'Caleteros', 'comemuertos', 'polillas', caporales... ¿Quién es quién en el glosario criminal de la crisis penitenciaria?
Un informe de Insight Crime desnuda la estructura de las bandas carcelarias desde los comandantes de pabellón, jefes de aula y otras especializaciones en un sistema penitenciario que la fundación ubica en la raíz del problema de la violencia y del auge del crimen organizado en Ecuador.
Un soldado apostado en la penumbra del interior del pabellón 3 de la Penitenciaría del Litoral, en Guayaquil, el 9 de febrero de 2024. En ese pabellón se produjo la más reciente masacre carcelaria, con 17 víctimas, el 12 de noviembre.
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AFP
Autor:
Redacción Primicias
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La violencia extrema, la explotación de los más vulnerables, la especialización criminal para garantizar el control interno y la conexión directa entre las cárceles y las operaciones en las calles hacen parte del sombrío panorama descrito en un reciente informe de InSight Crime sobre el sistema penitenciario de Ecuador. La fundación desvela la compleja estructura jerárquica que domina las cárceles del país.
Las bandas carcelarias son controladas por los máximos líderes de las mafias, de acuerdo con la fundación con sede en Washington (Estados Unidos), dedicada al estudio de amenazas de seguridad en América Latina. Les siguen comandantes de pabellón, jefes de aula, especialistas y miembros comunes.
En 'El sistema penitenciario en Ecuador, historia y retos de un epicentro del crimen' la organización sitúa al sistema penitenciario como eje y motor del auge delictivo que azota al país, epicentro del crimen organizado y una de las economías criminales más importantes para los grupos armados organizados.
Las cárceles tienen la capacidad de generar a las bandas criminales USD 200 millones anuales, refiere el documento (cada pabellón de la Penitenciaría del Litoral generaba hasta el año pasado USD 70.000 semanales, según cálculos policiales).
En la cabeza de todo están los máximos líderes de las mafias, jefes supremos de las organizaciones cuyas órdenes se extienden más allá de los muros carcelarios, pues articulan también acciones con las bandas callejeras, con las "élites corruptas” (brazo político) y dirigen las operaciones de narcotráfico.
Un 'glosario' de la jerarquía penitenciaria:
¿Quién es quién en una fauna penitenciaria que incluye, entre otros, a caporales, caleteros y comemuertos? A continuación los principales actores del sistema:
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Los caporales:
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La persona que hace de cabeza y manda. Se trata de los comandantes que gestionan el control de un pabellón o de toda una prisión; depositarios de enormes beneficios económicos. Muchos de estos mandos tienen una doble función, pues también actúan como jefes de zona fuera del penal, dirigiendo operaciones en los barrios (o a escala regional), por lo que se ven favorecidos económicamente del manejo de las actividades delictivas intra y extramuros. Hasta un 80% de los jefes de zona en las calles y de los jefes puntos de distribución de droga en los barrios se controla desde las cárceles, según uno de los caporales de Los Choneros, citado en la publicación. “Están en su pabellón y tienen un muchacho de confianza que maneja el barrio”.
- 2
"Jefes de aula" o de ala:
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Se trata de los encargados de bloques específicos o de las alas dentro de los pabellones, asegurando el control directo sobre grupos de reclusos. "La mafia se distribuye por toda la prisión o por los pabellones de la prisión para garantizar un control total, con alguien a cargo de cada bloque de celdas, y a veces de cada celda".
- 3
Los caleteros:
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Los primeros de los especialistas o personajes con roles específicos en la logística criminal en la cárcel. Son los "encargados de almacén", por decirlo así. Como su nombre lo indica son los responsables de las caletas. Es decir, se encargan de almacenar y manejar escondites de armas, drogas y contrabando dentro del pabellón o de la prisión, según el caso. El trabajo suele estar a cargo de personas de confianza de los caporales, o de su mano derecha en el lugar.
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Los llaveros:
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Encargados del acceso a los bloques de celdas, controlando el movimiento interno. Suelen tener las llaves o la capacidad para abrir celdas o alas, una función clave para introducir (o distribuir) contrabando o para perpetrar ataques contra miembros del mismo pabellón o de otro pabellón.
- 5
Las líneas:
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Se incluyen también entre los especialistas de los mafiosos en las cárceles. Y son los operadores encargados de gestionar las redes de distribución de drogas o las actividades de contrabando.
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Los comemuertos:
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Se trata de los asesinos. “Son generalmente reclusos con condenas largas o que esperan no salir nunca del sistema, por lo que los años añadidos a su condena como castigo les importan poco”.
- 7
Las polillas:
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En la base de la pirámide de la población carcelaria están los "miembros comunes" de las bandas criminales, quienes realizan tareas básicas. Al ser liberados, se integran en las redes externas de las bandas. Y por debajo de ellos están las polillas. Son reclusos vulnerables que no generan ingresos para las mafias y, por tanto, son considerados desechables. Usualmente son las primeras víctimas en masacres carcelarias cuando el objetivo es enviar mensajes de poder.
Las cárceles tras la militarización
La investigación de Insigth Crime, que incluye artículos como Las bandas carcelarias: el eje criminal de Ecuador, advierte sobre el peligro de cooptación del personal a cargo del resguardo de los principales centros de rehabilitación, tras la militarización de las prisiones en enero de 2024.
Si bien la intervención militar interrumpió en inicio la capacidad de las mafias para operar libremente, “la evidente falta de estrategias a mediano y largo plazo para abordar los problemas sistemáticos” impulsa el restablecimiento de la operación de las mismas dinámicas criminales, alerta el informe.
“Dentro de las prisiones, ha habido indicios de que las mafias tratan de restablecer sus operaciones, reafirmar su influencia y reformar sus redes de corrupción (tras la militarización)”.
Insigth Crime.
La más reciente masacre carcelaria en la Penitenciaría del Litoral, el pasado 12 de noviembre, que dejó 17 reclusos asesinados, destapó que las practicas extorsivas incluso por la comida sigue siendo un problema latente al interior del centro.
Se sigue descubriendo contrabando de armas, teléfonos, drogas y a eso se suma la detención de soldados que introducían artículos de contrabando. “...Cuanto más tiempo permanezcan los militares en las prisiones, mayor será el riesgo de que sean corrompidos por el negocio penitenciario”.
Los propios 'caleteros' develaron sus escondites
La reorganización de las bandas criminales por pabellón en cárceles como la Penitenciaría del Litoral, en Guayaquil, condujo también a inicios de año al decomiso de arsenales en el comienzo de la militarización.
Los denominados caleteros, hombres de confianza de los caporales, les dieron las ubicaciones de caletas al personal de la Fuerzas Armadas cuando los cambiaron de pabellón, por temor a que sus rivales usaran luego esas armas en su contra, le confirmó a PRIMICIAS un oficial de la Armada.
Las armas y municiones se hallaron en decenas de escondites en paredes, pisos y techos. Las caletas estaban ocultas tras capas de grueso concreto donde esperaban por meses, hasta cuando fuera necesario su uso, dijo la fuente a condición de conservar el anonimato.
En la más reciente masacre (y en sucesivos ataques hasta inicios de este mes) en la Penitenciaría se usaron incluso granadas y explosivos, lo que alerta también sobre el restablecimiento de estos arsenales que convierten a la cárcel más violenta del país en una bomba de tiempo.
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