Narcoguerrilleros y Los Choneros libran una sangrienta guerra por las redes de la minería ilegal en Orellana
Criptomonedas y cigarrillos de contrabando serían la ruta que los grupos criminales están usando para lavar el dinero de la minería ilegal y el narcotráfico, desde la Amazonía.
Militares revisan a personas sospechosas en La Joya de Los Sachas, el 28 de octubre de 2024.
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PRIMICIAS
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La primera alerta llegó en mayo de 2023. Orellana, una provincia amazónica que había sido de las más seguras de Ecuador, registró 15 asesinatos en un mes. A partir de esa fecha, las cifras no volvieron a la normalidad y la violencia se ha apropiado de esa jurisdicción.
Las cifras son extremadamente preocupantes. En los últimos 129 meses, entre enero de 2014 y septiembre de 2024, en Orellana se cometieron 271 muertes violentas. Pero, el 52% (142) de esos crímenes sucedió entre mayo de 2023 y septiembre de 2024, es decir, en 17 meses.
Antes de esta crisis de seguridad, en Orellana había, en promedio, un asesinato cada mes. Ahora, en cambio, hay ocho víctimas mensualmente. El incremento es del 600%.
La minería ilegal seduce al crimen
En el centro del brote de violencia en Orellana está la minería ilegal. Específicamente, en el río Punino, que se ubica en el límite entre las provincias de Napo y Orellana.
Pese a que los focos de minería ilegal a lo largo de la Amazonía han sido una constante, esta práctica fue reportada por primera vez en el Punino, en febrero de 2022, por el Proyecto Monitoreo de la Amazonía Andina (MAAP).
Y desde esa fecha, hasta la actualidad, la minería ilegal ha avanzado de tal manera que, recientemente, el MAAP informó que este delito ya ha afectado a 1.500 hectáreas de bosques selváticos que rodean al río Punino.
Esta economía ilegal llamó la atención de las bandas criminales ecuatorianas. Específicamente de Los Choneros. A partir de 2021, luego de la pandemia del Covid-19, esta organización criminal empezó a desarrollar facciones en Orellana (El Coca) y La Joya de Los Sachas, en Orellana. Y en Sushufindi, en Sucumbíos.
Orellana y La Joya de Los Sachas son, justamente, los cantones en donde más ha recrudecido la violencia en los últimos 17 meses.
El objetivo de Los Choneros era acaparar las redes relacionadas con la minería ilegal. Por ejemplo, manejan el tráfico de combustibles, que son necesarios para la operación de la maquinaria que ingresa al río para extraer el material aurífero.
Inteligencia militar calcula que, ahora, existen cinco líneas criminales que ofrecen combustible a los mineros ilegales. Cada una tendría una ganancia de unos USD 300.000 cada 15 días, por la comercialización de unos 110 galones diarios.
Pese a que es prohibido, en El Coca y en la Joya de Los Sachas es común ver a ciudadanos llevar canecas y galones a las gasolineras para comprar combustible. 'Es para el generador', respondió uno de los compradores a PRIMICIAS, aunque el vendedor aseguró que era para la minería.
Además, Los Choneros ofrecieron 'servicios de seguridad' a los mineros ilegales: es decir, los extorsionaron a cambio de que puedan seguir extrayendo el oro.
La guerra por el oro
Entre 2021 y 2023, la minería en Orellana creció en aparente 'paz'. Pero después llegaron los problemas. Para tener un mayor control, Adolfo Macías, alias 'Fito', cabecilla de Los Choneros, envió a Orellana a alias 'Topo'.
Sin embargo, esto generó un cisma en esta organización. La facción de El Coca quedó bajo el mando de 'Topo'; mientras que Los Choneros de La Joya de Los Sachas y los de Shushufindi se aliaron con alias 'Camilo', otro cabecilla que operaba desde la Cárcel de Sucumbíos.
Así empezó un enfrentamiento que empezó a dejar una serie de muertes y las primeras masacres en ambos cantones orellanenses, desde mediados hasta finales de 2023.
Pero todo empeoró. Los mineros ilegales tenían que pagar 'vacunas' a ambas facciones de Los Choneros. Por lo que, cansados de esta situación, se desplazaron a Lumbaqui, en Sucumbíos, y contactaron a los Comandos de la Frontera (CDF) para pedir ayuda.
Esta es una disidencia de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que mantiene el control en Sucumbíos, provincia fronteriza con Colombia, asesinando a cualquier miembro de bandas ecuatorianas que intente expandirse en esa jurisdicción.
Los CDF aceptaron dar seguridad a los mineros ilegales a cambio de una parte del negocio y de dirigir su propia línea de abastecimiento de combustible. Entonces, alias 'Araña', cabecilla de los Comandos, envió a 'Cejas', su segundo al mando, a La Joya de Los Sachas para que comandara esa guerra.
'Cejas' fue detenido en abril de 2024 y acusado de ser el responsable de varias masacres en ese sector. Ahora, las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional buscan a un nuevo emisario de 'Araña', ya que los asesinatos no han cedido tras esa captura.
Las rutas del lavado
Reportes de los agentes de inteligencia policial y militar a los que PRIMICIAS tuvo acceso reportan que los CDF aceptaron inmiscuirse en la minería ilegal como una forma de dinamizar su negocio y lavar su dinero del narcotráfico, que es su principal actividad.
"Tienen mucho dinero, pero no pueden gastarlo", reveló un agente militar. Además, el oficial agregó que, ahora, los narcoguerrilleros toman parte del dinero del narcotráfico y "lo ponen a trabajar" en actividades de minería ilegal.
Posteriormente, a diferencia de otros yacimientos de minería ilegal de Ecuador desde los que se envían los minerales a la provincia de El Oro, en este caso están enviando el oro hacia Colombia, donde lo venden y empiezan a ingresar efectivo al sistema económico legal.
Pero, además, esta narcoguerrilla toma otra parte de las ganancias y la invierte en sistemas de criptomonedas en Europa y Estados Unidos. Así evitan que el dinero ilegal sea rastreado.
Finalmente, la más reciente forma de lavar este dinero de la minería ilegal y el narcotráfico que han identificado las autoridades es a través del contrabando de cigarrillos que vienen de China y Pakistán y luego son vendidos en las calles de Quito, Guayaquil y demás ciudades ecuatorianas.
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