La construcción puede ser el nuevo motor de la economía en Ecuador, ¿pero cómo hacerlo?
El sector de la construcción podría convertirse en el gran reactivador de la economía ecuatoriana con inversión mejor focalizada, generando más empleo, infraestructura y equidad, con impacto fiscal positivo y retorno social inmediato.

Con una inversión estratégica, el sector construcción podría generar más de 50.000 empleos formales y atraer miles de millones en inversión privada.
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Para un nuevo gobierno de Ecuador, que enfrenta desafíos fiscales, desempleo persistente y brechas en infraestructura, el sector construcción emerge como una vía concreta para reactivar la economía con alto retorno social. Un plan bien diseñado podría, en los próximos cinco años, elevar la inversión pública en tres puntos del PIB, generar más de 50.000 empleos formales y atraer millonarios capitales privados. Además, permitiría avanzar hacia una economía más verde y territorialmente equilibrada. ¿Cómo se construye desarrollo desde los cimientos? Este análisis de la economista Vanessa Brito y Consultora Multiplica lo explica:
¿Por qué el sector de la construcción?
- Representó en la última década entre el 6% y 4% del PIB del Ecuador.
- Es intensivo en mano de obra, genera miles de empleos directos e indirectos (albañiles, técnicos, ingenieros, transporte, ventas, entre otros).
- Tiene un alto efecto multiplicador en sectores como manufactura, comercio, servicios financieros, transporte y energía.
- Oportunidad para grandes inversiones externas en infraestructura requerida por el país como ampliación de refinerías o construcción de hidroeléctricas, que se cuantifica en decenas de miles de millones.
- Una expansión de 1% en el sector de la construcción puede generar aproximadamente 1,7% adicional de crecimiento indirecto en otros sectores.
En Ecuador, la construcción ha sido históricamente relegada por los gobiernos, pese a que es un sector clave para su economía, y con amplia influencia al abarcar al sector inmobiliario público y privado, obras de infraestructura tanto del gobierno como de particulares; y al comercio de materiales de construcción y equipos utilizados en este sector.
Las últimas cifras oficiales del Banco Central del Ecuador (BCE), muestran que en el año 2023 (últimos datos disponibles) la construcción tuvo un valor agregado de USD 5.147 millones, lo que representó una participación de 4,2% en el PIB total.
Respecto del crecimiento, cerró 2023 con -1,5% anual, y recientemente se publicaron datos más actualizados del mismo Central, según los cuales, el sector de la construcción decreció en -2,5% en el tercer trimestre 2024 comparado con el tercer trimestre 2023 (Gráfico 1).
Gráfico 1 - Construcción y su participación referente al PIB nacional
Gráfico 2 - Construcción con crecimiento erráticos (ts. variación anual)
Con el decrecimiento de la construcción, los insumos utilizados en este sector también están afectados.
El informe del BCE revela que en el tercer trimestre de 2024 hubo disminuciones respecto al tercer trimestre de 2023 en la producción de cemento (medida en toneladas métricas), que cayó en -1,6%. Así mismo, las ventas de productos metálicos y no metálicos demandados por la industria de la construcción disminuyeron en -9%; las importaciones de materiales de construcción en toneladas métricas se redujeron en -2,7%, y el empleo tampoco fue la excepción, con una disminución promedio en el sector de -6,8% en el mismo período.
Cómo sería el nuevo enfoque de la construcción
Mientras muchos buscan fórmulas para reactivar la economía, un nuevo enfoque, elaborado por Consultora Multiplica de acuerdo a supuestos macroeconómicos, sostiene que el sector de la construcción puede ser un catalizador de desarrollo sostenible, poniendo a las personas y al territorio en el centro.
En Ecuador, la construcción genera unas 82 mil plazas de empleo formales según los datos del INEC a diciembre 2024, y se estima que por cada empleado se crean al menos cinco puestos adicionales. Incluso los constructores han llegado a determinar que por cada 40 m2 de construcción se genera un empleo durante al menos 18 meses (Gráfico 3).
Gráfico 3 - Plazas de empleo registrado en el sector construcción
La alta capacidad de generación de empleo del sector de la construcción es histórica: hace 10 años ocupaba a más de 150 mil personas, pero esto ha ido decayendo con el debilitamiento de la economía y la pobre inversión pública. Con cifras al tercer trimestre de 2024, el número de empleos en la construcción de proyectos de servicios públicos mostró la mayor caída en -22% comparado con el tercer trimestre de 2023 (Gráfico 4).
Gráfico 4 - Empleo en la construcción a la baja
El nuevo enfoque también busca cambiar la histórica concentración territorial en las grandes ciudades hacia el desarrollo de las medianas y pequeñas ciudades que incluya a las zonas rurales.
Según datos de la CFN, al año 2021, para los tres grupos de actividades asociadas a la construcción, dominan las empresas domiciliadas en Guayas y Pichincha. De las empresas que hacen obras de ingeniería, 42% están en estas dos provincias; 57% de las que construyen edificios, y 76% de las empresas dedicadas a las actividades especializadas de la construcción. Esta concentración es abrumadora y sin duda no ha cambiado en los últimos años (Gráfico 5).
Gráfico 5 - Participación del número de empresas en la construcción de edificios y obras de ingeniería civil
Sin embargo, no se trata solo de indicadores, sino de reordenar con urgencia prioridades, transformar gasto en inversión y sentar las bases de un crecimiento descentralizado, inclusivo y sostenible. La construcción puede y debe convertirse en política de Estado.
La nueva hoja de ruta propone una intervención integral: inversión en infraestructura pública, dinamización de cadenas productivas, fomento a la vivienda social y transición hacia modelos sostenibles (Tabla 1).
Tabla 1 - Efecto multiplicador del sector construcción
Siete ejes estratégicos del plan
En medio de la urgencia por reactivar la economía ecuatoriana, la estrategia del nuevo mandatario debería apuntar hacia un viejo conocido: el sector construcción, por lo menos a través de siete ejes de rápida implementación y fácil ejecución que esboza Multiplica a continuación:
Infraestructura pública estratégica
- Plan anual de obras clave: hospitales, carreteras, escuelas, agua y saneamiento.
- Alianzas público-privadas (APP) y fondo nacional de infraestructura para obras.
Vivienda social y regeneración urbana
- Vivienda progresiva, autoconstrucción asistida y reutilización de suelo urbano.
- Incentivos para desarrolladores de vivienda asequible.
- Programas piloto en ciudades intermedias que descentralicen la concentración en las provincias de Guayas y Pichincha.
Fortalecimiento de cadenas productivas locales
- Apoyo financiero y técnico a las Mipymes del sector.
- Plataformas digitales para compras públicas y licitaciones.
- Formalización y digitalización de pequeños proveedores.
- Establecer participación mínima de participantes pequeños en la contratación.
Empleo inclusivo con formación técnica
- Escuelas taller y certificación de competencias en oficios.
- Programas dirigidos a jóvenes y mujeres en oficios técnicos.
- Vinculación directa con obras públicas.
Construcción verde y sostenible
- Normativas para eficiencia energética y materiales reciclados.
- Incentivos a proyectos con certificación ambiental.
- Fomento de la economía circular en la construcción.
Modernización normativa e institucional
- Ventanilla única digital de trámites del sector.
- Nuevo código de edificación con enfoque resiliente y ecológico.
- Observatorio del sector construcción con datos abiertos.
- Reducir los tiempos de tramitación.
Atracción de inversión y promoción territorial
- Zonas de desarrollo urbano-industrial con incentivos.
- Promoción internacional para la ejecución de macroproyectos estratégicos.
- Catastro actualizado y política de suelo para desarrollo productivo.
Metas concretas para un cambio tangible
El plan no solo se queda en intenciones sino que incluye metas cuantificables. La construcción puede ser el nuevo rostro del desarrollo del Ecuador, pero debe hacerse con transparencia, inclusión y visión de largo plazo, pues construir una economía más justa, verde y próspera empieza, literalmente, desde abajo.
¿Qué viene ahora?
El reto ahora es apostar por el sector de la construcción como catalizador de desarrollo sostenible. No se trata solo de levantar estructuras, se trata de construir bienestar, tejido social, empleo digno y un modelo productivo que ponga a las personas y al territorio en el centro con oportunidades duraderas.
El éxito no depende solo del diseño técnico, sino de la gobernanza. Se busca que cada dólar invertido genere valor social, económico y ambiental.
Si se implementa bien la estrategia, la construcción -que actualmente tiene un valor agregado bruto de más de US$ 5 mil millones-, puede alcanzar lo que producen las exportaciones de petróleo para el Ecuador, unos US$ 8 mil millones, según cifras a diciembre de 2024.
La construcción podría convertirse en el ‘nuevo petróleo’ para Ecuador, y sin los altibajos incontrolables del mercado internacional. Lo clave es tener visión de largo plazo, políticas coherentes, y la decisión de implementar estrategias efectivas en un entorno interno y mundial desafiantes.
(*) Vanessa Brito es economista y colabora con Consultora Multiplica.
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