Masacre en Socio Vivienda: Choneros y Lobos atizan la guerra interna de Los Tiguerones en Guayaquil
La masacre de 22 personas en el distrito Nueva Prosperina, noroeste de Guayaquil, no solo evidencia el fraccionamiento de la banda Los Tiguerones sino también el reacomodo de alianzas criminales.

Un policía monta guardia durante un operativo en el barrio Socio Vivienda, al noroeste de Guayaquil, el 7 de marzo de 2025, el lugar donde 22 personas resultaron asesinadas la víspera.
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AFP
Autor:
Redacción Primicias
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La masacre de 22 personas en Socio Vivienda 2, registrada la tarde del jueves 6 de marzo de 2025, no solo expone el nivel de fractura interna de Los Tiguerones, sino también el papel de Los Choneros y Los Lobos en el reacomodo de fuerzas criminales en Guayaquil.
La incursión armada, protagonizada por la facción de Los Tiguerones Fénix, marca una de los mayores ataques callejeros en la historia de la ciudad por número de víctimas, y traslada a este sector del noroeste una guerra interna que se había desarrollado más al norte: en Flor de Bastión.
La Policía Nacional atribuye el ataque a un ajuste de cuentas entre facciones de Los Tiguerones, grupo que históricamente operó bajo una misma estructura, pero que en el último año ha visto una división interna impulsada por desacuerdos, disputas de poder y volátiles alianzas criminales.
El general Pablo Dávila, comandante de Policía de la Zona 8, explicó que la masacre en Socio Vivienda es consecuencia directa de la pugna entre Los Tiguerones Fénix, aliados con Los Águilas —brazo armado de Los Choneros—, quienes atacan a los llamados Tiguerones Igualitos.
Según la Policía, los Fénix llevaron la guerra librada en Flor de Bastión a Socio Vivienda, el enclave principal de Los Tiguerones en la ciudad, donde se apoya a Los Igualitos. Desde Socio Vivienda, el grupo se expandió en el último lustro a otras zonas de la ciudad y del propio distrito Nueva Prosperina.
El papel de Los Lobos en el fraccionamiento
El quiebre de Los Tiguerones como organización comenzó a mediados de 2024, cuando un sector de los integrantes de la banda buscó restablecer una alianza con Los Lobos (sus antiguos socios entre 2021 y 2022), grupo que históricamente ha sido enemigo de Los Choneros.
El máximo líder de la banda, William Alcívar Bautista, alias 'Negro Willy', ordenó una "limpieza" interna para sofocar los intentos de división entre quienes pretendían saltarse la estructura jerárquica de la organización.
Sin embargo, la captura de 'Negro Willy' en octubre de ese año en España provocó un vacío de poder y aceleró la fragmentación, según fuentes policiales entendidas en las dinámicas delictivas del sector.

El asesinato de Daniel Gavilánez, alias 'Cachete', cabecilla de Los Tiguerones Fénix en Flor de Bastión, dos días antes del ataque en Socio Vivienda, habría sido el detonante de la masacre. Este crimen desató la venganza de los Fénix contra los Igualitos, lo que los habría llevado a trasladar la guerra al enclave original de la banda.
Como en un momento hicieron parte de la misma organización, los integrantes se conocen entre sí: sus casas, familias y centros de operación, lo que facilitó la planificación del ataque, indicó el general. Cada golpe policial o cada muerte de un cabecilla alimenta la violencia entre las dos facciones.
Los atacantes ingresaron por rutas en los cerros para burlar la vigilancia que mantienen los vigías de sus rivales en la zona e ingresaron armados con fusiles y pistolas automáticas a viviendas específicas, a lo largo de unas 10 cuadras de Socio Vivienda 1 y 2, ejecutando a sus ocupantes. También habrían huido por la misma ruta en el límite de cerros entre zonas urbanas y el monte agreste.

GAOs y GDOT en la nueva jerarquía criminal
Según el general Dávila, las alianzas entre Tiguerones Fénix y Los Águilas responden, en gran medida, a la necesidad de reforzar su capacidad armamentística frente a los golpes que la Policía ha propinado a sus estructuras financieras en los últimos meses, afectando economías criminales como el microtráfico, la extorsión y el secuestro, dijo.
El comandante de la Zona 8 de Policía, que abarca a los cantones Guayaquil, Durán y Samborondón, también señaló que los Lobos, uno de los dos grupos más grandes junto con Los Choneros, podrían haber ejercido presión en las recientes divisiones.
“Es un análisis más profundo. Pero no se descarta la posibilidad (de que Los Lobos estén influyendo), porque recordemos que las organizaciones más grandes que han sido reconocidas como GAOs, como Grupos Armados Organizados, son sólo Lobos y Choneros, debido sobre todo a su mayor capacidad logística y de despliegue territorial”, señaló Dávila.
En un segundo escalón se ubican Los Tiguerones, recientemente ascendidos por los organismos de inteligencia nacional como Grupo de Delincuencia Organizada Transnacional (GDOT) por su talante militar, sus conexiones internacionales e influencia en el tráfico de drogas.
Es decir, como el tercer mayor grupo delictivo del país y con operaciones en la fronteriza provincia de Esmeraldas, Los Tiguerones son una pieza clave que podría inclinar la balanza en la pugna por el control territorial entre las dos más grandes organizaciones criminales de Ecuador.
El riesgo de nuevas masacres se mantiene latente. Tras el violento ataque, el Bloque de Seguridad instaló cinco puntos de control en todo el distrito de Nueva Prosperina para limitar el libre tránsito de criminales entre los sectores, y mitigar el riesgo de nuevas retaliaciones.
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