Familias de los cuatro niños asesinados de Las Malvinas analizan pedir más pruebas de ADN, pero en el exterior
La destrucción extrema de los cuerpos hace dudar a los familiares de que se trate de los cuatro niños asesinados de Las Malvinas tras un operativo militar, como lo afirmó la Fiscalía.
Un hombre llora mientras carga el féretro de uno de los cuatro niños de Las Malvinas asesinados tras un operativo militar, durante el sepelio de los menores en el cementerio Ángel María Canals del Suburbio de Guayaquil, el 1 de enero de 2025.
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AFP
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El dolor y la indignación marcaron el inicio de 2025 en el populoso barrio de Las Malvinas, al sur de Guayaquil, donde el 1 de enero se realizó el velatorio de los restos de los cuatro menores de edad asesinados tras un operativo militar y desde donde partió el cortejo de sus funerales.
Los restos de los hermanos Ismael y Josué Arroyo (15 y 14 años) Saúl Arboleda (15) y Steven Medina (11) fueron hallados incinerados en una zona rural y agreste de Taura (Naranjal, Guayas) el 24 de diciembre y se entregaron a las familias la noche de fin de año.
Sus familiares detallaron la brutalidad empleada en la destrucción de los cuerpos. Jessica Cambindo, tía de los hermanos Arroyo, denunció el nivel extremo de violencia con el que fueron tratados los restos de los menores.
"Prácticamente estaban descuartizados, carbonizados, reducidos a huesos. Es inhumano. Nadie debería sufrir algo así, y menos niños que soñaban con ser futbolistas profesionales", señaló.
Además de la incineración, los cuerpos estuvieron expuestos a la acción de fauna cadavérica (insectos) y de crustáceos (cangrejos) en los remotos manglares donde los halló una patrulla fluvial del Grupo de Intervención y Rescate (GIR), según el Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos.
Según declaraciones de familiares y amigos, las víctimas no tenían vínculos con actividades delictivas, como sugirieron fuentes oficiales, y se dirigían a su casa tras un partido de fútbol, el 8 de diciembre de 2024, la noche de su desaparición.
Los 16 miembros de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE) involucrados, a los que se les dictó prisión preventiva el 31 de diciembre, aducen que capturaron a los menores tras un presunto robo en el sur de Guayaquil.
“Somos una familia humilde, honrada, cristiana, que lucha día a día por salir adelante. Los chicos eran estudiantes y deportistas. No eran parte de ninguna banda ni tenían tatuajes como quisieron posicionar en las redes sociales", afirmó Cambindo.
Pruebas de ADN en el exterior
Las familias de las víctimas están evaluando recurrir a instancias internacionales y no descartaron presentar una demanda internacional contra el Gobierno ecuatoriano, exigiendo una investigación exhaustiva y nuevas pruebas de ADN para esclarecer los hechos.
"No queremos que esto quede en la impunidad, como ha pasado con tantos otros casos. La brutalidad de lo que les hicieron no tiene explicación ni justificación", aseguró Cambindo. Un cuerpo estaba dividido en cuatro partes, reclamó.
“Uno de mis sobrinos tenía el cráneo desbaratado. A otro le falta la dentadura de arriba. Los han desfigurado y, al parecer, los han quemado en repetidas ocasiones”.
Antonio Arroyo, tío de hermanos asesinados.
Antonio Arroyo, tío de los dos hermanos asesinados, indicó que el nivel de destrucción de los restos es tal, que los padres aún dudan de que sean realmente sus hijos, por lo que evalúan solicitar que las pruebas genéticas sean refrendadas fuera del país.
Además, las familias aguardan que se reformulen cargos contra los 16 militares detenidos por desaparición forzada o que se sume una nueva investigación al proceso por asesinato.
Las familias esperan que la comunidad internacional se sume al pedido de justicia y no descartan una demanda internacional, según la tía de los menores. "No tienen corazón quienes hicieron esto. No nos cabe en la cabeza tanta maldad contra las cuatro criaturas”.
En principio, las autoridades informaron a las familias que las pruebas de identificación genética (o de cotejamiento de ADN) de los cuerpos tomarían entre 30 y 40 días. Pero luego la Fiscalía anunció los resultados de las pericias el 31 de diciembre, siete días después del hallazgo de los cadáveres.
“Los resultados de las pericias de genética forense confirman que los cuatro cuerpos encontrados en Taura corresponden a los tres adolescentes y un niño desaparecidos tras un operativo militar, el pasado 8 de diciembre”, informó la Fiscalía General del Estado en un mensaje en la red social X.
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