Seis bandas ecuatorianas y cinco colombianas operan en zona de supuestos cultivos de coca en la frontera norte
El presidente Daniel Noboa alertó sobre la existencia de 2.000 hectáreas de cultivos de coca en la frontera entre Ecuador y Colombia. En esa zona 'conviven' varios grupos delictivos.
Equipo militar encontró una piscina artesana de gasolina en Sucumbíos, el 6 de octubre de 2024.
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Sin confirmar la existencia de las 2.000 hectáreas de cultivos de coca, finalmente, las Fuerzas Armadas (FF.AA.) se pronunciaron sobre el reciente anuncio del presidente Daniel Noboa.
La noche del 14 de octubre de 2024 Noboa informó en cadena nacional que, según información satelital que recibió a través de asistencia internacional, en la frontera norte de Ecuador existirían unas 2.000 hectáreas de cultivos de coca.
Miguel Córdova, jefe del Comando Conjunto de las FF.AA. (e), aclaró que las patrullas militares apostadas en Esmeraldas, Sucumbíos y Carchi, provincias fronterizas, están rastreando estas áreas de cultivo.
Agregó que conforme se vayan ubicando, los cultivos ilícitos se irán destruyendo. Córdova indicó que, por ejemplo, el 12 de octubre de 2024 se hallaron y destruyeron 2,5 hectáreas de sembríos de coca en Putumayo, en la zona selvática de Sucumbíos, muy cerca a la frontera con Colombia.
¿De quiénes serían los cultivos?
Aunque no hizo ninguna distinción, Córdova informó que los cultivos de coca que se han encontrado en la frontera norte pertenecen a los grupos criminales que operan en la zona.
El Informe Geoespacial de Cultivos Ilícitos en la Frontera Norte de Ecuador, que es la base del anuncio del presidente Noboa, en cambio, sí hace un señalamiento a 11 bandas criminales: seis ecuatorianas y cinco colombianas que operan en esta zona.
Este es un documento elaborado por un ente privado que fue entregado por el Gobierno de Estados Unidos al Gobierno de Ecuador. Si bien no hace conclusiones, el Informe proyecta que en el país podría haber un estimado de 2.000 hectáreas de cultivos de coca.
Del lado ecuatoriano, el documento señala la operaciones de los Lobos, en Carchi, Sucumbíos y Esmeraldas. Mientras que en Esmeraldas también fueron ubicados Choneros, Águilas, Patones, Tiguerones y Gángsters.
En el lado colombiano se ha identificado la operación del Frente Alonso Cano y el Frente Urías Rondón, en Esmeraldas; el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el Frente Alonso Cano, en Carchi; y los Comandos de Fronteras y el Frente Carolina Ramírez, en Sucumbíos.
El mercado ilegal fronterizo
En el caso colombiano, todos los grupos que operan son residuales de guerrillas armadas como las FARC y el ELN. Luego de los procesos de paz que se viven en Colombia, varias células permanecieron en las armas y se dedicaron al narcotráfico como forma de financiamiento.
Estos grupos han generado alianzas con carteles mexicanos de la droga y con bandas ecuatorianas, que brindan servicios logísticos como el transporte y el almacenamiento de droga.
El Informe Geoespacial explica que desde 2020, a raíz de la pandemia del Covid-19, la economía del narcotráfico mutó en la frontera entre Ecuador y Colombia.
Esto pasó, ya que el confinamiento y el cierre de fronteras obligó a los grupos criminales a buscar rutas alternas para traficar los narcóticos.
De esta manera, los grupos residuales que quedaron del acuerdo de paz entre Colombia y las FARC ampliaron sus operaciones a Ecuador, donde los Choneros y sus bandas aliadas los ayudaron a llevar la droga hacia México, Estados Unidos y Europa.
Sin embargo, en diciembre de 2020 en Ecuador empezó un fraccionamiento de los Choneros, lo que provocó un enfrentamiento entre bandas que antes fueron aliadas. Esto se mantiene hasta la actualidad y se ha replicado en distintos sectores del país, incluyendo a la frontera norte.
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