El amargo papel que cumple Ecuador en el ilegal negocio del tráfico de cocaína se consolidará en 2025
Colombia produce más cocaína y Europa ha aumentado su demanda. En ese escenario, el rol de Ecuador en el mundo del tráfico de droga es cada vez más grande.
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Las incautaciones de drogas en Ecuador siguen en aumento y cada año se rompen nuevos récords. En 2024, según datos de la Policía Nacional, se incautaron un poco más de 293 toneladas de estas sustancias. 33% más que en 2023.
Nuevamente, la cocaína es la droga que más incautan las autoridades ecuatorianas. En 2024, la Policía y las Fuerzas Armadas (FF.AA.) ecuatorianas decomisaron 259 toneladas de este alcaloide, 61 toneladas más que el año pasado.
El incremento del narcotráfico ha generado, en Ecuador, un aumento paralelo e indiscriminado de la violencia criminal. El país tiene por segundo año consecutivo una de las peores tasas de muertes violentas por cada 100.000 habitantes del mundo.
Entonces, ¿por qué si la efectividad de las autoridades ecuatorianas -en cuanto a decomiso de droga- aumentó, la violencia no se ha frenado?
PRIMICIAS dialogó, bajo reserva, con un oficial de la Dirección Nacional Antinarcóticos de la Policía Nacional para entender qué pasa con el narcotráfico y que podría venir en 2025. El agente explicó que alrededor de la economía del narcotráfico hay muchos factores a considerar.
Más producción y más demanda
Para intentar entender lo que pasa con el narcotráfico, primero, hay que tener claro que este -aunque ilegal- es como cualquier otro negocio que responde a una oferta y a una demanda.
En medio de esta lógica, el primer aspecto a considerar es que Ecuador está junto a Colombia, el principal productor de la hoja de coca, pasta base y cocaína.
Según la Oficina de las Naciones Unidas para la Droga y el Delito (Unodc), está producción ha ido aumentando cada año. Para 2023, el incremento de producción de hoja de coca fue del 30%, para llegar a un área sembrada de 253.000 hectáreas. Eso equivale a más de 230.0000 canchas de fútbol profesional.
Y por una relación lógica, mientras más coca se cosecha en Colombia también se produce más cocaína. Así lo de muestran los datos de incautaciones no solo en ese país, sino en Ecuador, que es una de las principales rutas de exportación de esa sustancia.
A esto, además, se suma el aumento de la demanda de cocaína. El más reciente informe mundial de drogas indica que en el mundo el consumo de sustancias subió un 20%. Uno de los mercados en crecimiento es Europa, donde el precio de la cocaína ha bajado porque hay más oferta.
.Por esta razón, nuevamente, Ecuador se vuelve importante en el mapa mundial de esta droga. El alcaloide pasa de Colombia a Ecuador por la frontera norte y, por tierra, es movilizado a la zona costera. Desde los puertos, finalmente, la droga es enviada a Europa, en contenedores con productos de exportación
Para 2025, según las proyecciones policiales, esto no va a cambiar y más bien tiende a incrementarse. Ya que la demanda de cocaína desde Europa es cada vez mayor. Por eso es cada vez más frecuente que en países como España y Holanda se incaute más droga proveniente de Ecuador.
La violencia y el rol de Ecuador
En las últimas dos décadas, el rol de Ecuador en el mundo del narcotráfico ha cambiado. El país pasó de ser un país de paso rápido de la droga a un centro de acopio y de envío de las sustancias.
Por esta razón, en Ecuador han proliferado bandas criminales que se dedican a distintas economías asociadas a la logística del envío de drogas a América del Norte y Europa: transporte, seguridad, acopio y envíos.
Esto también, según los datos policiales, es el principal disparador de violencia criminal. Uno de los más claros ejemplos es Esmeraldas, que es una de las puertas de entrada de la cocaína desde Colombia. Los Tiguerones dominaron por mucho tiempo esa provincia.
Sin embargo, en el último año, esto ha ido cambiando. Los Lobos han ganado espacio en esta y otras provincias del país. Y lo hacen a punta de asesinatos a miembros de bandas rivales.
Está lógica se repite en todo el país. Las bandas rivalizan por hacerse del control puertos, aeropuertos, ciudades, provincias, cárceles y otros espacios. En ese afán, además, extienden sus tentáculos corrompiendo a funcionarios públicos, policías y militares.
Esto, además, complica el trabajo de las autoridades, ya que el mapa de las bandas muta muy rápido y es complicado identificar objetivos de captura e intervención.
A esto se suma la presencia de grupos de delincuencia internacionales. En un punto, en Ecuador se habló de operaciones estructuradas de carteles mexicanos y de alianzas establecidas con bandas como Los Lobos y Los Choneros.
Para 2024 y 2025, en cambio, esto cada vez es más raro de encontrar. Ahora, el país se ha convertido en un mercado al que llegan emisarios de estos grupos criminales y otros como la mafia albanesa. Estas organizaciones buscan proveedores de servicios como seguridad y logística y luego de terminar la operación de envío de cocaína su relación termina.
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