“Estoy destrozado y aterrorizado”, dice padre de dos de los cuatro niños de Malvinas desaparecidos en Taura
Las familias de los cuatro menores desaparecidos tras un operativo militar en Guayaquil, en espera de pruebas de confirmación sobre cuerpos incinerados, claman por justicia tras 19 días de angustia.
Luis Arroyo (segundo desde la izquierda) y Katy Bustos (izquierda), padres de Ismael y Josué Arroyo Bustos, dos de los cuatro adolescentes desaparecidos en Taura, tras un operativo militar en el sur de Guayaquil, en la morgue de Guayaquil, el 25 de diciembre de 2024.
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AFP
Autor:
Redacción Primicias
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Saluda con un “Dios le bendiga”. Y en sus conversaciones usa de forma reiterada las palabras “varón” y “amén” como un cristiano evangélico. Luis Eduardo Arroyo Valencia, padre de dos de los cuatro niños desaparecidos en Taura, encuentra en su relación con Dios una forma de sobrellevar el dolor.
Sus hijos -Ismael Eduardo y Josué Didier Arroyo Bustos, de 15 y 14 años respectivamente- completaron este 27 de diciembre 19 días desaparecidos.
La familia dice vivir un “calvario” desde la noche del 8 de diciembre de 2024, cuando dos patrullas de militares capturaron a los niños en el sur de Guayaquil y los dejaron abandonados a más de 40 kilómetros, en una zona rural y en horas de la noche, sobre las 22:00.
“Estoy destrozado y aterrorizado con todo esto que está pasando. Los cuatro son estudiantes, no pertenecen a ninguna banda, no tienen tatuajes”, dice el padre.
“Estamos angustiados, estamos dolidos, estamos destruidos, partidos por dentro. Y no tenemos respuestas sobre lo que ha pasado con nuestros hijos”.
Luis Arroyo, padre de niños desaparecidos.
Las familias aseguran que la noche de la desaparición habían terminado de jugar un partido de fútbol. Mientras que los militares de la FAE señalan que los detuvieron tras un presunto robo.
Los sueños de Ismael y Josué
Ismael Arroyo (15) juega fútbol desde los cinco años. Y es goleador en su categoría del club Richard Borja, con el que ha anotado más de 20 goles.
La familia le compró con esfuerzo sus implementos deportivos, entrenaba de lunes a viernes y jugaba los fines de semana. Él soñaba con jugar fútbol profesional en Brasil, pues siempre fue fanático del futbolista brasileño Neymar Junior, recuerda su padre.
En cambio Josué (14) es el niño bueno en los estudios en la casa de los Arroyo Bustos. Los dos bromeaban sobre quien sería el primero en poder comprarle una casa a su madre.
“Mi hijo mayor es futbolista federado, entonces no entiendo por qué le han hecho este daño a tres familias que estamos sufriendo”.
Luis Arroyo, padre de niños desaparecidos.
Los padres mantienen viva la esperanza de que ambos puedan regresar a casa. “Queremos que vuelvan, eso es lo que queremos”, dice Luis.
Entre miedo y esperanza, familias claman justicia
Los padres de los Arroyo Bustos, junto a los de los otros dos desaparecidos –Steven Gerald Medina Lajones y Nehemías Saul Arboleda Portocarrero, de 11 y 15 años- acudieron la mañana de este viernes 27 de diciembre de 2024 a la Fiscalía del Guayas, en el centro de Guayaquil..
Ellos ampliaron su versión en la unidad especializada en investigación del uso ilegítimo de la fuerza en una investigación que inició por el delito de secuestro y que ahora incluye el delito de desaparición forzada.
El fiscal del caso solicitó que las familias sean incorporadas al Sistema de Protección de Víctimas y Testigos de la Fiscalía, con el fin de garantizar su seguridad y el respeto al debido proceso, según informaron representantes del Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos (CDH).
El Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos (CDH) de Guayaquil denunció “visitas intimidatorias” de la Fuerza Pública a las familias, con agentes tomando fotografías a los domicilios y a un vehículo de uno de los padres.
“Queremos que nos los regresen con vida, así como se los llevaron estos malos servidores que hicieron un mal procedimiento, así mismo que nos los regresen con vida, eso es lo que nosotros queremos como padres”, dice Arroyo.
Las familias acudieron este viernes por segunda ocasión al Laboratorio de Criminalística y Ciencias Forenses de la Policía Nacional para entregar muestras de ADN, a fin de confirmar si los cuatro cuerpos carbonizados hallados en Taura (Naranjal, Guayas) corresponden con los menores desaparecidos.
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