Más fraccionamientos y grupos emergentes marcan el complejo escenario criminal de 2025
Los cambios de lealtades, la proliferación de bandas y las disputas internas entre grupos criminales suponen un riesgo de incremento de la violencia y de delitos como el secuestro.
Un agente de policía comprueba los tatuajes de un hombre durante una operación conjunta de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional en el cantón Durán, el 9 de diciembre de 2024.
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AFP
Autor:
Redacción Primicias
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El panorama del crimen organizado en Ecuador atraviesa un proceso de transformación marcado por la fragmentación y proliferación de bandas criminales emergentes.
Este fenómeno, conocido como “atomización”, está generando un nuevo ecosistema delictivo marcado por fraccionamientos de grandes grupos, lealtades cambiantes, nuevas células criminales y una escalada de crímenes predatorios como la extorsión y el secuestro.
Según analistas y el diagnóstico policial, 2025 podría consolidar esta tendencia, exacerbando las disputas territoriales y provocando un repunte en los índices de homicidios.
Carniceros, Duendes, Freddy Kruger's o Cuyuyuys están entre las violentas células criminales que se convirtieron en noticia en el último tramo de 2024, tanto en las cárceles como en las calles del suroeste de Guayaquil.
Se trata de bandas que ni siquiera constaban entre los 22 grupos de delincuencia organizada declarados como terroristas por el Gobierno Nacional a inicios de 2024.
Mientras que facciones de Los Tiguerones libran una cruenta guerra en el noroeste de Guayaquil, solo comparable al enfrentamiento entre facciones de Los Lobos en Machala, y en otras partes de El Oro.
'Camisetazos' inciden en la violencia
El coronel Herry Herrera, subdirector de la Policía Judicial (PJ), explicó a PRIMICIAS que el nivel de fraccionamiento es tal que la Policía ha comenzado a registrar los denominados “camisetazos”, cambios de organización entre miembros de los grupos delictivos.
Se trata de un fenómeno que refleja las deslealtades y el reacomodo entre los miembros de diferentes bandas. “Hemos encontrado detenidos con tatuajes de organizaciones diferentes. Estas deslealtades incrementan también la incidencia de muertes violentas”, afirmó Herrera.
Así, en las afueras de Durán, en zona rural de Guayas, se reporta una nueva célula criminal como la de los King Diablo, formada a partir de una facción de Latin Kings y disidentes de Chone Killers. Se trata de una inusitada unión pues los dos grupos están en guerra en el cantón ferroviario.
Además, aún está por verse cómo se acomodan a un nuevo liderazgo los Chone Killers en Durán, tras los crímenes de alias ‘Ben 10’ y ‘Trompudo Israel’ en Cali, Colombia. Los líderes máximos del grupo criminal resultaron asesinados el 28 de diciembre de 2024 en un ataque atribuido, en inicio, a Los Lobos.
Ecuador registró 6.547 muertes violentas hasta el 15 de diciembre de 2024, con lo cual redujo en un 17% las muertes violentas con respecto a 2023, el más violento de la historia del país, con 8.004 crímenes.
Pero las denuncias de secuestros -por ejemplo- siguieron creciendo en 2024 a un ritmo del 25% en sectores como el distrito metropolitano de Guayaquil (Zona 8), que concentra más de un tercio del problema de criminalidad del país. En 2024, la Zona 8 acumuló el 37% de todos los crímenes que ocurrieron en Ecuador.
La atomización y su impacto
Un informe reciente de Insight Crime titulado "El sistema penitenciario en Ecuador: historia y retos de un epicentro del crimen” advierte también que las grandes mafias se están fragmentando, dando paso a grupos más pequeños que operan con autonomía creciente.
Esta descomposición ha impulsado actividades como extorsiones, secuestros y masacres, a menudo perpetradas por jóvenes reclutados en comunidades vulnerables.
El documento señala que la intervención militar en las cárceles durante 2024, aunque logró interrumpir de forma temporal la operación de mafias al interior de los penales, ha sido insuficiente para desmantelar el negocio criminal de las prisiones, en la raíz del problema de Ecuador.
Además, como “consecuencia imprevista de la intervención” militar en las cárceles, se aceleró la tendencia a la fragmentación, de acuerdo al informe, pues la militarización provocó al menos inicialmente un debilitamiento de los lazos entre líderes encarcelados y las calles. Esto, a su vez, ha intensificado las disputas territoriales y la violencia en sectores marginales.
Michelle Maffei, analista en seguridad, enfatizó que la tendencia hacia la atomización continuará agravándose en 2025, cuando el número de bandas criminales puede más que duplicarse en comparación con las 22 que el Gobierno registró hasta inicios de 2024.
La analista, máster en seguridad nacional y conflicto, llama a atacar el problema más allá del enfoque de “hipermilitarización”, abordando las raíces del crimen organizado: sus estructuras financieras y nexos políticos, lo que sigue siendo el mayor desafío para el nuevo año.
La fragmentación de Los Tiguerones
Maffei pone el ejemplo del distrito Nueva Prosperina (noroeste de Guayaquil) donde divisiones internas de Los Tiguerones enfrentan a subgrupos como Tigres Fénix y Tigres Igualitos, estos últimos son antiguos asesinos a sueldo que se sublevaron contra sus jefes.
El teniente coronel Edison Rodríguez, jefe de policía del distrito Pascuales en el norte de Guayaquil, coincide en que este tipo de fraccionamientos suponen el mayor reto en materia de seguridad para el nuevo año.
La guerra entre Tigres Fénix y Tigres Igualitos no solo afecta a Nueva Prosperina sino a distritos con presencia tradicional de esa organización como Pascuales y Florida (al norte de Guayaquil) o incluso Portete (al suroeste de la ciudad).
Rodríguez reconoce que se puede producir una suerte de “rebote” o repunte de la violencia en estos cuatro distritos en los que se redujeron los asesinatos durante el 2024.
“El problema es que al no haber una cabeza estos grupos comienzan a hacer lo quieren. Se matan entre ellos y provocan fuertes daños colaterales”, indicó el oficial.
La estrategia policial consiste en extremar los niveles de hostigamiento a través de intervenciones y allanamientos en ocho de 12 distritos priorizados en la Zona 8, conformada por los cantones Guayaquil, Durán y Samborondón.
La fragmentación de Los Tiguerones se produjo -según la Policía- porque Tigres Igualitos quisieron unirse al grupo armado organizado de Los Lobos, ante lo cual el máximo líder Tiguerón, William Alcívar Bautista, alias 'Negro Willy', ordenó iniciar una guerra.
Es que Los Lobos mantuvieron entre 2021 y 2022 una alianza con Los Tiguerones y Chone Killers, pero estas dos organizaciones volvieron a aliarse con Los Choneros un año después, y ahora las dos bandas corren el riesgo de fragmentarse en medio de un escenario de frágiles lealtades.
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