los vecinos del noroeste de Guayaquil
En los bloques 1, 2, 3 y 4 de Flor de Bastión, las bandas criminales aprovechan los apagones para pasearse con fusiles y aplican extorsiones por vivienda que superan a las de un arriendo en el lugar.
Una bajada a Flor de Bastión, en un barrio marginal consolidado a partir de invasiones y ubicado entre cerros en el distrito Nueva Prosperina, al noroeste de Guayaquil.
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PRIMICIAS
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Lo llamaremos Daniel. Tiene 45 años y vivió por más de una década en Flor de Bastión, al noroeste de Guayaquil, hasta el fin de semana, cuando abandonó el barrio porque miembros de Los Tiguerones le exigieron un pago extorsivo de USD 200 mensuales por vivir en su casa, más USD 100 por un local.
Hombres armados llegaron en moto, tocaron a su puerta, le preguntaron por un pequeño negocio -un local- que él había cerrado precisamente por temor a las extorsiones. Ya habían hablado antes con su esposa en una primera visita en la que invitaban a una asamblea para definir pagos por casa y local.
Y le dijeron con una palmada en la espalda: “Bueno, desde fin de mes necesitamos USD 200 mensuales por la casa y USD 100 por el local". Tuvo que mudarse con su familia. En menos de un mes contaron al menos 17 muertes violentas en una disputa entre miembros de los Tiguerones y Águilas.
Eso no es todo. Desde hacía un mes y medio los motorizados habían comenzado a cobrar una suerte de “peaje” de USD 1 por el ingreso y la salida de vehículos del sector. Y piden el dinero a nombre de alias 'La Firma', un cabecilla del sector. Es decir, eso le representaba a Daniel USD 2 diarios.
Además, en las últimas semanas se escuchaban disparos al aire "toda la noche", en medio de los apagones, "una forma de atemorizar a los vecinos y de presionar al pago de las extorsiones".
Él se negó a acceder al pago de una “renta” por su propia casa, en la que invirtió USD 45.000 en construcción a lo largo de los años, pues un desembolso de USD 360 al mes es casi el triple de lo que se paga por un arriendo en el sector. "Simplemente es imposible de costear", anota.
"El sábado, 10 tipos en moto pasaron disparando a las casas que no estaban pagando vacunas y me tuve que refugiar con mis hijos en el último cuatro, atemorizados, todos en un mar de lágrimas".
Daniel, víctima de desplazamiento en Flor de Bastión.
El pasado sábado, al menos seis viviendas de la cuadra terminaron con las puertas baleadas cuando una decena de motorizados pasaron disparando a las casas que no pagaban las extorsiones, cuenta. Él salió con su familia del lugar y unos días después ingresó con resguardo policial a sacar sus cosas.
“Nunca habíamos vivido algo así. En nuestro barrio comenzaron a operar tras la pandemia Los Águilas (brazo de Los Choneros), que decían proteger el sector, pero hace mes y medio Los Tiguerones tomaron control del sector y se incrementaron las vacunas, los disparos y las muertes violentas”, dice el hombre.
“Esto es tierra de nadie”
De hecho, Los Tiguerones tienen la mayor participación en extorsiones en la Zona 8 (integrada por Guayaquil, Durán y Samborondón) con más de un tercio de los delitos registrados por la Policía (doblan el porcentaje de bandas como Los Lobos y Choneros).
La banda criminal también ha aumentado su participación en delitos como el secuestro extorsivo de oportunidad a comerciantes, contratistas y tenderos del norte de la ciudad, según la Policía, en medio de un incremento del sadismo contra las víctimas.
Ubicado al norte del distrito Nueva Prosperina, Flor de Bastión se consolidó a partir de invasiones que iniciaron en los 90 y se ubica entre cerros, lo que dificulta el acceso a zonas bajas en sectores como los bloques 1, 2, 4 y 4 de la cooperativa, tomados por la delincuencia.
Una vecina del bloque 1 de Flor de Bastión, que por seguridad prefirió también el anonimato, le explicó a PRIMICIAS que los miembros de las bandas criminales “se pasean con fusiles” robando e intimidando a los vecinos, en medio de los cortes de luz.
“Esto es tierra de nadie. No conocemos a la Policía desde hace mucho tiempo. Cuando pasa algo y se llama al 911, los policías se parquean un rato en la vía principal, evaluando si pueden o no bajar al barrio. Los negocios están cerrando por los apagones y la delincuencia”, dijo.
Ella contó que Los Tiguerones pretendían extorsionar a dos tiendas de su sector con un cobro de USD 1.000 al mes. Y balearon las puertas enrollables de los negocios. Los propietarios desocuparon los locales con resguardo de la Policía y ahora las tiendas se convirtieron de depósitos de "motos robadas".
Vías sin asfalto dificultan acceso
El problema de los cuatro primeros bloques de Flor de Bastión es que se ubican a un lado de zonas fuertemente disputadas por los grupos criminales en Paraíso de la Flor y El Fortín, aledaños a la vía Perimetral, la principal arteria vial del noroeste.
El segundo factor es que, a diferencia de los otros 18 bloques, cuatro carecen de vías asfaltadas. Las bandas secuestraron a un operario contratista del municipio para impedir el asfaltado de las calles a inicios de 2023, dicen los vecinos. Y la municipalidad aún tiene pendiente intervenir las vías.
El sector se quedó en calles de tierra en una geografía marcada por subidas y bajadas de los cerros, lo que dificulta el acceso y lo que aprovechan las bandas criminales.
Debido a los ataques armados que han sufrido los agentes, los policías patrullan en grupos más numerosos por seguridad. Y a las zonas de más difícil acceso ingresan en operativos semanales que ahora también cuenta con personal militar, a través del Bloque de Seguridad.
A pesar de los persistentes problemas de seguridad, Nueva Prosperina ha reducido este año en cerca del 50% los niveles de violencia, respecto a 2023. En lo que va de 2024, el distrito registra 249 muertes violentas, frente a los 485 del mismo periodo el año pasado.
Cabecilla 'Tiguerón' se pasa a Mafia-18
En el operativo semanal número 39, denominado ‘Resurgir’, la Policía Nacional intervino con allanamientos la madrugada del 7 de noviembre en los sectores del distrito Nueva Prosperina, como Monte Sinaí y Nuevo Guayaquil, en esa misma zona del noroeste de la ciudad.
El teniente coronel Herbie Guamaní, jefe policial del distrito Nueva Prosperina, informó que se ejecutaron una decena de allanamientos en los sectores de El Fortín y Paraíso de la Flor, vecinos a Flor de Bastión, en operaciones que resultaron con siete aprehendidos de las bandas Águilas y Tiguerones.
Desde agosto pasado un fraccionamiento de Los Tiguerones genera disputas violentas en el distrito. A esto se suma que un cabecilla Tiguerón de la zona, alias ‘Ozuna’, pasó a hacer parte de la banda rival Mafia-18, lo que ha complejizado la seguridad en el distrito, explicó el oficial.
Los Mafia-18 arribaron al noroeste a inicios de año provenientes del sur de la ciudad en busca de viviendas para acopiar drogas, casas que obtienen a través del despojo violento, y también en busca de población a extorsionar en las zonas marginales de Nueva Prosperina.
Un barrio de 1.000 viviendas -por ejemplo- les representa USD 30.000 mensuales a los criminales, a razón de un cobro extorsivo de solo USD 1 diario por casa.
Los allanamientos del pasado jueves, 7 de noviembre de 2024, estuvieron dirigidos a afectar viviendas usadas para retener a personas secuestradas y a capturar a involucrados en muertes violentas.
Pero los policías hallaron también casas con artículos de lujo, dotadas incluso con bañeras de hidromasaje y jacuzzis, usadas por los miembros de estos grupos para organizar fiestas y disfrutar del dinero ilícito.
El temor de habitantes como Daniel, desplazados por las bandas criminales, es que estos grupos conviertan a las casas abandonadas, las viviendas que les costó años construir, en los nuevos centros de operaciones delictivas. "Cerré con candados y cadenas esperando que no se cojan mi casa", dice él.
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