"No sabemos cómo se salvó de que lo maten", cuenta esposa de hombre secuestrado en Quito
Un hombre fue secuestrado en Quito, la noche del 27 de agosto. Los delincuentes lo golpearon durante toda la noche. Se llevaron el auto y documentos de su familia.
Imagen de calles del norte de Quito, el 4 de marzo de 2024.
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La ola de secuestros en Quito no cesa. Un nuevo caso de este tipo de delito se registró la noche del 27 de agosto de 2024, en el norte de la ciudad.
La esposa de la víctima contó su testimonio a PRIMICIAS, con el objetivo de que las autoridades dejen de ver a estos casos "como una cifra más, pues hay familias que pierden su patrimonio o sus seres queridos de un momento a otro".
"Mi esposo fue secuestrado la noche del 27 de agosto de 2024. Desde aproximadamente las 21:00 hasta las 04:00, cuatro delincuentes lo golpearon y amenazaron con dispararle si no les entregaba la claves de las cuentas bancarias.
Fue una noche de terror porque los delincuentes lo interceptaron, golpearon en la cabeza y lo secuestraron en nuestro propio auto. No recuerda muy bien todo lo que pasó porque el golpe que recibió lo durmió. Cuando despertó tenía rota la cabeza y estaba encapuchado.
Fue ahí cuando le pidieron las claves de las cuentas bancarias. Por el pánico que sentía ese momento, se olvidó y por eso lo seguían pegando y amenazando con matarlo.
Se llevaron documentos e información personal y de la familia, además del auto.
Mientras estuvo secuestrado, los delincuentes se hicieron pasar por él cuando yo le enviaba mensajes. Al ver que eran las 04:00 y no llegaba, mi preocupación fue mayor. Minutos después llegó herido en un taxi. Lo habían abandonado en el sector de El Condado.
No sabemos cómo se salvó de que lo maten, quizá fue que, dentro de todo, estuvo tranquilo la mayor parte del secuestro.
Nuestra preocupación ahora es que los delincuentes tienen toda nuestra información y no sabemos si quieran algo más.
Ahora que vivimos este delito en carne propia, vemos que la Policía no hace nada para evitar que estos casos sigan pasando. Después de llamar al ECU 911 llegaron dos policías medio dormidos a tomarnos la declaración, pero sin ningún interés de hacer algo que realmente valga la pena.
La situación del país es de terror. No podemos estar tranquilos en ninguna parte ni a ninguna hora.
Doy gracias a Dios de que mi esposo está con vida porque ha habido casos en los que los delincuentes matan por robar un celular o una mochila.
Ya es hora de que el Gobierno combata realmente la delincuencia porque en todas las ciudades hay robos y secuestros todos los días. El Municipio también debe controlar el uso del espacio público y el funcionamiento de los locales que hay en la ciudad.
No es justo para ninguna familia que tenga que vivir momentos de terror o lamentar la muerte de un familiar y que nadie haga nada".
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