Indagación del crimen de cuatro niños de Guayaquil sigue protocolos internacionales utilizados para ejecuciones extrajudiciales
La Fiscalía investiga el caso de los cuatro niños de Guayaquil en base a los protocolos de Minnesota y Estambul, manuales de Naciones Unidas para indagar ejecuciones sumarias y casos de tortura. La autopsia difiere del procedimiento común y pruebas de tejidos prevén determinar la causa de muerte.
Una niña enciende una vela en honor a Ismael, Josué, Steven y Nehemías Saúl, los cuatro niños víctimas de desaparición y asesinato tras un operativo militar en el sur de Guayaquil, el 8 de enero del 2025, en un homenaje póstumo realizado en el sitio de la detención.
- Foto
API
Autor:
Actualizada:
Compartir:
A pesar de que la Fiscalía aún no abre una investigación por ejecución extrajudicial contra los 16 militares involucrados en la desaparición de cuatro niños de Guayaquil, sí sigue procedimientos usados en el esclarecimiento de casos de tortura y de asesinatos arbitrarios cometidos por la Fuerza Pública.
Se trata de los protocolos de Minnesota y Estambul -por los lugares de origen de los abogados que impulsaron las guías-, manuales pormenorizados de la Organización de Naciones Unidas (ONU), aludidos tanto por los defensores de las familias de los niños, como por el fiscal del caso.
La Fiscalía General del Estado sigue, por ahora, un proceso contra los 16 militares por la presunta desaparición forzada de los menores, un proceso en el que se dictó prisión preventiva para los uniformados de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE), detenidos desde inicio de año en Latacunga.
En paralelo, una segunda unidad fiscal investiga el delito de secuestro con resultado de muerte. Los militares aducen que tras detener a los niños en el sur de Guayaquil los abandonaron en una zona rural de Taura, sin responsabilizarse de los asesinatos, ni de la incineración ni destrucción de sus cuerpos.
Mientras, una formulación de cargos por ejecución extrajudicial (que podría afectar los tiempos de condena de un máximo de 26 a 40 años, por acumulación de penas) sólo será posible a la luz de nuevos elementos probatorios que relacionen directamente a los detenidos con el crimen de los menores.
El protocolo de Minnesota -un documento de 102 páginas de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos- se ocupa de las directrices que se deben atender para la investigación de forma eficaz de ejecuciones extralegales, arbitrarias o sumarias.
Mientras el protocolo de Estambul -libro de 243 páginas- ofrece herramientas prácticas de apoyo para ser utilizadas como guía en el análisis e investigación de presuntos casos de tortura, tratos crueles, inhumanos o degradantes, incluidas orientaciones para la realización de entrevistas.
La autopsia determinará si hubo tortura
En este sentido serán claves los resultados del informe de una autopsia médico-legal que los médicos forenses prevén entregar en al menos 10 días más, pues al tenor de los protocolos de Minnesota y Estambul el procedimiento debe cumplir con plazos y requerimientos particulares.
La autopsia difiere del procedimiento de una muerte común, según confirmó a PRIMICIAS una fuente reservada de la Fiscalía, precisamente por los protocolos internacionales que norman la indagación de “delitos de graves violaciones de derechos humanos en los que intervienen agentes del Estado”.
Además de la autopsia clínica regular (examen macroscópico de órganos y tejidos), se requiere completar una serie de procedimientos técnicos-científicos, entre ellos exámenes genéticos o toxicológicos, y por eso los resultados tardan más que un informe forense común.
Se espera que con el examen histopatológico (pruebas de tejidos) la autopsia no solo sea concluyente respecto a la causa de muerte, según la fuente, sino que determine si las lesiones infringidas a los cuerpos incinerados de Ismael, Josué, Steven y Saúl se produjeron en vida o si fueron torturados.
Ante el nivel de extrema destrucción de los restos calcinados -las familias denunciaron desmembramientos, partes dentales faltantes o cráneos destrozados- también se solicitó como parte de los protocolos una microscopía electrónica de barrido de los cuerpos.
Esta prueba puntual puede definir -por ejemplo- signos de disparos de armas de fuego o la trayectoria de proyectiles balísticos en los cuerpos de las víctimas.
¿Cómo se realiza la prueba de tejidos clave?
El estudio histopatológico que hace parte de los protocolos internacionales permite confirmar, modificar o descartar lo observado a simple vista durante la autopsia clínica, refuerza la solidez científica del estudio forense e identifica causas de muerte no evidentes macroscópicamente.
Se trata de un proceso meticuloso que sigue una serie de etapas para garantizar la calidad del dictamen emitido. A continuación, se desglosan las fases del procedimiento:
Toma de muestras.
- Se realiza en la sala de autopsias. Las muestras se seleccionan considerando los antecedentes clínicos del fallecido y los hallazgos observados durante la autopsia. Los órganos son examinados y se toman cortes representativos para su posterior procesamiento.
Fijación.
- Las muestras se colocan en formol (formalina) para conservarlas. Se almacenan en frascos debidamente rotulados para asegurar su correcta identificación.
Deshidratación.
- Las muestras pasan por una serie de líquidos alcohol (para deshidratar el tejido) o xilol (para remover el alcohol).
Inclusión.
- Las muestras se sumergen en parafina para endurecer el tejido y facilitar su manipulación.
Corte.
- Se preparan bloques de parafina. Se realizan cortes finos de estos bloques, los cuales se colocan en laminillas (portaobjetos) para su análisis.
Tinción.
- Los cortes se tiñen con colorantes específicos para resaltar los componentes celulares y facilitar su observación microscópica.
Lectura microscópica.
- El patólogo examina las laminillas bajo el microscopio para emitir un dictamen basado en los hallazgos celulares.
Compartir: