Liquidez y créditos productivos son oportunidades clave para la economía de Ecuador
La acción coordinada entre Gobierno y empresa privada en Ecuador es clave. Transformar la liquidez bancaria en desarrollo es otro gran desafío para el Estado.

Impulsar créditos productivos en lugar de consumo es clave para el crecimiento sostenible del país.
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El futuro económico del Ecuador, bajo el gobierno del presidente Daniel Noboa, estará marcado por esfuerzos de política pública, pero también se requiere de una rápida acción privada acorde con el actual escenario de mayor confianza. Así, la liquidez del sistema financiero de Ecuador adquiere nueva relevancia ante las altas reservas y depósitos que mantienen.
La pregunta clave es: ¿qué hacer para que la liquidez que hoy está “estacionada” en el sistema financiero se traduzca en desarrollo? La respuesta se encuentra en colocar el dinero rápidamente y con prudencia, pues la velocidad con la que se haga determinará si avanzamos o seguimos estancados.
Hay USD 1.600 millones listos para colocarse
El reto del presidente Noboa es acompañar las medidas macroeconómicas con una política financiera activa, focalizada y comprometida con el desarrollo productivo, para lograr que la liquidez se convierta en crédito, inversión, consumo y empleo.
¿Cómo funciona? El sistema bancario ecuatoriano, al igual que otros en el mundo, está obligado a mantener solo una fracción del dinero que recibe en depósitos como reservas.
Según cifras de la Superintendencia de Bancos, a febrero 2025, la banca ha captado alrededor de USD 52 mil millones tanto en depósitos a la vista como a plazos, sobre los cuales las estadísticas del Banco Central del Ecuador BCE registran un encaje requerido de USD 2.530 millones, pero la banca mantiene un encaje (constituido) de USD 4.130 millones, lo que muestra que la reserva es muy superior a la establecida.
Lo lógico sería que la banca coloque todas sus disponibilidades; sin embargo, dada la coyuntura de inestabilidad política y económica, la banca tiene excesos de dinero sin colocar de más de USD 1.600 millones (a feb/2025, según datos de BCE).
Además, los bancos funcionan bajo el principio del multiplicador bancario: por cada dólar que recibe en depósitos, puede prestar una fracción significativa, y ese préstamo se convierte en un nuevo depósito en otro banco que a su vez puede prestar parte de ese nuevo depósito, y así sucesivamente, generando múltiples ciclos de crédito dentro del sistema. Con esto se multiplica el dinero a medida que fluye en la economía.
Numéricamente, el multiplicador es la cantidad de dinero que el sistema bancario puede generar con cada dólar de reservas, se calcula dividiendo uno entre el coeficiente de reservas. Para el sistema bancario ecuatoriano, se calcula un multiplicador de 12,7 considerando las cifras disponibles a feb/25, un 14% menor que al mismo mes del año pasado. Si bien ha tenido algo de disminución, el efecto multiplicador resulta muy importante para dinamizar la economía.
Priorizar el crédito productivo antes que el de consumo
La decisión de los agentes económicos de tomar crédito depende en gran parte de la incertidumbre. Con cuatro años de continuidad política, es previsible que se retomen los proyectos personales y empresariales, con lo que la banca colocaría más créditos.
Las estadísticas de la Superintendencia de Bancos, a marzo 2025, registran USD 43 mil millones entregados en créditos por el sector bancario, con una tasa de crecimiento anual que bordea el 9%, similar a la registrada en los últimos dos años.
Los créditos productivos suman unos USD 21 mil millones, que representa el 45,4% de la cartera total, frente a unos USD 19 mil millones entregados al consumo, que equivale al 41,1% de la cartera bancaria. Apenas 7,4% se entregan a microcréditos, 5,7% a crédito hipotecario y porcentajes menores a 1% corresponden a vivienda de interés social y créditos educativos.
Si se amplía la información al sistema financiero en su conjunto, que incluye bancos, cooperativas y mutualistas, el predominio de los créditos de consumo es más evidente.
Según el informe de “Monitoreo de los principales indicadores monetarios y financieros de la Economía Ecuatoriana” del Banco Central, con cifras a febrero 2025, el sector financiero registra USD 28.816 millones en créditos de consumo frente a USD 21.307 millones en créditos productivos, es decir, 44% frente a 33% de los créditos totales. Y en estos datos, las cooperativas son las que están inclinando la entrega de créditos al consumo.
Esta composición de la cartera muestra la necesidad urgente de canalizar más recursos a créditos para la producción. Si se dirigirían los créditos productivos a pequeñas y medianas empresas, la dinámica de generación de empleo e inversión se incrementaría significativamente, sobre todo si se considera que además los índices de morosidad son relativamente bajos.
Las cifras del mencionado informe del Banco Central, muestran a febrero 2025 niveles de morosidad en el sistema financiero de 1,3% para los créditos productivos, 5,3% para el consumo, 9,2% para microcrédito, 3,7% vivienda y 3,7% educativo (Gráfico 4).
Liquidez abundante gracias a depósitos crecientes
La base de los recursos que tiene el sistema financiero para canalizar a la economía son los depósitos, y estos han tenido un comportamiento al alza dada la percepción de confianza de la población, convirtiéndose en un resguardo seguro en las épocas de inestabilidad.
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Es así que cada vez más a los ecuatorianos se han inclinado a mantener inversiones financieras o depósitos a plazo, antes que arriesgar capital en actividades productivas, esto también incentivados por las altas tasas de interés.
La banca mantiene depósitos a la vista y a plazos alrededor de USD 53 mil millones, según cifras de la Superintendencia de Bancos a marzo 2025, y con una elevada tasa de crecimiento anual que al cierre del año pasado fue 15% (comparativo diciembre 2024 vs. diciembre 2023), frente a una colocación de créditos que bordea los USD 43 mil millones, creciendo anualmente a una tasa de 9,1% en el mismo período.
Mientras en el año de la pandemia 2020, los depósitos a la vista representaban 62% y los depósitos a plazo 38% de los depósitos totales, esta composición de las captaciones ha cambiado significativamente en apenas cuatro años. Las cifras más recientes, a marzo 2025, muestran que los bancos tienen 55% en depósitos a la vista y 45% a plazos.
Con tasas de interés atractivas pagadas por la banca, hay una creciente inclinación por el dinero fácil y seguro, limitando el dinamismo económico al reducir la asignación de recursos hacia sectores estratégicos, por ejemplo: la industria, la construcción, la agricultura o el emprendimiento, y esto también se evidencia en la desaceleración de los créditos bancarios. Una reducción de tasas de interés sería un complemento para dinamizar el crédito.
La paradoja de la liquidez estéril
La velocidad de circulación del dinero es una variable que suele estar relegada en el análisis; sin embargo, es muy importante, pues si el dinero no se mueve con la velocidad adecuada, genera poco valor dando una sensación de lentitud económica.
Desde la teoría económica, la velocidad de circulación es la cantidad de veces que la moneda (el dólar) cambia de manos en un período determinado, normalmente un año. Una velocidad alta indica una economía dinámica, donde el dinero fluye activamente en transacciones de bienes y servicios. Una baja velocidad refleja estancamiento: el dinero se guarda, no se invierte ni consume.
En los últimos años, Ecuador ha tenido:
Alta liquidez en el sistema financiero con reservas y depósitos crecientes.
Baja velocidad del dinero, medida como PIB nominal respecto a la liquidez total (M2).Utilizando cifras del Banco Central, ha pasado de 1,8 veces en 2019 a alrededor de 1,3 veces en 2024, tal como se observa en el gráfico, debido a:
- Inseguridad = Menor inversión
- Pobreza y desempleo = Menor consumo
- Preferencia por ahorro = Dinero se guarda
- Bajo acceso al crédito = Recursos no se canalizan a producción
Con el escenario político estable, se espera que los proyectos de inversión pública, especialmente si se logra captar el interés de inversionistas privados, sean una fuente de ingresos de nuevos recursos frescos, que se sumarían a los recursos inyectados por el sistema financiero, para dinamizar la economía.
Así mismo, estos nuevos recursos deberían permitir una reducción de las tasas de interés y ampliar los plazos de entrega de créditos que son variables claves para dirigir el crédito hacia la producción.
Algunas propuestas para mover la liquidez e
- Mejorar la confianza económica y la seguridad.
- Priorizar el crédito productivo antes que el crédito de consumo.
- Canalizar liquidez hacia sectores con alto efecto multiplicador como la construcción, agroindustria, turismo, entre otros.
- Monitoreo y metas por velocidad sectorial: el gobierno debería desarrollar un sistema de monitoreo incluyendo el indicador de la velocidad del dinero por sector económico, esto permitiría focalizar las políticas públicas hacia los sectores que mueven más rápido el dinero y con mayor impacto social.
Cuando la liquidez se combina con el efecto del multiplicador bancario, la alta velocidad del dinero y especialmente la entrega de créditos a sectores productivos, el efecto es poderoso: crecimiento acelerado del PIB, generación sostenida de empleo formal, mayor recaudación tributaria, inversión privada fluida y escalonada, sistema financiero saludable, y sostenibilidad de la dolarización.
La acción coordinada entre Estado y empresa privada es clave. Transformar la liquidez en desarrollo es el gran desafío.
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