Militares detectan la presencia del cartel Jalisco Nueva Generación en Puerto Bolívar
Según declaraciones de militares a una agencia internacional, los altos rangos del cartel mexicano Jalisco Nueva Generación hacen negocios en Puerto Bolívar a plena luz del día.
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Vista frontal de unas viviendas en el pueblo de pescadores Huayala, cercano a Puerto Bolívar, en El Oro, 11 de febrero de 2025.
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AFP
Autor:
Agencia AFP / Redacción Primicias
Actualizada:
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Puerto Bolívar en El Oro, parroquia urbana de Machala contemplada en el estado de excepción, se ha convertido en campo de batalla de cárteles del narcotráfico rivales que luchan por llevar cocaína hacia Europa, Norteamérica y Asia.
Hasta este lugar llegaron militares en un operativo que incluyó patrullajes por el archipiélago de Jambelí, cercano a Machala.
Desde una oscura base militar en El Oro, cerca de la frontera con Perú, ocho infantes de marina salieron en lanchas para la intervención. Todos van enmascarados, sin insignias de rango, ni placas de identificación.
La Armada encontró el año pasado unos 30 cadáveres en aguas cercanas al puerto, algunos decapitados o mutilados.
Recientemente, una bomba dirigida contra el jefe de una banda local mató a dos personas y arrasó varias viviendas.
"No hay seguridad", dice un residente que pide resguardar su nombre por miedo a ser asesinado. Considera que el país está "totalmente abandonado".
Los infantes de marina se alejan del muelle en dos lanchas, por un laberinto de canales flanqueados por manglares, muelles y pueblos pesqueros.
La mayor parte del patrullaje transcurre sin incidentes. Pero al entrar en Huayala -un estero repleto de muelles destartalados y edificios de hormigón- la unidad se posiciona y los militares elevan rifles.
Observan nerviosos el revoltijo de embarcaciones y edificios, desde donde cientos de ojos les vigilan entre penumbras.
"No es buena idea que nos quedemos aquí mucho tiempo", dice uno de los soldados. "Alguien podría disparar".
Los mexicanos de Puerto Bolívar
Puerto Bolívar es uno de los puertos bananeros más importantes del mundo y un punto clave para el comercio de mariscos.
Pero ahora parece inactivo, con los muelles casi vacíos. Los negocios en auge son la extorsión, secuestros, pesca ilegal, lavado de dinero y cocaína.
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La mayoría de lugareños están demasiado asustados para hablar. "Me van a matar o van a matar a mi familia", dice un hombre antes de que su esposa lo aparte.
Un pescador admite haber pagado una "vacuna" o extorsión a las bandas, una cuota mensual de más del 20% de sus ingresos, a cambio de seguridad.
"Donde no les hacemos caso, se desquitan con nuestros bienes. Hunden las embarcaciones, nos roban nuestros motores o simplemente algunos pescadores han desaparecido ya", relata.
El pescador describe los múltiples negocios de las bandas, desde la extracción de oro hasta el contrabando de combustible hacia Perú.
Algunos esquemas son sencillos: cargamentos de banano cargados de cocaína y enviados a Europa. Otros, más complejos e implican la compra de inventarios de pesca inexistentes para blanquear dinero.
Todos conocen los nombres de las bandas y sus líderes: Los Lobos, Los Sao Box y Los Choneros.
"A algunos los conozco desde que eran niños y corrían sin zapatos", dice Sánchez.
Aquí la cultura narco está al descubierto. Uno de los numerosos burdeles de la zona se llama Nápoles, en homenaje a la opulenta hacienda del mismo nombre del famoso narcotraficante colombiano Pablo Escobar.
Los militares aseguran que altos rangos del cártel mexicano Jalisco Nueva Generación están muy arraigados en la zona. Visitan y hacen negocios a plena luz del día.
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