Extorsiones y ataques de piratas arrinconan a los 60.000 pescadores artesanales de Manabí
La banda narcodelictiva Los Choneros no solo se ha apoderado del narcotráfico en la ruta del Pacífico, sino también de los robos, asaltos y extorsiones a los pescadores artesanales de Manabí, donde, según Fopae, el 99,9% del sector está contaminado por los procesos delictivos.
En octubre de 2024, en Jama, al norte de Manabí, se logró recuperar motores fuera de borda con irregularidades en la documentación, que implicaba a la banda Los Choneros.
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Los ilícitos que se mueven en torno a los pescadores artesanales de Manabí son una de las problemáticas en las que las autoridades prefieren no ahondar. La organización narcodelictiva Los Choneros estaría detrás de los robos, asaltos y extorsiones que se comenten en este sector, tanto en mar como en tierra.
Según la Federación de Organizaciones Pesqueras y Análogas de Ecuador (Fopae), en la provincia costera hay 60.000 pescadores artesanales. De esa cifra, el 99,9% se ve afectado de alguna forma por las actividades criminales y delincuenciales.
Una alta fuente policial dijo a PRIMICIAS que Los Choneros no solamente se han adueñado de los procesos delictivos en las ‘caletas pesqueras’, sino que son los ‘duros’ del narcotráfico en la ruta del Pacífico.
Es decir que se han apoderado del envío de cocaína a través de submarinos o lanchas rápidas hacia Centroamérica y Estados Unidos. De allí se desprenden otros delitos en los que están relacionados los pescadores, como el tráfico de armas e hidrocarburos.
Además, las organizaciones criminales internacionales reclutan a pescadores y lancheros manabitas, porque son expertos navegantes y conocen a la perfección las rutas marítimas.
Sobre el tema de los robos, asaltos y extorsiones a pescadores o de los también conocidos ‘ataques de piratas’, Jimmy López, presidente de la Fopae, reconoce que la situación es compleja y que afecta, no solo a Manabí, sino también a provincias como Guayas, Esmeraldas, El Oro y Santa Elena.
Agregó que a los pescadores en el mar les rondan tres acciones delictivas que se han tornado incontrolables: asalto a mano armada, robo de motores, disparos y muertes no declaradas.
El gobernador de Manabí, Leandro Briones, aseguró que tiene conocimiento de la problemática de inseguridad que aqueja a este sector y que se están realizando las articulaciones necesarias.
Los Choneros predominan
Entre los casos más recientes de este 2024, que recaen en la organización narcodelictiva Los Choneros, están los siguientes:
En octubre, la Armada de Ecuador informó que, en Jama, al norte de Manabí, por información de inteligencia naval realizaron inspecciones, logrando recuperar motores fuera de borda con irregularidades en la documentación.
Según la fuerza pública, el número de serie de los motores fue adulterado por miembros de Los Choneros, liderados por alias ‘Pato’, quienes se dedican a realizar actividades ilícitas en los espacios acuáticos.
Pero estas acciones también eran coordinadas por alias ‘Pato’ para ejecutar delitos en otro punto, específicamente en Leónidas Plaza, del cantón Sucre, donde decomisaron motores fuera de borda adulterados.
En el sur de la provincia también hay otros reportes, como el de abril pasado, cuando una embarcación fue retenida en Puerto López, que estaría siendo utilizada por la banda narcodelictiva Los Choneros para el cobro de vacunas y robo de motores a los pescadores artesanales de Manabí.
Entre el bien y el mal
Los 60.000 pescadores artesanales de la provincia se concentran en caletas pesqueras que están ubicadas de norte a sur:
Al norte están Cojimíes y La Chorrera de Pedernales; El Matal en Jama; Briceño y Canoa de San Vicente; Bahía de Caráquez, San Jacinto y San Clemente de Sucre.
Mientras que al sur, Crucita de Portoviejo; San Mateo, Santa Marianita, Las Piñas, San Lorenzo y Santa Rosa de Manta; Jaramijó: Puerto Cayo de Jipijapa; Machalilla, Las Tunas y Salango de Puerto López.
“Nadie lo quiere hablar, porque es un tema muy especial; en primer lugar, la gente se asusta cuando se habla de extorsiones de robo, porque pagan y no dicen nada, están con Dios y el diablo”
Jimmy López, presidente de la Fopae.
“Cuando te roban, automáticamente te llaman (los delincuentes) para devolverte los motores y se debe pagar entre USD 1.500 a USD 2.000 por un motor”, explicó López.
El dirigente asegura que hay una realidad muy penosa en este sector, ya que existen familiares de pescadores que están involucrados en los robos extorsivos.
“Ese círculo vicioso se viene manejando desde El Oro, Esmeraldas, Santa Elena, Guayas y Manabí”, añadió.
Una alta fuente policial reveló que tienen la información proporcionada por los habitantes de las zonas pesqueras, de que existen personas (delincuentes) que extorsionan a los pescadores y que les cobran USD 130 mensuales para brindarles “seguridad”.
El servidor policial, además, reconoció que este negocio ilegal está presente en todas las zonas costeras y que, “lamentablemente, la gente no denuncia por temor a perder sus vidas”.
En el caso de Puerto López, la fuente dice que los pescadores deben de darle una cuota a un “señor que es conocido entre ellos, de la comunidad misma”, es decir, sirve como intermediario de las organizaciones delictivas.
Sin embargo, a pesar de que dan el dinero, los pescadores siguen siendo víctimas de robos y ataques armados.
José (nombre protegido), pescador manabita, dijo que “si no son las matanzas, es el robo”. Explicó que los delincuentes en el mar se dividen por mandos o grupos y que hay una modalidad nueva para evitar ser atacados, la cual consiste en “cargar una media (hay de distintos colores) y si usted no la carga, se le llevan los motores”.
Por ejemplo, si es una media de color verde y si en el mar una embarcación es interceptada por un grupo criminal, le preguntan a quién le está pagando y debe de enseñar la media “que es una señal que ya ha pagado”.
¿Qué pasa con las denuncias?
La situación de este sector es mucho más compleja. Tanto la fuente policial como el presidente de la Fopae aseguran que muchas denuncias son retiradas por amenazas contra la vida y la tramitología.
También porque los pescadores prefieren seguir la cadena delictiva y pagar las extorsiones para que les devuelvan sus motores u otras herramientas, debido a que no tienen otra salida: “Lo único que saben hacer es pescar, a eso se han dedicado toda la vida”.
López denuncia que “siguen desapareciendo pescadores y nadie hace nada”, pues muchos ataques han terminado en muerte.
Según registros oficiales, solo entre enero y febrero de 2024, en los cantones de Manta y Jaramijó hubo más de 50 ataques de piratas.
Otro registro, el 25 de octubre: 14 pescadores estuvieron cuatro días a la deriva tras un ataque armado perpetrado por sujetos a bordo de tres embarcaciones.
Los ‘piratas’ los golpearon, los amenazaron de muerte y les robaron los seis motores de las seis embarcaciones; luego los dejaron a la deriva, a 100 millas náuticas del cantón Jama.
Para López "no existe el apoyo de instituciones del orden", a pesar de los constantes pedidos.
Falencias y vulnerabilidad
El dirigente de la Fopae, además, manifestó que no solo los problemas de inseguridad aquejan al sector; también está la falta de créditos sustentables y eso, según López, ha conllevado a que los pescadores opten por hacer préstamos al ‘chulco’ o a cooperativas de ahorros con altos intereses que oscilan entre el 22% y el 30%.
“La gente se endeuda porque no hay trabajo y los pescadores lo único que saben hacer es pescar en el mar”, dice el dirigente.
Por lo regular, un motor de los que usan los pescadores artesanales en el mercado cuesta USD 12.000 y una embarcación, alrededor de USD 12.500.
Jimmy López agrega que no cuentan con el seguro pesquero y están “enrolados al Seguro Campesino, pero no acepta a los pescadores porque deben de estar en áreas de tierras y sembríos, por eso no tenemos ningún centro de salud completo. Tampoco tenemos seguro social, ni de accidente, ni de vida”.
Todo lo anterior, de acuerdo al dirigente, ha originado que incluso la pesca legal se torne ilegal. En marzo de 2023, el Gobierno Nacional anunció que declaraba Reserva Marina a las ocho primeras millas del perfil costero ecuatoriano.
Lo que significa que, a ocho millas, se permite la pesca artesanal, que es un equivalente a 14,8 kilómetros de costa.
A raíz de la nueva reserva, se debió trabajar con los pescadores artesanales, para que su modalidad de pesca vaya de la mano con los parámetros de conservación. Sin embargo, eso no sucedió, dice el presidente de la Fopae.
La declaratoria es para cuidar un área donde hay manglares y circulan especies endémicas. Finalmente, López denunció que, en la zona de la costa, a escala nacional, existen entre 3.000 y 3.500 embarcaciones ilegales. Están sin permiso de pesca y “hacen lo que quieren”.
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