Así fue como el pueblo de Cayambe linchó y colgó al supuesto asesino del chofer de una camioneta de alquiler
Patricio Iguago fue asesinado el jueves 12 de septiembre de 2024, en Oyacoto. Dos días después, uno de los presuntos delincuentes fue linchado y colgado en Cayambe.
Imagen del pretil del parque central de Cayambe, el 16 de septiembre de 2024.
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PRIMICIAS
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Las personas caminan por el parque central de Cayambe y murmuran. Con sus dedos o sus labios apuntan hacia el mural de Eloy Alfaro, donde hay gotas y un charco de sangre seca.
La tarde del sábado 14 de septiembre de 2024, cientos de habitantes de este cantón y sus comunidades aledañas lincharon a un presunto secuestrador y asesino. Luego de golpearlo por varias horas, lo colgaron del cuello en la verja superior del pretil, donde se desangró y murió.
Dos días después de ese hecho, un equipo de PRIMICIAS recorrió Cayambe, cantón del norte de Pichincha, ubicado a unos 90 minutos de Quito.
El linchamiento del sábado es el principal tema de conversación.
Aunque timoratos y, pidiendo que su nombre se mantenga en reserva, varias personas dijeron sentirse conformes con lo ocurrido. Según los pobladores, Cayambe es otro de los cantones ecuatorianos que, luego de años de paz, ahora está sumido en la delincuencia.
La última carrera de su vida
La historia del linchamiento empezó la noche del miércoles 11 de septiembre, cuando Patricio Iguago estaba descansando junto a su familia,en su casa, en el barrio Santa Isabel de Juan Montalvo, cuando recibió una llamada.
Iguago, de 45 años, era uno de los 27 choferes de camioneta de la Cooperativa 11 de Agosto, asentada a un costado del parque central de Cayambe, sobre la calle Sucre.
La llamada era de uno de sus compañeros cuya camioneta se había dañado y averiado y le ofrecía cubrirlo con una carrera. Al siguiente día, a las 04:30, Iguago debía estar en una casa de Chimbacalle, (otra zona de Cayambe) para llevar unas canastas de hierro hacia Oyacoto, comuna rural del extremo norte de Quito.
Los clientes eran dos hombres que había llegado a Cayambe hace un par de meses y se dedicaban al reciclaje de chatarra y otros materiales. Iguago aceptó el trabajo.
Al siguiente día, el chofer madrugó y se fue rumbo al punto de encuentro. Su esposa e hijos nunca más lo vieron con vida.
La preocupación empezó a las 09:00 cuando no llegó a desayunar como todos los días. A las 18:00 del jueves 12 de septiembre su esposa acudió a la sede de la Cooperativa para buscar información, pero sus compañeros tampoco lo habían visto en todo el día.
Su hermano, un influencer local, lo empezó a buscar por redes sociales.
Búsqueda en Nanegalito y Oyacoto
Luego de enterarse de que Patricio Iguago no había ido a la Cooperativa en todo el día, la preocupación de sus familiares y amigos se profundizó. Rastrearon su teléfono celular y su última conexión se había registrado en Nanegalito, parroquia del noroccidente de Pichincha, a unas dos horas de Cayambe,
14 miembros de la Cooperativa 11 de agosto abordaron cuatro camionetas y salieron hacia Nanegalito. Llegaron cerca de la medianoche y, con las linternas de sus teléfonos, empezaron a buscar en el sitio aproximado que les había marcado el GPS del teléfono. No encontraron nada.
Se comunicaron con el resto de compañeros y familiares de Iguago que estaban en Cayambe y les dijeron que no encontraron nada. Entonces, otro grupo salió hacia Oyacoto, en búsqueda de la recicladora a la que se dirigió la última carrera conocida de Iguago.
Es así como el viernes 13 de septiembre, en la mañana, encontraron el lugar, en donde estaba uno de los recicladores, quien fue linchado dos días después. Inicialmente, les habría dicho que no sabía nada del chofer e, incluso, abrió la puerta de su negocio para que buscaran.
Dos de los choferes divisaron en el piso manchas que parecían de sangre. Entonces llamaron a la Policía Nacional. Un equipo de agentes habría llegado al lugar y habría cuestionado a los familiares de Iguago cómo sabían que eso era sangre y que, en el caso de que fuese, que perteneciera a su familiar.
Los agentes habrían ofrecido llevar un equipo de la Dinased para que investigara. Pero eso no habría ocurrido.
PRIMICIAS intentó contactar a los oficiales a cargo del Distrito Cayambe y la Subzona Pichincha de la Policía. La respuesta fue que solo la Comandancia General se pronunciaría al respecto. El lunes 16 de septiembre, Víctor Hugo Zárate, comandante de la Policía, dijo en una rueda de prensa que no justificaban el linchamiento y pidió confiar en los uniformados. Pero no entró en detalles del caso.
'Justicia por mano propia'
Los familiares de Patricio Iguago no se quedaron conformes con la respuesta de la Policía y se organizaron, junto a dirigentes de su comunidad del pueblo indígena Kayambi. Retuvieron al reciclador y le exigieron que les dijera donde estaba su compañero: Luis V.
Presionado, este sujeto les dijo que su amigo estaba en Calderón. Comuneros, familiares y compañeros de Iguago fueron a buscarlo y lo encontraron. Le quitaron su teléfono y revisaron las fotografías y los chats.
Ahí encontraron imágenes de la camioneta del chofer que debía realizar la carrera inicialmente. Y en conversaciones se dieron cuenta de que los recicladores ya la habían negociado por USD 3.000, a un comprador en la Costa.
Uno de los compañeros de Iguago dice que recién en ese momento se dieron cuenta de que había sido un asalto, que la camioneta ya no estaba en la zona y que ahora debían buscar a su compañero.
Entonces retuvieron a los dos recicladores y los llevaron a Santa Isabel de Juan Montalvo, en Cayambe. Ahí empezaron a golpearlos e interrogarlos para que les dijeran donde estaba Patricio Iguago.
Luego de varias horas, en la madrugada del sábado 14 de septiembre, los dos hombres se habrían empezado a culpar entre sí, hasta que uno reveló que el cuerpo del chofer estaba en Oyacoto. Lo subieron a una camioneta y lo obligaron a que les llevara al punto exacto. Agentes policiales los habrían acompañado.
Pero, el sujeto nunca logró dar con el sitio. El otro hombre, que se quedó en la comunidad y, a través de una llamada telefónica, los dirigió hacia una quebrada en Oyacoto, donde estaba el cuerpo de Iguago.
El linchamiento
El hallazgo del cuerpo sin vida de Patricio Iguago cambió todo. Los miembros de la comunidad indígena quisieron tomar justicia. El hombre que estaba en Oyacoto fue retenido por los policías, pero no ocurrió lo mismo con el que estaba en Cayambe.
La comunidad los sometió a un proceso de justicia indígena, que incluye cinco etapas: investigación, careo, veredicto, sentencia y seguimiento. Este tipo de justicia es aceptado por la Constitución de Ecuador.
Según dos miembros de la comunidad entrevistados por PRIMICIAS, el proceso se cumplió y el sujeto fue sentenciado a "golpes y castigos físicos". Posteriormente, como manda la ley, una dirigente habría entregado al sospechoso a la Policía.
Sin embargo, antes de que se lo llevaran, la multitud nuevamente lo retuvo y continuó con el castigo. El sujeto fue desnudado, amarrado, golpeado y arrastrado hacia el parque central de Cayambe, a unos 15 minutos de la comunidad.
En ese sitio, según los testigos, la gente pedía quemar al sospechoso. Pero, quienes estaban al frente de la turba, decidieron colgarlo, al frente de un grupo de uniformados que no pudo hacer nada.
Algunas personas dicen que el hombre murió antes de ser colgado, producto de los golpes. Otros dicen que falleció por la asfixia. Lo cierto es que horas después, personal forense lo descolgó y se lo llevó. Los resultados de la autopsia no se han hecho públicos.
Luto general en Santa Isabel
Mientras el reciclador sospechoso era linchado, la tarde del sábado 14, los familiares y amigos más cercanos de Patricio Iguago acudieron a la morgue de la Policía Nacional, en el norte de Quito. Luego de los trámites de ley retiraron el cuerpo y lo llevaron a Cayambe.
En su casa se ubicaron sillas y carpas para el velorio que se extendió hasta la tarde del lunes 16 de septiembre de 2024. Luego, comenzó el traslado hacia la Iglesia del parque central de Cayambe, para -finalmente- enterrarlo en el cementerio de ese Cantón.
En el velorio, familiares y amigos destacaron la calidad humana de Iguago. Su honestidad y compañerismo, dijeron, le sirvieron para ganarse el respeto de toda la comunidad. Por esta razón, creen sus amigos, se dio la reacción tal que llevo a un linchamiento.
Sin embargo, sus familiares prefieren no hablar a las cámaras, ni que se hagan fotografías de su casa o sus rostros. Aseguran que han recibido amenazas, sobre las que no quieren profundizar, pero que los obligaron a pedir resguardo policial para el sepelio, en el que tampoco permitieron presencia de cámaras.
Mientras tanto, algunas voces solo piden ayuda de la justicia para condenar al responsable que sigue vivo y que fue procesado la tarde del domingo 15 de septiembre. También que los ayuden a encontrar la camioneta, ya que ese es el único sustento que le queda a la viuda de Iguago y a su familia.
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