70 niños y adolescentes menores de 15 años murieron en hechos violentos en Ecuador durante 2024
El Ministerio del Interior registró 403 muertes violentas entre menores de edad en 2024, un 14% más que en 2023. Casi la mitad de estos homicidios se registraron en la provincia del Guayas.
Imagen referencial de una marcha por justicia para los cuatro niños de Las Malvinas, en el sur de Guayaquil, el 8 de enero de 2025, a un mes de la desaparición de Ismael, Josué, Steven y Saúl, el caso más resonante de crímenes de menores de edad en 2024.
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AFP
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En el sector rural de San Juan, en el cantón Puebloviejo (Los Ríos), un niño de solo seis años murió alcanzado por disparos de fusil en la vía pública, la noche del 18 de julio de 2024. Se trata de uno de los 14 menores de edad asesinados con subametralladoras o fusiles de asalto el año pasado en Ecuador, en medio de cientos de muertes violentas de niños y adolescentes en el país.
Ecuador registró en 2024 la muerte violenta de 403 personas de entre 1 y 17 años, de acuerdo con datos abiertos de homicidios intencionales del Ministerio del Interior. 2023 había cerrado con 352 de este tipo de crímenes (es decir, se registró un aumento del 14,48%).
Guayas registra casi la mitad de la violencia contra menores de edad (48,8% de los homicidios) y su capital, Guayaquil, es de largo la ciudad donde más niños y adolescentes fallecieron de forma violenta el año pasado, con 116 casos.
Junto a Durán y Samborondón, el Distrito Metropolitano de Guayaquil repite como el epicentro de este tipo de violencia, en medio de un desaforado proceso de reclutamiento de menores de edad por parte de bandas criminales en sectores del Puerto Principal y del vecino cantón ferroviario:
Niños de uno y dos años, muertos a bala
En el sector del Divino Niño de Durán (Guayas), por ejemplo, amenazas contra una familia y disparos en una vivienda provocaron la muerte de un niño de solo un año de edad la madrugada del 27 de septiembre de 2024.
También por presuntas amenazas, pero en la vía pública, resultó asesinada una niña de solo dos años, la tarde del 30 de agosto de 2024 en la cooperativa Juan Montalvo, en el norte de Guayaquil, según los casos anónimos registrados en la base de datos.
De hecho, 2024 cerró con la confirmación del asesinato de los cuatro niños de Las Malvinas, en el noroeste de Guayaquil, de entre 11 y 15 años, un caso que causó conmoción y que es investigado por presunta desaparición forzada contra 16 militares involucrados.
Los registros del Ministerio del Interior, publicados este martes 21 de enero de 2025, revelan que el año pasado 70 niños menores de 15 años murieron en hechos violentos en el país.
“Los adolescentes se ofrecen a las bandas”
2024 se convirtió en el segundo año más violento en la historia de Ecuador con 6.986 muertes violentas, frente a los 8.004 eventos de 2023 (con lo que el año pasado se registró una reducción general del 12,71% en los homicidios intencionales en el país).
Pero en el segmento de 15 a 17 años los asesinatos crecieron un 26%, frente al año previo. El reclutamiento de menores de edad suele iniciar en torno a los 12 años, pero las tareas iniciales consisten más en mover paquetes en el barrio, fungir de vigías o repartir volantes extorsivos. Mientras que desde los 15 años los grupos delictivos introducen a los adolescentes en la extorsión o el sicariato.
En sectores pobres y de alto crecimiento poblacional, como Nueva Prosperina (al noroeste de Guayaquil y Durán, tomados en gran medida por el crimen organizado, las bandas ni siquiera tienen necesidad de reclutar a los menores.
Ahora los adolescentes se ofrecen o postulan a las bandas, señala el coronel Roberto Santamaría, jefe de Policía de Durán. En sectores donde el Estado ni siquiera cubre los servicios básicos, los grupos delictivos pueden llegar a pagarles a los adolescentes entre USD 3.000 y 4.000 mensuales, señala.
Un sicariato hasta por USD 50.000
Los adolescentes y jóvenes que ejecutan sicariatos por encargo pueden llegar a percibir entre USD 3.000 a USD 50.000 de acuerdo a la relevancia de la víctima, según recoge el estudio Doble criminalización en cantones de “alta peligrosidad” en Ecuador.
Katherine Herrera, investigadora en Seguridad y autora del informe, apunta que ante este panorama los grupos criminales se convierten en la “única opción tentadora” de futuro para niños y adolescentes, a los que el Estado no puede ofrecerles alternativas que desalienten su participación en el crimen.
La autora señala por un lado como la ausencia del Estado y sus instituciones ha propiciado la presencia y dominio de los Grupos de Delincuencia Organizada (GDO) que llenan este vacío de poder en sitios como Durán, Nueva Prosperina o Yaguachi, así como en zonas de tránsito y salida de la droga.
Por otra parte, “la marcada presencia de las bandas en estos territorios, ya vulnerables de por sí, permite que el reclutamiento” para actividades ilícitas sea más efectivo. El Estado no tiene cómo competir con los ofrecimientos de los GDO, concluye, por lo que se torna complejo revertir la situación.
PRIMICIAS excluyó de este análisis 179 muertes violentas registradas con edad cero (0), una categoría usada en el sistema de registro del Ministerio del Interior para personas desconocidas o NN, de las que se desconoce la edad, de acuerdo con la Unidad de Muertes Violentas de la Policía Nacional (Dinased).
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