Guayaquil registra un promedio de 2,5 secuestros al día, en medio de un aumento del sadismo de los captores
Las llamadas de emergencia por plagios casi se triplicaron en Ecuador en los siete primeros meses del año, con respecto a 2023. Guayaquil suma el 45% de las alertas. La ciudad se convirtió en el foco de una "industria criminal" que se vale de la tortura y que pone en la mira a la clase media.
Unidades tácticas queman una casa que según la Policía era utilizada por delincuentes para mantener a personas secuestradas, en Monte Sinaí, en Guayaquil, el 19 de junio de 2024.
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AFP
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Ecuador registra cifras nunca vistas en materia de secuestros. Las llamadas de emergencia al ECU-911 relacionadas a los plagios casi se han triplicado este año con respecto a 2023 (y son 10 veces mayores a las de 2022). Guayaquil es de lejos el epicentro del problema.
En los siete primeros meses del año, la central de emergencias registró 1.227 llamados de auxilio por secuestros y secuestros extorsivos a escala nacional, 551 de ellos en Guayaquil.
Es decir, el Puerto Principal concentró el 44,90% de todas las alertas, según los datos abiertos mensuales del ECU-911, analizados por PRIMICIAS.
Así, en Guayaquil se están produciendo una media de al menos 2,5 secuestros cada día. Quevedo y Quito son las siguientes ciudades más afectadas, con 122 y 56 llamados de emergencias, respectivamente, entre enero y julio de este año.
Se trata de datos referenciales que marcan una tendencia del flagelo, pues la suma de casos consolidados atendidos por la Policía Nacional (o denunciados en Fiscalía) suele ser todavía mayor.
La madrugada del lunes 2 de septiembre una de las llamadas al 911, de la hija de un secuestrado que se escondió debajo de la cama mientras hombres armados tumbaron la puerta de su casa y sacaron por la fuerza a su padre, ratificó el aumento del sadismo de los captores.
Sadismo y tortura contra los cautivos
El reporte del plagio, que se produjo en la Isla Trinitaria (al sur de Guayaquil), permitió un seguimiento del vehículo a través de cámaras de videovigilancia hasta Monte Sinaí (al noroeste), en un sector donde la Policía allanó 20 viviendas.
En una covacha de caña, la Policía halló a tres personas en cautiverio, mientras que se capturó a seis presuntos secuestradores, entre ellos una mujer y dos adolescentes de 15 años.
Además del hombre de 54 años, sacado de su casa mientras dormía, en la vivienda de caña de Monte Sinaí permanecían en cautiverio por una semana dos mujeres secuestradas -de 69 y 34 años-.
Las mujeres habían publicado en redes la venta de un terreno y al citarse con un supuesto comprador en la Isla Trinitaria terminaron secuestradas por una estructura de la banda criminal Los Tiguerones.
La mayor de las víctimas contó que le cortaron un dedo del pie para presionar el pago de USD 100.000. Además, le quemaban con velas o encendedores los pies y le sacaron uñas mientras grababan en video la escena para enviarle a los familiares.
“En el noroeste de Guayaquil, la guerra más que por el microtráfico, es por apoderarse de viviendas en estas zonas de invasiones para traer a personas secuestradas, acopiar droga y objetos robados”.
Roberto Santamaría, policía Nueva Prosperina.
El coronel Roberto Santamaría, jefe del distrito Nueva Prosperina, informó que un adolescente de solo 15 años custodiaba y torturaba a los secuestrados, pues los menores de edad se benefician de medidas penales más laxas.
“Es necesario reformar la ley, porque quienes se encargan de los asesinatos y de los secuestros son menores de edad reclutados por las bandas criminales”, dijo el oficial.
Casos se triplican y apuntan a clase media
En los primeros siete meses de 2024, el servicio integrado de seguridad atendió 1.227 llamadas de alerta por secuestros y secuestros extorsivos a escala nacional, frente a las 441 del mismo periodo de 2023.
Es decir, los reportes de estas emergencias casi se triplicaron. De hecho, aumentaron 9,5 veces con respecto a los índices de 2022, cuando se reportaron 128 emergencias entre enero y julio.
Desde inicios de año, las bandas criminales se están financiando de forma más decidida con el secuestro, como una alternativa ante la pérdida de ingresos de otras actividades ilícitas, poniendo incluso a taxistas y comerciantes como objetivos, según la Policía.
El monto de los plagios pasó de USD 100.000 o USD 1 millón, a cifras que van desde los USD 500, a USD 5.000 a más de USD 50.000 según el objetivo y la modalidad. Los plagios recientes en la Isla Trinitaria se produjeron incluso en una zona de clase media baja.
Entre los más recientes objetivos de los grupos criminales están propietarios de locales en el sector comercial de La Bahía y en otros puntos del centro de Guayaquil, donde se han convertido los últimos meses en víctimas reiteradas de hombres armados que se los llevan a rastras de sus propios negocios.
Los comerciantes del área aseguran que un banda de extranjeros -de nacionalidad venezolana- ha estado operando en la zona por meses, alquilando hostales durante semanas para realizar el perfilamiento de los locales y de los objetivos susceptibles de secuestro.
Se trata de personas que rondan los comercios -tiendas de ropa, zapatos y artículos varios- ingresan a los locales y preguntan por mercadería, pero nunca compran, según un comerciante de las calles 10 de Agosto y Quito, en una zona donde se registran al menos tres ataques desde julio pasado.
Si desea visualizar o descargar la hoja de cálculo con los datos, siga este enlace.
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